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Elecciones municipales 2020

La derecha brasileña en crisis

Fuentes: Rebelión [Imagen: Comunicación de los resultados de las elecciones municipales 2020. Créditos: AscomAGU. Fotos Públicas]

En este artículo Emir Sader analiza la situación en que queda Bolsonaro y las derechas brasileñas tras las elecciones del pasado domingo (15).


Todos los sectores que integran la derecha brasileña, desde los más extremistas a los más moderados, se conformaban con seguir subordinándose a la dirección de Bolsonaro y contaban con él como  su candidato para el año 2022, para intentar nuevamente, de una forma u otra,  derrotar al PT. El aumento en el nivel de apoyo a Bolsonaro como ayuda de emergencia, confirmó, a algunos sectores que querían tener una candidatura alternativa, que sería imposible competir con él.

No obstante, de pronto, el gobierno ha vuelto a entrar en la crisis, debido a la acumulación de una serie de hechos que afectaron directamente a Bolsonaro, desequilibrándolo. Antes de las elecciones en Estados Unidos ya se había difundido una serie de denuncias sobre su hijo Flávio, que parece estar en una situación cada vez más crítica.

Seguidamente, se celebraron las elecciones en EEUU, que cogieron desprevenido a Bolsonaro, quien creyó ingenuamente en las bravuconerías de Trump, en las que afirmaba que sería reelegido fácilmente. En público, Bolsonaro  no quiere reconocer la victoria de Biden, pero va asimilando la nueva situación. Una derrota con consecuencias a varios niveles para él: la primera, antes que nada, el aislamiento internacional de su política de gobierno al quedarse sin el apoyo del gobierno de Trump.

En segundo lugar, significa el fracaso del estilo político de Bolsonaro, en la medida en que Trump pasa a formar parte de la limitada lista de presidentes estadounidenses que no fueron reelegidos.  Esa derrota golpea a Bolsonaro justo en el momento en que todo está absolutamente supeditado a su proyecto de reelección.

En tercer lugar, en la forma de la derrota de Trump, con la oposición haciendo  de la campaña electoral un referéndum sobre Trump, la cual aglutina a todos los sectores que  lo rechazan, dede los moderados, entre los que se incluyen algunos dirigentes del Partido Republicano, hasta los más radicales, como el ala de izquierda del Partido Demócrata. Situación que también vive Bolsonaro, cuando sus palabras son confrontadas con la desastrosa realidad de su gobierno, táctica que puede ser seguida por la oposición brasileña.

En cuarto lugar, la presión que el nuevo gobierno estadounidense ejercerá sobre el brasileño, en primer lugar sobre los temas de protección de la Amazonia, junto con cuestiones de derechos humanos y política internacional. No será fácil dirigir el gobierno brasileño a partir de que el nuevo gobierno estadounidense tome posesión, el 20 de enero de 2021.

Las elecciones municipales han traído malos resultados para Bolsonaro, quién al principio dijo que no participaría en la campaña, aunque terminó participando de la manera más desastrosa. Él se ha convertido en el mayor perdedor, con un fortalecimiento de todos los sectores de la oposición, tanto los de derecha, como los de izquierda.

Los distintos sectores de derecha se alejan de Bolsonaro. El PSDB reafirma que su candidato será João Doria, gobernador de São Paulo. El DEM, que salió reforzado de las  elecciones, comienza a preparar la candidatura de Luciano Huck, pop star de la televisión. El PSD, que fue el partido que ha conseguido más candidatos en  estas elecciones, dice que tendrá un candidato propio. Se debilita así el bloque político de apoyo a Bolsonaro, quien cada vez depende más del centrão, un aliado incierto en la medida en que se acercan las nuevas elecciones presidenciales.

Paradójicamente, cuando está resurgiendo el espíritu de unidad en la izquierda, es la derecha quién sufre más sus divisiones, entrando abiertamente en  crisis. Bolsonaro depende más que antes de la situación económica, que se encuentra en pésimas condiciones. En este sentido, el año 2022 se presenta, cada vez más, favorablemente para la izquierda, si es que la gran crisis que se avecina no plantea plazos más cortos para el gobierno actual.