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La Escuela de La Higuera

Fuentes: Rebelión

El 9 de octubre de 1967 a la 1 y 10 de la tarde fue fusilado Ernesto Guevara en la Escuela de La Higuera, en Bolivia. Argentino de nacimiento, cubano de adopción, entendió que la lucha es de clases en Guatemala. Nuestramericano es su verdadero gentilicio. En horas de la mañana de ese aciago día, […]

El 9 de octubre de 1967 a la 1 y 10 de la tarde fue fusilado Ernesto Guevara en la Escuela de La Higuera, en Bolivia. Argentino de nacimiento, cubano de adopción, entendió que la lucha es de clases en Guatemala. Nuestramericano es su verdadero gentilicio. En horas de la mañana de ese aciago día, el Che daría su última clase. Una de las maestras se quejaba de que un rufián usurpaba su lugar de trabajo. Ella entró porque tenía que buscar unos papeles y se encontró con el Che. Éste le habló con voz susurrada sobre esa escuela; le preguntó por las niñas y niños que allí estudiaban; le dijo que educar es predicar con el ejemplo; que la nueva cultura, los nuevos valores, una nueva hegemonía y una nueva subjetividad histórica deben ser los pilares para la construcción de una sociedad cualitativamente distinta a la mercantil capitalista que ha sembrado de miseria al mundo; y hasta le llamó la atención por tener la pizarra escrita con algunos errores ortográficos.

La pedagogía anfictiónica de Ernesto Guevara es pedagogía para la liberación. «Estudiando a Latinoamérica aprendemos también un poquito a conocernos, a acercarnos más, y conocemos mejor nuestras relaciones y nuestra historia. Estudiar Latinoamérica significa estudiar la penetración imperialista, es decir, estudiar su economía, allí verán los gérmenes de todo lo que está ocurriendo hoy y nada más». Su obra pedagógica está estructurada, según Lidia Turner Martí, en tres momentos: «la teoría de la educación del hombre socialista cubano», «la pedagogía social» y «la educación cubana». Todos ellos giran alrededor de un eje: educación socioproductiva y comunitaria. El culto al trabajo colectivo y con fines colectivos, decía el Che, «debe ser desarrollado: brigadas de voluntarios, que construyan caminos, puentes, muelles o diques, que construyan ciudades escolares». Al respecto explica: «Nuestro punto de referencia debe ser penetrar rápidamente en el dominio de aquellas ramas industriales que tiendan a crecer aceleradamente y que darán fisonomía al mundo industrial en la próxima generación. Es necesario prestar atención preferente a lo que es nuevo en el terreno industrial, a lo que tiende a desarrollarse más rápidamente, sin llegar a subestimar lo convencional. Estas nuevas tendencias industriales están muy ligadas al dominio de la química, la electrónica, la mecánica fina o de precisión, la fabricación de nuevos metales entre otros».

La maestra de la Escuela de La Higuera totalmente anonadada y consciente de que «todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo y de movilización» les dijo a los soldados al salir que ese hombre estaba lejos de ser un bandolero, «se equivocan, es un caballero, nunca he sido tratada por alguien como él me trató»

Alí Ramón Rojas Olaya es el Rector de la Universidad Católica Santa Rosa.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.