Se ha cumplido un año desde la derrota electoral del chavismo en las elecciones legislativas. ¿Qué balance se puede hacer de este año tan difícil para la denominada Revolución Bolivariana? E.M.G.: El primer balance es que no hay más Revolución Bolivariana. Ese era el nombre periodístico de un proceso de transformaciones, de un proceso político […]
Se ha cumplido un año desde la derrota electoral del chavismo en las elecciones legislativas. ¿Qué balance se puede hacer de este año tan difícil para la denominada Revolución Bolivariana?
E.M.G.: El primer balance es que no hay más Revolución Bolivariana. Ese era el nombre periodístico de un proceso de transformaciones, de un proceso político muy vivo, muy dinámico y muy creativo. Eso se acabó. No existe más. Existe un gobierno residual que administra los residuos de un proceso que tiende a convertirse en otra cosa.
El gobierno de Maduro es el resultado inoperante de ese carácter residual del proceso político. Es un gobierno que administra el resto del chavismo, lo que queda del chavismo como movimiento y sobrevive porque Dios es muy grande y porque paradójicamente la derecha es más débil, no sobrevive por fuerza propia.
M.H.: Bastante duro lo que acabás de afirmar. Vengo viendo una serie de materiales que hablan del abandono del Plan de la Patria, de que el gobierno habría tomado una opción por captar divisas a través de la explotación minera y el pulso a la producción industrial capitalista relegando a un tercer plano a las nuevas formas comunales. ¿Qué hay de todo esto?
M.E.G.: Ha quedado que el gobierno cambió de orientación económica, no de plan, ni de técnica, ni de método, sino de orientación. Hasta el 2012 predominó una orientación que era tratar de transitar, sobre la base de varios puentes de construcción geopolítica, política, económica y social que eran las comunas, a una salida u opción socialista para la crisis venezolana. Eso es lo que cambió, la orientación general dejó de ser el socialismo, dejó de ser una salida por izquierda y pasó a ser una salida administrativa, básicamente economicista y dentro del economicismo basada en la extracción de materias primas, montada sobre la deuda externa, que aunque no sea con bancos privados ni con el FMI, es deuda externa y hay que pagarla; y remando contra una campaña nacional desde Colombia, Venezuela y Miami que le hizo mucho daño económico al gobierno de Maduro.
Fue la campaña del Dolar Today, el desabastecimiento, el acaparamiento, la evasión de productos a Colombia, etc. Pero el gobierno de Maduro fue inoperante ante eso, porque cuando tienes la identificación de la causa del problema, o actúas sobre la causa o luego no te quejes del problema. Entonces el problema se multiplicó y se gangrenó al punto de construir una nueva capa de parásitos comerciales dentro de la propia clase trabajadora, del propio pueblo. En los barrios trabajadores surgieron capas de miles y miles de los llamados bachaqueros, que viven de la especulación sobre sus propios hermanos, ya no es el acaparador comercial capitalista, es otra cosa. Este es un derivado.
Son muchas las causas y el gobierno colaboró, la causa no está en el gobierno, al gobierno le han pegado desde muchos lados, financiero, geopolítico, etc. Hace 15 días el organismo que administra todas las tarjetas de crédito hizo una huelga y se suspendió el sistema, por lo tanto, no podías usar tarjetas. Paralizaron el sistema de crédito en Venezuela. Pero cuando te hacen eso y no reaccionas, o la reacción es «vamos a ver cómo sacamos plata del oro que hay en el sur del país sobre el Amazonas» o «vamos a cambiar de Ministro», son todas soluciones inválidas porque no estás atacando al enemigo que está identificado. Eso ha generado una crisis de gobernabilidad en el gobierno de Maduro, que no es más grave porque la derecha está muy mal, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) está muy mal, en un sentido está peor que el chavismo. El chavismo se sostiene sobre el funcionariado que es bastante, dos millones cuatrocientos mil personas de los cuales medio millón milita y que incluye a la burocracia sindical. Y las Fuerzas Armadas, si éstas tuvieran una fisura de seriedad el gobierno de Maduro ya no existiría porque alguien lo hubiera sustituido.
El chavismo sobrevive por mérito ajeno
M.H.: Abonando a lo que comentás, había leído una encuesta de Hinterlances del mes de diciembre que dice que el 51% de los venezolanos se declara «ni chavista ni opositor».
E.M.G.: Exacto, eran 30% en 2012, ya tenemos 51% entonces es un problema mayor.
M.H.: Pero el 49% de la población preferiría que fuese Maduro el que resolviera el problema económico antes que viniera un gobierno de oposición.
M.E.G.: Eso debe ser así, pero como diría Borges: «No nos une el amor sino el espanto». En Venezuela la oposición no ha ganado como en Argentina o Brasil, porque la oposición en Venezuela está asociada al golpe de Estado del 2002, a las guarimbas del 2014 y a todas las tropelías que llevan haciendo desde hace 15/17 años, entonces no es una oposición que tenga figuras o que haya ganado un prestigio, que haya acumulado méritos y que eso le sirva para ganar a parte del sector pobre y de la clase media, es una oposición muy desprestigiada porque además está partida, el sector de Leopoldo López es filo nazi, el sector de Capriles Radonski se ha socialdemocratizado, entonces están en veredas distintas y eso los debilitó. El chavismo sobrevive por mérito ajeno.
M.H.: ¿Me podrías explicar qué pasó con los billetes de 100 Bolívares?
M.E.G.: Esa es una de las muestras de la gravedad institucional que hay. No puedes eliminar un instrumento financiero que es vital no solo para la economía macro, sino para toda la Nación sin tener asegurado el recambio. Esto es de ama de casa. Ningún ama de casa eliminaría algo de la economía familiar si no tuviera otra cosa para reponerlo, es elemental.
Maduro un día declara que los billetes de 100 se eliminan porque hay una gigantesca especulación de los traficantes de moneda y del Dolar Today en Colombia. La medida es correcta técnica y políticamente hablando, pero no puedes eliminar el billete de mayor denominación de la moneda nacional si no lo sustituyes con otro, la otra masa de billetes de 500 y 1000 no estaban en circulación, todavía no han llegado.
Maduro no tuvo la elemental pericia de garantizar que los billetes impresos nuevos estén por lo menos una hora antes en el mercado de que él anuncie la muerte del billete de 100. Dos días antes de que Maduro tomara esa medida, en la India se tomó la misma medida por razones similares, nadie se enteró, como el gobierno de Venezuela es la chica mala de la fiesta, toda la prensa internacional se la agarró con Venezuela. Pero le regalaron el argumento al enemigo, por torpeza, por no garantizar los billetes nuevos de circulación corriente antes de la anulación del viejo. Y relacionado con lo grotesco, para la impresión de la masa de billetes nuevos de 500 y de 1000, se contrató a una empresa norteamericana dentro del territorio norteamericano. ¿Dónde está escrito que tenía que imprimir en EE. UU.? ¿Por qué no pedírselo a China, a Argentina o a Brasil que tienen capacidad para hacerlo? Curioso es que el día que los dos aviones traían las enormes montañas de paquetes de dinero, alguien sembró 100 kilos de marihuana en uno de ellos. Todo eso le hacen al gobierno. Es una cosa que termina en grotesco.
M.H.: Hay una serie de experiencias comunales por las que me gustaría consultarte, como por ejemplo la comuna El Panal en Caracas y Valencia, la comuna El Maizal en Lara, la agroecológica El Tambor en Mérida, las experiencias obreras como Proletarios Uníos en Barquisimeto, ¿Qué ha pasado con todo eso?
M.E.G.: Quedan, pero como residuos, debilitadas porque no tuvieron capacidad política para juntarse en un solo organismo nacional y hacer política desde ese organismo frente a la crisis del gobierno y de la sociedad, para proponer una alternativa desde el poder popular. Eso es lo que no lograron estos muchachos, que con toda valentía y la mejor voluntad construyeron esos organismos que nombraste y muchos otros. En Barquisimeto es donde más desarrollo hay del llamado poder popular, en algunos lugares de Caracas, Maracay y Los Andes en San Cristóbal. Pero eso no tuvo una concentración nacional, entonces termina en que son residuos que se debilitan, porque la gente que los compone no son burgueses, los burgueses pueden aguantar años, porque tienen una forma de vida garantizada, en cambio los sectores populares oprimidos o pobres no pueden aguantar.
Los organismos son maravillosos y son un acto de valentía, pero si no tienen continuidad y resolución en algún momento se desmoralizan o se paralizan, porque tienen que vivir y mantener a sus familias. Esa es la vida real de los organismos populares, a diferencia de los organismos de la burguesía que pueden ser desplazados del poder 20 años como en Venezuela, 50 como en Cuba y se mantienen porque tienen formas de vida y de manutención propias.
El gobierno de Maduro no tuvo una política para el desarrollo de esos organismos que ya estaban instalados, al revés, tuvo una orientación dual, por un lado nombró organismos presidenciales para el poder popular, pero al mismo tiempo no desarrollaba los organismo reales que estaban en los trabajadores del poder popular, entonces quedaron debilitados y reducidos a organismos menores, locales, que hacen lo que pueden, producen para sobrevivir.
M.H.: En este contexto que estás analizando ¿cuál es la perspectiva que ves para Venezuela a futuro?
M.E.G.: En el corto plazo es probable que el gobierno de Maduro se recomponga un poco, con el favor de China, que le está pasando dos buques de comida y medicamentos por día y mucho dinero. No por el petróleo que no pinta levantar el precio. Eso le va a permitir evitar el referéndum. El problema es que el proceso bolivariano se rige por el voto democrático burgués, por los mecanismos de la democracia burguesa y al regirse por ese mecanismo tiene dos opciones, uno, los mantiene, los repites y los aplicas o dos, los anulas. No hay otra opción, como no construyeron otra opción democrática, sin necesidad del mecanismo burgués del voto tramposo, manejado, según tengas más plata, entonces, el gobierno puede trasvasar el puente del referéndum revocatorio, ganarle a la oposición, pero no puede evitar que en el 2018 haya campaña electoral para reemplazar a Maduro. Sólo lo puede evitar si acude al Estado autoritario de base militar, si suspende las elecciones o suspende el proceso constitucional y la Constitución. Solo así podría sobrevivir el gobierno de Maduro. Si hubiera elecciones hoy Maduro perdería, en las de 2018 también va a perder. Esa es la perspectiva a mediano plazo.