Recomiendo:
0

Entrevista a Fernanda Vallejo

La década del gobierno Rafael Correa y la situación de las comunidades indígenas en Ecuador

Fuentes: Rebelión

Poco después de las últimas elecciones presidenciales en Ecuador, entrevistamos a Fernanda Vallejo para que nos haga un repaso sobre la etapa del último gobierno en su país. En su análisis destacan las perspectivas indígena y campesina, mundos en los que desempeña su labor como antropóloga. El país, su ecosistema y la agresión de las […]

Poco después de las últimas elecciones presidenciales en Ecuador, entrevistamos a Fernanda Vallejo para que nos haga un repaso sobre la etapa del último gobierno en su país. En su análisis destacan las perspectivas indígena y campesina, mundos en los que desempeña su labor como antropóloga.

El país, su ecosistema y la agresión de las mineras

Hablamos de un país pequeño, con 14 millones de ecuatorianos, mega diverso en términos de biodiversidad pero también en cuanto a cultura. «Hay veinte nacionalidades y se hablan 17 lenguas distintas. La mayor parte de la población del país se define como mestiza y casi todos tienen una vinculación directa con el mundo rural de una u otra manera.» Se trata fundamentalmente de un país agrícola, aunque la mayor parte de la población es urbana por la presión del sistema, todavía el 40% de los habitantes del país viven en el medio rural. «Es en el mundo rural donde se mantiene la base cultural del país a pesar de la presión mundial que existe en favor del urbanismo. Una parte importante de la población es indígena originaria quechua, se concentran en la Amazonía principalmente y también en la costa. Entre el litoral, la región andina y la Amazonía hay muchas formas culturales, diferentes visiones y modos de entender la vida. Como país, nuestro modelo de desarrollo está dedicado a la agro-explotación primaria, monocultivos, a pesar de lo cual mucha población indígena se dedica al cultivo del alimento que comemos, algo que en estos momentos de la historia es un lujo.»

El país es conocido por exportar bananas, cacao y café. «El monocultivo de cacao ha pertenecido durante décadas a los oligopolios, actualmente al igual que el café son productos campesinos, no precisamente por una inversión pública, sino por la capacidad que tienen los campesinos para deshacerse de las maneras de producción que no les benefician.»

A día de hoy el país vive de las exportaciones de petróleo y en los últimos tiempos se está recurriendo a la explotación minera sobretodo en territorios de la Amazonía y en lugares de gran impacto medioambiental como son los páramos de las zonas altas. «En estos lugares, encargados de mantener la regulación hídrica y la captura de carbono, es donde encontramos las fuentes de agua dulce más importantes, no sólo del país sino de toda la cuenca amazónica.» Hablamos de una de las principales reservas de agua dulce de todo el planeta. La minería a cielo abierto es la gran amenaza para este ecosistema. Lo mismo ocurre en Perú y Colombia.

Las explotaciones mineras utilizan ingentes cantidades de agua, agua dulce y limpia que desechan contaminada y sucia. Se requieren millones de litros para la explotación y los deshechos acaban yendo a los ríos. A pesar de que existen las llamadas piscinas de oxidación donde se intenta limpiar el agua y evitar la contaminación, la propia orografía del terreno lo hace muy difícil. La selva tropical presenta una configuración geológica muy frágil. «Allí llueve permanentemente, hay continuos desbordes de cauces y derrumbamientos de laderas y montes. Esto supone que las piscinas de oxidación no van a poder contener el agua sucia que acabará por contaminar los ríos. Además, aquí el suelo funciona a modo de esponja, permitiendo absorber y dosificar el filtrado del agua en la tierra; la minería quita esta cubierta vegetal produciendo, tanto grandes sequías, como inundaciones.»

Tanto en la selva húmeda tropical como en los páramos vive la gente. Gente que ha conservado este ecosistema y lo ha mantenido con sabiduría ya que depende de él para sobrevivir. «Lo han hecho tan bien que su presencia allí no se nota, apenas dejan huella en el paisaje. Desde los centros urbanos se dice que es selva virgen pero la población indígena ha vivido allí durante milenios, utilizando la naturaleza con una lógica y un respeto que permite que ella misma se regenere. Este es el modelo opuesto al del desarrollo capitalista y no se va a poder mantener de aquí en adelante.»

Como decimos, el imaginario nacional tiene la idea de que son tierras desocupadas. «La población de montaña realiza una agricultura itinerante sin permanecer mucho tiempo en un lugar y por ello se dice que allí no hay gente. Deciden que no hay pueblos y que se pueden explotar sus territorios; se dice que están vacíos o que son muy pocos y que el país necesita combustibles. Se trata de un imaginario creado que justifica la invasión y la explotación de la tierra.»

Durante los 50 y 70 se llamaron tierras baldías promoviendo una apertura a su colonización. «Ya hace décadas hubo conflictos interétnicos aunque con el tiempo se fueron encontrando mecanismos de coexistencia entre campesinos e indígenas. Entonces la población mestiza pobre fue a ocupar territorios de pueblos originarios con lo que ahora es difícil saber quién es indígena y quién no y qué pueblos son los originarios.» De esto se aprovechó el Estado. Desde entonces ha habido una guerra interna contra los shuars, con dirigentes presos, también muertos y muchos desplazados.

La explotación intensiva del petróleo comienza en los años 70, en la Amazonía. «Llevamos 40 años exportando petróleo, es nuestra principal fuente de ingresos sin embargo nuestras reservas no son muy grandes. El petróleo que se saca del Yasuní está vendido de antemano, se pre vendió todo principalmente a China. Todo lo que se saca ahora es para pagar la deuda de los últimos cinco años. Ahora la economía empieza a basarse en la minería, es la lógica del capital.» Para promover su implantación, ya ha habido ocupaciones militares y desplazamientos de indígenas Shuar en la Amazonía.

También se han construidos muchas presas para hidroeléctricas aprovechando la riqueza hídrica del país.» Venden esto como energía limpia produciendo energía que incluso se ha puesto a vender a los vecinos, sin embargo, a mi entender no está dando mucho resultado. Se podría plantear una economía de pequeños productores, lo que no generaría grandes capitales sino la posibilidad de llevar una vida austera en términos de dinero pero siendo autosuficientes y teniendo calidad de vida.»

En esta lógica de la implantación de modelos de desarrollo capitalistas, no se negocia con pueblos originarios. En ocasiones se argumenta directamente que no se trata de pueblos originarios, que no son territorios shuar, para así poder saltarse la consulta previa e informada a la que obliga el convenio 169 de la OIT, ratificado por Ecuador en 1998 [1] . Por lo general se habla de socializar las tierras y por tanto se les echa si no se adaptan al modelo y los empleos que les dan. «El Estado declara de utilidad pública las tierras y luego deposita un dinero en cuentas bancarias, es asunto de los propietarios si toma el dinero o no. Si no lo hacen interviene la fuerza pública. Ha ocurrido en comunidades enteras a las que se les ha invadido y destruido sus parques, iglesias… desalojadas por la llegada de las mineras. Tenemos una constitución que consagra los derechos de la Madre Tierra pero Correa explicó que también ella tiene deberes que cumplir, como generar ingresos y dar de comer a la gente pobre.»

Correa y el gobierno de Alianza País

Antes de empezar a analizar la última década de gobierno en su país, Fernanda avisa: «No me gusta personalizar en Correa ni en figuras carismáticas como ocurre en otras partes de Latinoamérica. Hay que superar este tipo de análisis. Prefiero hablar en este caso del gobierno de Alianza País.»

Tras el final de la dictadura en los 70, toca pagar las deudas contraídas en este periodo. De este modo se suceden gobiernos sin una capacidad real de funcionar. «Desde entonces no se ha tenido la oportunidad de tener un Estado capaz de administrar recursos y generar derechos reales, ni condiciones para la educación y la salud pública. La situación era de escuelas sin pupitres y hospitales sin gasas, donde la gente se tenía que comprar sus propios utensilios para ir a escuela o ser atendido en un hospital, ese era el nivel.»

En los primeros años del siglo XXI la presión neoliberal acabó dolarizando [2] el país, lo que supuso una crisis económica con el consecuente éxodo de dos millones de ecuatorianos que marcharon principalmente a España y Estados Unidos. A comienzos de 2000 el neoliberalismo se hizo insostenible con 5 presidentes en 5 años. «En 2000 llegó la dolarización que es similar al corralito argentino, la diferencia es que en Ecuador hay una economía más informal y muy poca gente con cuentas bancarias.»

Por entonces comenzaron las políticas públicas con fondos del Banco Mundial para el bilingüismo y proyectos sociales de salud. «Esto permitió también el reconocimiento de otras lenguas. Poco después surgió el movimiento urbano de los Forajidos que logró la caída del presidente Lucio Gutiérrez, lo que supuso la muerte política de la izquierda. La clase media quería una renovación política total.» Es entonces cuando surge Alianza País como una renovación de la izquierda.

Correa llega para por primera vez construir un Estado. «Una nueva constitución que se aprueba en un proceso colectivo, refunda el país. La idea es la de repartir la riqueza. Se reconocen los derechos de la naturaleza, el derecho al buen vivir y finalmente el estado plurinacional, una lucha del movimiento indígena.» Los precios del petróleo son en ese momento los mejores de la historia moderna y el gobierno aboga por poner caducidad a los contratos abusivos de las grandes empresas petroleras europeas y norteamericanas. «Se realizó una auditoría de la deuda externa que detectó evidencias de ilegitimidad e ilegalidad por lo que la mayor parte podía lícitamente no pagarse. Teníamos al FMI ahogándonos con políticas de ajuste estructural y en ese momento si Ecuador decidía no pagar supondría un precedente histórico a nivel global. Países como Argentina, Brasil o la India estaban a la espera de lo que se decidía en nuestro país.» Esta situación provocó la caída de los bonos de deuda lo que se consideró como una oportunidad para comprar esos bonos a bajo precio. «En definitiva, se echó marcha atrás y se aceptó pagar la deuda conseguida a precio menor, considerando este resultado como un buen negocio. Se reconoció la deuda que se había demostrado que no merecía ser pagada rebajando a una tercera parte el precio.»

Con los recursos de la explotación petrolera que el Estado se había apropiado, se incrementaron los bonos de subsidio de la gente con cero recursos. «Se duplicó de 15 a 30 dólares lo que fue para mucha gente absolutamente salvador.» Alrededor de esto se generaron políticas conductivistas para recibir las ayudas, la gente tenía que demostrar que escolarizaba a los niños y se adscribía a los centros médicos. Se realizaron inversiones en escuelas, hospitales y carreteras. El salario básico se incrementó y hubo ayudas para la vivienda. «Teníamos dinero y se redistribuía la riqueza.» Por otro lado, se promovió el llevar a cabo una revolución agraria que luego fue reforma y finalmente acabó en nada. Se dieron algunos subsidios al campo muy focalizados a modo de paquetes de agroquímicos, semillas híbridas y pequeños tractores. «Correa acabó por reconocer que la mayor deuda de su gobierno fue con los campesinos. Hubo necesidad de demostrar que se hacía una inversión enorme y modernizadora. El problema es que al mismo tiempo existe mucha corrupción y sobreprecios de estas inversiones y construcciones que es muy difícil de demostrar a día de hoy.»

Durante una década en la que el gobierno tuvo el apoyo popular se reestructuró el Estado. En esta etapa hubo una borrachera de consumo que a la gente le gustó, la clase media estaba encantada. Sin embargo, todo lo que había funcionado comunitariamente y de forma autogestionada desde hacía mucho, como en la administración del agua, la tenencia de la tierra, las radios comunitarias… se reconoció pero a cambio tuvo que pasar el filtro de la supervisión del Estado y adecuarse a sus normativas y leyes. En este proceso se limitó la capacidad autónoma de gestión en las comunidades. «En mi país el tendido eléctrico, el agua que llega a las casas, los caminos, han sido levantados por la autogestión de la gente en muchos lugares y comunidades. Ahora el Estado, sobre esta organización ya hecha, se pone a normativizar y de algún modo, se la apropia mediante sus leyes sin merecerlo. Lo público está sirviendo para agredir a lo comunitario.» El tema de la alimentación está siendo sujeto también a esta normativización. «El queso y la carne procesada hechos artesanalmente como se han hecho toda la vida, son ahora normativizados con criterios similares a las normativas de salubridad de la UE. La gente no puede vender sus alimentos porque no tiene permisos y para obtenerlos necesita hacer una inversión.» Esta situación convierte al campesino en un potencial infractor, si no está registrado su actividad comercial es ilegal. «El Estado ha asumido su rol controlando la autogestión de las clases populares y generando muchas posibilidades de acumular capital.»

El pasado mes de abril Alianza País, el partido de Correa, volvió a ganar las elecciones con Lenín Moreno como nuevo presidente. Al respecto de las elecciones Fernanda afirma que a su parecer se encontraban ante dos opciones políticas que no daban ninguna opción. «Por un lado, el capitalismo estatista que persigue las iniciativas de autonomía popular, del otro los neoliberales, herederos de los responsables de la dolarización del país a principios de siglo, que subirían tarifas y eliminarían los subsidios. La democracia se está desmoronado, el voto es obligatorio y no votar supone una multa. Hay una batalla de lo privado y de la implantación de lo público contra lo comunitario. En un país en que se ha funcionado mucho con lo comunitario para salir de la crisis.» En esta situación, el movimiento indígena, en pie de lucha desde hace 15 años, continúa firme a día de hoy. Recién se ha empezado a reconocer la existencia de pueblos indígenas y sus derechos. «Ha sido un movimiento muy criticado por la intelectualidad de izquierda latinoamericana por oponerse a los modelos de desarrollo capitalista que la izquierda ha implementado como remedio para superar la pobreza y la crisis económica en muchas partes del continente. En los últimos 10 años se les ha tratado como minoría, con un discurso minorizante, tratando de incluirlos y convertirlos en sujetos de tutela.»

Las mujeres del medio rural

A pesar de todo este panorama hay unas protagonistas que Fernanda destaca, las mujeres rurales campesinas. Fernanda trabaja con ellas en la zona interandina. La implantación del mercado neoliberal con el negocio del cultivo de flores en la zona, hizo que Fernanda fuera a preguntar cómo estaba la situación. Su trabajo como antropóloga consiste en investigar y realizar un análisis sobre el impacto social que tiene la llegada de esta nueva industria en las comunidades, especialmente en lo referente a la situación de las mujeres. La expulsión de los hombres del campo para buscarse la vida principalmente en las ciudades, hace que las mujeres se hagan cargo del campo y de la economía doméstica. Las mujeres son las que se emplean en los monocultivos de flores. Las abuelas se ponen a la crianza de los niños. Estas mujeres están socialmente señaladas por abandonar su hogar, hay celos y violencia contra ellas.

Pero además de su trabajo en la industria de las flores, estas mujeres se están afianzando en la agricultura tradicional y produciendo un retorno al campo como forma de subsistencia con su propio trabajo. «Esto produce un orgullo y una afirmación de identidad de género, cultivan, comercian, dan de comer a sus familias y mantienen el saber de sus antepasados. En su espacio domestico se fortalece su autonomía y su respeto.»

En este sentido, otro proceso interesante que está sucediendo en el mundo rural indígena es el de la escolarización femenina, llegando casi a la paridad con los niños. Esto supone que nuevas generaciones de jovencitas con conocimientos y habilidades técnicas que tienen muy claro, al contrario que los varones, que su prioridad es quedarse en el campo para renovar y resignificar la agricultura tradicional. Su sueño no es ir a la ciudad ni trabajar en las empresas de monocultivos para ganar dinero, ni llegar a ser encargadas. Su trabajo es tener autonomía para ser dueñas de su tiempo. A pesar que el marco jurídico es muy adverso, ellas se mantienen y venden sus productos de temporada o sus comidas preparadas en las ferias y mercados.»

«Nuestro trabajo allí, consiste en ir introduciendo un análisis más de género sobre su situación. Ellas no tienen esta lectura en su mayoría. Conocerla enriquece su estrategia para seguir afrontando el futuro en el mundo de sus comunidades. A las muchachas jóvenes que han estudiado hay que ayudarlas porque en sus comunidades la última palabra la tienen los mayores y hacerse oír resulta difícil en ocasiones.»

Otro desafío es tratar de que no les coarten desde el Estado, teniendo que pedir permisos y siendo ultra reguladas en sus actividades. «Soberanía alimentaria, saberes culinarios, medicinales, identidad indígena, vida campesina, mantenimiento de la lengua… Tenemos la responsabilidad de apoyar sus procesos y de encontrar canales para fortalecerlos. En esta circunstancia que se avecina de más capitalismo si hay posibilidades de mantener todo lo anterior es en torno a estas mujeres.»

Notas:


[1] El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales , es una convención adoptada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1989 . Es el principal instrumento internacional sobre derechos de los pueblos indígenas .

[2] La dolarización es el proceso por el cual un país adopta de manera oficial el uso de la moneda estadounidense, de allí el origen del término, para su uso en transacciones económicas domésticas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.