En Grecia se ha puesto en marcha -¡qué paradoja de la historia!- el proceso al que más temen las autoridades europeas, la democracia que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente. Durante años, los que gobiernan vienen diciendo que todo lo que hacen es por el bien de los ciudadanos y que […]
En Grecia se ha puesto en marcha -¡qué paradoja de la historia!- el proceso al que más temen las autoridades europeas, la democracia que permite revelar las preferencias y los intereses de la gente.
Durante años, los que gobiernan vienen diciendo que todo lo que hacen es por el bien de los ciudadanos y que las medidas que toman son las que más convienen a todos. Aunque las encuestas -como el Eurobarómetro de diciembre pasado- son claras y vienen mostrando desde hace mucho tiempo que no es eso precisamente lo que piensan los europeos.
. Solo el 25% cree que las cosas van por la buena dirección en Europa, solo el 29% tiene confianza en su gobierno y solo el 37% en la Unión Europea.
. Solo el 40% cree que su voz cuenta en la Unión Europea, solo el 43% está satisfecho con la democracia existente en la UE y solo el 40% cree que los intereses de su país han sido tomados en cuenta por sus diferentes instituciones.
Pero esas encuestas las lee muy poca gente y además están precocinadas para que no hagan demasiado daño a los gobernantes.
Lo que sí les duele de verdad a todos ellos es lo que acaba de pasar en Grecia, que se vea claramente y sin ningún tipo de dudas que la inmensa mayoría de la población no cree lo que le dicen, y que no quiere que se sigan imponiendo esas políticas que dicen aplicar por el bien de la mayoría porque la verdad es que son contrarias a los intereses mayoritarios de la población. Por eso querían evitar el referendum y por eso se van a vengar ahora de Grecia con toda su fuerza.
Al pueblo heleno no le van a perdonar que haya tirado de la manta para poner en evidencia a la Europa totalitaria que con palabrería vacía gobierna en contra de lo que quiere la mayoría de los europeos.
Las autoridades europeas y los economistas que defienden las políticas que se vienen imponiendo en Europa en los últimos años se empeñan en presentar las cosas como resultado de una disyuntiva: o se hace lo que dicen ellos, o vendrá el caos. Basta oírlos día a día en los medios de comunicación, donde aparecen sin descanso.
Por un lado, se presentan ellos y sus propuestas sensatas y cargadas siempre de una lógica que a primera vista suena como indiscutible: hay que moderar los salarios y eliminar derechos laborales -aunque a esto lo llaman flexibilizar- para que se creen puestos de trabajo, hay que reducir los gastos del Estado en servicios públicos o en pensiones porque suponen una carga que no nos podemos permitir, los impuestos son innecesarios y es mejor bajarlos, hay que privatizar las empresas y servicios públicos porque los privados funcionan mejor y todo eso es todavía más imprescindible ahora porque hemos de reducir la deuda por encima de todo… En ese bando están Merkel o Rajoy y los economistas que los acompañan con su fundamentalismo ideológico para justificar estas medidas que a la postre solo están beneficiando a las grandes empresas y patrimonios.
En el otro lado estamos todos los demás, los que no sabemos nada -según dicen-, los que solo vamos a traer el caos y la pobreza, los que con nuestras propuestas haremos que salgan capitales a montones, los que arruinaremos a los pensionistas y haremos que el paro se multiplique. Ahí están ahora, Syriza o Varoufakis.
Blog del autor: http://juantorreslopez.com/impertinencias/la-europa-totalitaria-en-evidencia/