En este artículo la autora analiza las amenazas a que está siendo sometida la democracia, no solo en Brasil, también en el resto del mundo.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que la democracia en el mundo corre peligro a causa del “fascismo, por el nazismo, por la extrema derecha rabiosa, ignorante, bruta, que ofende a las personas” y citó como ejemplos al ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro y al actual mandatario argentino, Javier Milei.
Durante su intervención en la ceremonia de anuncios para la reconstrucción de los municipios gauchos, en el estado de Rio Grande do Sul, el mandatario señaló que “la democracia está en peligro» y continuó señalando que «quién actualmente está en contra del sistema y lo critica todo, es Milei en Argentina; él es quién quiere cerrar el Banco Central y cortar todo con serrucho”.
Con anterioridad a esas declaraciones se supo que los ex generales Marco Freire Gomes y Carlos Almeida Baptista Jr., del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, acusarán a Bolsonaro de emprender un golpe de Estado contra el presidente electo en octubre de 2022. Bolsonaro no reconoció el resultado de los comicios, por lo que sus seguidores intentaron tomar por la fuerza la sede de los Tres Poderes en Brasilia, el 8 de enero de 2023.
En cuanto a Bolsonaro, Lula acotó que es sabido que “hasta hoy no reconoce su derrota. El otro día dijo: ‘No sé cómo perdí’. Él no sabe cómo perdió porque gastó casi 300 millones de reales y pensaba que no iba a ir preso”. Añadió que “la política está llena de un odio que seguramente la mayoría de los que hacen política aquí nunca lo han experimentado” y precisó que la coexistencia pacífica entre adversarios ha terminado en muchos países.
En defensa de la democracia
Mientras, movimientos populares y fuerzas sindicales convocaron manifestaciones en las capitales de los estados el próximo 23 de marzo, en defensa de la democracia y contra la amnistía de los condenados en los hechos del 8 de enero. Las manifestaciones salen a la calle en respuesta al discurso de Jair Bolsonaro en la Avenida Paulista, el 25 de febrero.
“Es una forma muy clara para que los movimientos populares demuestren fuerza a través de la movilización. Esta manifestación del día 23 no tiene intención de ser mayor, igual o menor que otras manifestaciones realizadas por nosotros en otros momentos, mucho menos que la de los bolsonaristas. Las calles siempre han sido un escenario para la izquierda y no podemos abandonarlas”, dijo João Paulo Rodrigues, líder del Movimiento de los Trabajadores sin Terra (MST).
En el podcast Três por Quatro, el ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genoíno respalda la afirmación de la dirección del MST. Según él, “si estos frentes no se movilizan, si no los ponemos en las calles, no construiremos esto con un arco caído del cielo, ni como un hongo después de la lluvia”.
Lula pide paciencia
“El gobierno adoptó la línea de no polarizar, de no confrontar, y perdió puntos, porque el país vive un clima de polarización”, dijo José Genoino en el podcast Três por Quatro, refiriéndose a encuestas recientes que apuntaban a la caída de la popularidad del nuevo gobierno de Lula.
Los datos recogidos por la encuesta Genial/Quaest muestran que la valoración positiva del gobierno cayó del 54%, en diciembre de 2023, al 51%. Mientras tanto, la desaprobación a la gestión aumentó del 43% al 46%. Si bien no muestra una variación significativa en la evaluación, indica que el bolsonarismo sigue sabiendo movilizar y motivar a sus bases.
Mientras, la encuesta IPEC publicó los siguientes porcentajes de evaluación del tercer gobierno de Lula: “excelente” con un 33%, “regular” también con un 33% y “malo” con un 32%. El resultado no cambia mucho en la encuesta Atlas-Intel, en la que la valoración positiva bajó del 52% al 47%, y la desaprobación subió del 43% al 46%.
Para José Genoíno, las encuestas son una advertencia, pero no son “el fin del mundo”, a la vez que añade que “Lula es muy sensible, admitió que no cumplió con la población lo que había prometido, pero dice que la gente tiene que tener paciencia”.
Genoíno explica que el gobierno de Lula 3 carece de “ingeniería política, de un sistema de articulación social, cultural y biológica de partidos para llevar a cabo una confrontación fuera de los marcos institucionales”. El actual modelo de gobernanza “está en entredicho por las encuestas”, que reflejan “un momento de intensa disputa en el país”, añade.
“En mi opinión, es posible afrontar puntos delicados. Además del ingreso y del salario, que es el principal problema, tenemos que enfrentar el problema de los precios y las medidas que se deben tomar a nivel de democracia«, continuó Genoíno. Para que el gobierno Lula pueda “cumplir lo prometido, tiene que hacer cambios y transformaciones: faltó apoyo político de la Cámara, del Senado, del PT, de los partidos de izquierda y de los movimientos sociales”, añadió Genoíno.
Mientras, el politólogo Rudá Ricci evalúa que “el gobierno Lula 3 es un pacto de las élites, de la nueva república; es un pacto que ya no se puede sostener y por eso el gobierno está en crisis«, continuando su análisis con la siguiente sentencia: “si el PT no puede movilizar su base social, no podrá crear un hecho político«.
Genoíno señala la necesidad de que la bancada del PT y los partidos de izquierda se unan. “Tiene que haber un bloque en la Cámara, ese bloque independiente del gobierno que polarice, discuta y hable con la sociedad”. Y sostiene que es necesario establecer límites a los vínculos que se realizan con otras alas del gobierno.
Según él, el gobierno no puede ceder en los derechos de las mujeres, la nueva educación secundaria, la solidaridad con los palestinos, la comunidad LGBTQIA+, la población negra y el pueblo yanomami. “Es necesario establecer una plataforma para los derechos del pueblo”.
Juraima Almeida es investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
Fuente: https://estrategia.la/2024/03/16/lula-advierte-que-la-democracia-corre-peligro-por-el-fascismo/
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