Julian Assange en el balcón de la embajada ecuatoriana en Londres el año pasado Credit Kirsty Wigglesworth/Associated Press Read in English LONDRES – Ecuador celebra este domingo 19 de febrero la primera vuelta de sus elecciones presidenciales, pero los resultados también repercutirán en el futuro de un hombre a miles de kilómetros de distancia del […]
Julian Assange en el balcón de la embajada ecuatoriana en Londres el año pasado Credit Kirsty Wigglesworth/Associated Press
LONDRES – Ecuador celebra este domingo 19 de febrero la primera vuelta de sus elecciones presidenciales, pero los resultados también repercutirán en el futuro de un hombre a miles de kilómetros de distancia del país sudamericano: Julian Assange, el fundador de WikiLeaks.
Este pidió asilo político hace cinco años en la embajada ecuatoriana en Londres y ha vivido ahí desde entonces.
Assange se mudó a la delegación diplomática en Knightsbridge, uno de los vecindarios más acaudalados de la capital británica, después de ser acusado de violación en Suecia, cargos que él asegura buscan encubrir un esfuerzo estadounidense para extraditarlo y enjuiciarlo por espionaje.
Dependerá de las elecciones si Ecuador continúa siendo el guardián receloso de Assange, quien fue asilado por el presidente Rafael Correa en 2012. Ocho candidatos buscan sustituir a Correa y al menos dos han dicho que quieren fuera al fundador de WikiLeaks.
Si los resultados reflejan las encuestas, es poco probable que Assange tenga que empacar sus maletas pronto. El sucesor preferido por Correa, Lenín Moreno, está a la delantera y los sondeos indican que habrá una segunda vuelta, por lo que el futuro de Assange no quedará decidido sino hasta abril.
Pero si Guillermo Lasso, del Movimiento Creando Oportunidades, o Cynthia Vinteri, del Partido Social Cristiano, consiguen un triunfo sorpresivo, la situación de Assange ciertamente cambiará.
«Como presidenta de esta nación, yo necesito el dinero que se ocupa en mantenerlo para poder darles, por ejemplo, el almuerzo a mis niños en las escuelas», dijo Viteri el 16 de febrero. «Le retiro el asilo», dijo, que acusó fue otorgado por Correa a cambio «del silencio del señor Assange». No ofreció detalles.
Viteri está en tercer lugar en las encuestas con un 14 por ciento de respaldo.
En el pasado, Lasso ha apoyado el asilo a Assange, pero expresó otra opinión en una entrevista con el periódico The Guardian el pasado 9 de febrero.
«El pueblo ecuatoriano ha estado pagando un coste que no deberíamos tener que soportar», dijo. «Cordialmente, le pediremos al señor Assange que salga en treinta días de asumir el mandato».
El canciller ecuatoriano Guillaume Long ha rechazado la idea de que Assange será forzado a dejar la embajada. «Ecuador ha ratificado su asilo varias veces y, con este gobierno, no hay decisión para revocarla», dijo en entrevista el viernes. «No olvidemos que se le otorgó el asilo a Julian Assange por temor a una posible persecución política».
Lenín Moreno, quien encabeza las encuestas, prácticamente no se pronunció sobre el tema de Assange durante la campaña, que ha estado más enfocada en cuestiones económicas.
La especulación sobre si Assange ya no era bienvenido empezó a crecer después de que la embajada le quitó el acceso al internet en octubre, poco antes de las elecciones en Estados Unidos. WikiLeaks publicó decenas de miles de correos electrónicos hackeados de personas dentro de la campaña de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata.
«No queríamos ninguna ambigüedad», dijo Long sobre la decisión de restringir el acceso a la web de Assange. «Queríamos dejar claro que la misión diplomática de Ecuador no estaba siendo usada para interferir en el proceso electoral estadounidense».
Long añadió que Assange, a quien vio por última vez en junio, vivía en «condiciones extremadamente difíciles» y en un espacio pequeño con poca luz natural. «Londres no es precisamente una ciudad muy luminosa y el invierno es largo».
El canciller habría revelado cierto descontento con la larga estadía de Assange en la embajada, según el reportaje de The Guardian, pero en la entrevista del viernes descartó la idea de que darle asilo al fundador de WikiLeaks haya implicado un costo financiero que los ecuatorianos no podían cubrir. En vez, dijo, el costo ha sido político.
«Tomamos una decisión con principios y habla bien de un país que defiende sus ideales, no solo intereses nimios», dijo.
«Tener a una persona más en la embajada es una suma marginal al costo» de administrarla, continuó. «¿Qué tanto cuesta tener a alguien en la recámara?».