Al mundo ya no nos sorprende nada de lo que haya hecho o pretenda hacer la política de invasión y atropellos de toda naturaleza de los EE.UU. y sus aliados, a países y regiones en su carrera desenfrenada por mantener sus privilegios, arrogándose el derecho que solamente les otorga su poderío económico y militar, por […]
Al mundo ya no nos sorprende nada de lo que haya hecho o pretenda hacer la política de invasión y atropellos de toda naturaleza de los EE.UU. y sus aliados, a países y regiones en su carrera desenfrenada por mantener sus privilegios, arrogándose el derecho que solamente les otorga su poderío económico y militar, por preservar un sistema, que cada día que pasa se vuelve insostenible para el ser humano y la naturaleza.
Es de conocimiento general de la existencia de una ley norteamericana, que les da el derecho a sus ciudadanos mediante un trámite moroso, para que puedan solicitar la desclasificación de documentación secreta, referente a hechos que se suscitan en cualquier parte del mundo y donde ellos los norteamericanos, siempre fueron parte activa de esos sucesos.
Desclasifican lo que a ellos les conviene, borran los datos más importantes, pero al fin se puede constatar casi siempre, de la participación oficial del gobierno norteamericano, en golpes de estado, asesinatos de personalidades políticas y sindicales, desapariciones de personas, tráfico de armas, y de drogas, apoyo a desestabilizaciones a gobiernos democráticos que no son sus «clientes»,torturas a ciudadanos del mundo utilizando otros países con la complicidad de gobiernos sirvientes a sus intereses. Y toda esa suerte de infortunios para los pueblos en que ellos intervienen, siempre es con la complicidad y la venia de las clases dominantes, como agentes criollos del sistema depredador, el capitalismo.
Cuando desclasifican algunos documentos tarde mal y nunca, quieren dar la sensación de su falso reconocimiento de culpa, y «transparencia».Muchos de los hechos y sucesos que son desclasificado, generalmente, ya han pasado décadas desde que ocurrieron y sus autores intelectuales ya no están de moda, así como los autores materiales, ya no existen o siguen disfrutando de sus fechorías. Y quien desclasifica documentos pretende aparecer del «gobierno bueno».Nos quieren convencer como a tontos, de que los crímenes de estado, no tienen responsables personales y eso es una aberración jurídica, además cuando se trata de crímenes de lesa humanidad como son los actos que generalmente cometen, no prescriben y algún día el mundo tendrá que juzgar a todos los responsables en el lugar en que se encuentren.
La revelación reciente de miles de documentos, por parte de Wikileaks, de un periodo sobre la invasión a Irak, está mostrando al mundo un hecho que todos hemos condenado, por las atrocidades que se cometen, pero ahora no son suposiciones de torturas, son pruebas fehacientes de crímenes a miles de ciudadanos mayoritariamente a civiles. Las tropas de Irak que la coalición invasora entrena, resultaron estar a la altura de sus maestros. No sólo enseñan como torturar, sino que todo lo que se está revelando fue y es del conocimiento de todos los invasores, especialmente los mandos en el terreno y sus gobiernos.
Aquí poco es lo que hay que investigar, hay que enjuiciar, juzgar y condenar. Pues ya el mundo viene condenándolos con ira contenida y si como dicen ser creyentes, ojalá que la justicia divina, también los castigue.
Son tan descarados, ante esta importante filtración de documentos, cuando ellos saben que sólo una minoría del mundo, dudan de sus métodos de terrorismo de estado y que la gran mayoría del planeta siempre los condenó. Una vez más muestran su carencia de empatía con las victimas de esos pueblos, porque como respuesta a tan tamaño escándalo ,salen a declarar que : «están preocupados con estas filtraciones» y que las mismas «pondrían en peligro a sus tropas en el terreno».Reconocen tácitamente los documentos, pero ni siquiera una palabra para lamentarse de este tipo de hechos criminales, donde la peor parte la llevan los civiles que no portan ni un arma para defenderse, y lo que se va demostrando es que los «cazan como a animales».
Ya seguiremos viendo que más, nos revelarán los documentos que seguirán saliendo sobre Afganistán, es seguro que es más de lo mismo.
El pueblo Norteamericano y los pueblos de los demás países de esta coalición criminal, que invaden esas naciones impunemente y pretenden invadir otras, poniendo en peligro a la humanidad y el planeta. Tienen una deuda enorme con el mundo, generalmente decimos que los responsables «son los gobiernos», pero esos gobiernos tienen unos mandantes que son los pueblos, ¿acaso no se vanaglorian de su vieja democracia? O sea que esos gobiernos invasores son genuinos representantes de esos pueblos, tienen la obligación de deslindar responsabilidades, de lo contrario son cómplices de todas las atrocidades que cometan sus gobiernos en nombre de ellos.
La lucha no solamente debe ser por más pan y comida, hay intereses supremos como el derecho a la vida, la libertad, la dignidad y el derecho de los pueblos por regir su propio destino en un mundo de iguales, sin invasores ni invadidos
* El autor es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)