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Entrevista a Manuel García-Carpintero sobre Relatar lo ocurrido como invención (I)

«La filosofía tiene un carácter ‘holístico’. Se centra en el estudio de conceptos como saber, verdad, representar»

Fuentes: El viejo topo

Manuel García-Carpintero es catedrático de Filosofía del lenguaje de la Universidad de Barcelona y autor de Las palabras, las ideas y las cosas y de reconocidos artículos publicados en revistas como Mind o Journal of Philosophy. Para consultar sus trabajos más recientes, http://www.ub.edu/grc_logos/manuel-garcia-carpintero Me centro si te parece en tu último libro, Relatar lo ocurrido […]

Manuel García-Carpintero es catedrático de Filosofía del lenguaje de la Universidad de Barcelona y autor de Las palabras, las ideas y las cosas y de reconocidos artículos publicados en revistas como Mind o Journal of Philosophy. Para consultar sus trabajos más recientes, http://www.ub.edu/grc_logos/manuel-garcia-carpintero

Me centro si te parece en tu último libro, Relatar lo ocurrido como invención (Madrid, Cátedra, 2016). Doy cuenta de su índice para el lector: Introducción, cinco capítulos (iba a escribir densos capítulos pero no lo he hecho finalmente) y un epílogo. Los capítulos: 1. Actos de habla. 2. El discurso de la ficción y los actos de habla. 3. Mundos ficticios. 4. Referencia y ficción. 5. Metáfora, imaginación y ficción. ¿En quiénes pensaste cuando lo escribiste? ¿En especialistas en el tema, en estudiantes universitarios en formación, en un público más amplio?

Un público culto en general, interesado en la filosofía, y dispuesto a hacer el trabajo de reflexión que requiere. 

¿No es algo paradójico el título del libro? Relatar, dar cuenta de lo ocurrido, digamos, de los hechos, de lo sucedido, pero… ¿como invención?, ¿al gusto de cada uno?

Como explico en la introducción, seguí la práctica de Javier Marías de tomar frases de Shakespeare para sus títulos; yo tomé una de su «Negra espalda del tiempo» para el mío. La frase hace referencia a una de las cuestiones centrales de la filosofía contemporánea de la ficción, que utilizo para vertebrar el libro; la introducción lo presenta, y el epílogo resume lo que los debates en el libro contribuyes a responderla. Se trata de si las obras de ficción pueden contener aseveraciones, presentadas como verdaderas. Yo argumento que sí, utilizo justamente el ejemplo de cómo diversas ficciones presentan propuestas sobre esta misma cuestión a manera de ejemplo, y me permito dialogar con esas obras. Una de ellas es justamente «Negra espalda del tiempo». No estoy seguro de que Marías la entienda igual que yo, por las razones que considero en el epílogo. Para mí la frase sugiere que una obra de ficción puede «relatar lo ocurrido», pese a que, por su naturaleza, en principio se presente como «invención». 

El subtítulo: «Una introducción a la filosofía de la ficción contemporánea? No sabía de la existencia de la filosofía de la ficción como especialidad académica. ¿Desde cuándo se practica? ¿Desde cuando se habla de «filosofía de la ficción»? ¿De dónde su necesidad? ¿No es más bien asunto de literatos y de críticos que de filósofos?

No sé en qué medida puede considerarse una «subdisciplina». En vista de lo poco explícito del título, necesitaba añadir un subtítulo con una indicación más precisa de su contenido. En el sentido en que entiendo la idea, los filósofos se han ocupado de la ficción ya desde Platón. Como sucede con otros casos (filosofía de la biología, de la física, de la lingüística), los estudiosos de la ficción (literaria, fílmica, etc.) y nosotros los filósofos nos ocupamos de las mismas cosas, pero con diferentes perspectiva e intereses. Entiendo que a ellos, como a nosotros, nos interesa la cuestión de si las ficciones tienen «valor cognitivo», permiten adquirir conocimiento. A nosotros nos interesa desde el punto de vista general de construir teorías de la naturaleza de la ficción y de su relación, igualmente en general, con esas otras nociones centrales en nuestra concepción del mundo y de nuestra representación de él, conocimiento, verdad, realidad, etc. 

¿Cómo debemos entender aquí «ficción»? ¿Novelas, poesía, películas, vídeos, teatro, cuentos, historia conjetural,..? ¿Habría que incluir también la pintura, la escultura y otras disciplinas artísticas?

De la misma manera que en el caso de los filmes distinguimos los documentales de las películas de ficción, distinguimos pinturas (retratos, sucesos, paisajes y edificios …) que son ficción, de los que no lo son. Lo mismo vale para la escultura, y todos los otros géneros que mencionas. 

Por lo demás y si me permites ¿no es abarcar demasiado? ¿No es un campo, el de la ficción, muy pero que muy heterogéneo? ¿Una única casilla para tanta diversidad?

Sí, sin duda; al estudioso de la literatura o de los filmes le interesan todos los detalles que distinguen géneros, etc; a nosotros nos interesa la naturaleza en general del fenómeno. 

Entro en el contenido del libro propiamente. No sé si cometo un error si afirmo que estamos ante un ensayo de filosofía analítica. Si fuera así y no estuviera muy equivocado, ¿qué deberíamos entender por filosofía analítica en tu opinión hoy, en 2017? ¿Qué la distingue de otras corrientes o de otras tradiciones filosóficas? ¿Es equivalente a la herencia filosófica del neopositivismo lógico por ejemplo?

Sólo la historia (provenir de la obra de Frege, Russell y Wittgenstein, cuyas aportaciones fundamentales todo filósofos analítico conoce a grosso modo desde su etapa formativa), y otras circunstancias sociales igualmente contingentes, qué revistas y editoriales se consideran más importantes y se supone que uno debe seguir, qué congresos se procura atender, etc. No hay en absoluto ninguna diferencia temática con otras tradiciones; y, aunque se prime la precisión y la claridad en la expresión de los puntos de vista y de los argumentos, hay filósofos «analíticos» que escriben de una manera tan fundamentalmente literaria como los «continentales», y filósofos «continentales» que son tan precisos y claros en la formulación de sus ideas y en su argumentación como cualquier «analítico». 

El libro, tu libro, da pie a mil preguntas. Para no abusar de ti, una por capítulo y dos o tres en el caso de la introducción y el epílogo. Señalas en la introducción que el primer objetivo del libro es «presentar algunas influyentes ideas recientes sobre la referencia y la verdad en la ficción». ¿Verdades en las ficciones? A mí me ha recordado al leerlo un ensayo, magnífico en mi opinión, de Vargas Llosa: La verdad de las mentiras. Lo citas el libro si no recuerdo mal. ¿Qué hace que una ficción contenga verdades? ¿Qué concepto de verdad manejas en este contexto?

Yo defiendo una interpretación normativa de la diferencia entre aseverar y proponer una ficción; en el primer caso uno se muestra sujeto a la crítica si lo que dice no es verdad, en el segundo no, sólo si lo que dice no lleva a suscitar en la audiencia a que va dirigida actos de imaginar interesantes. No explico en el libro qué noción de verdad utilizo, pero en otros trabajos míos he defendido una versión de la clásica definición aristotélica de verdad como correspondencia, y espero que el lector lo perciba en el libro. 

Cuando hablas de propuestas citas a una serie de autores -entre ellos, Goodman, Kripke y Searle, los que yo conozco un poco- que se suelen agrupar con la etiqueta «filosofía analítica» (antes te preguntaba por ella). ¿No hay aportaciones de otras tradiciones filosóficas en este ámbito? Pienso, por ejemplo, en Lukács, en Althusser, en Benjamin, o, en otro orden de cosas, en Derrida, Barthes, Foucault o Deleuze. ¿No hay aquí aportaciones de interés?

Sin duda, pero yo no las conozco como conozco las que comento; creo que a muchos lectores potenciales les sucede al revés; y el objetivo del libro es presentar a tales lectores estas contribuciones analíticas, que yo sí conozco de primera mano y son aquellas con las que dialogo en mis artículos más «profesionales». 

El segundo objetivo del libro, te vuelvo a citar, es «mostrar cómo los hechos sobre la ficción sirven para contrastar teorías sobre los aspectos centrales del lenguaje». ¿A qué teorías te estás refiriendo? ¿Por qué crees que la ficción facilita esas contrastaciones? ¿Tiene alguna naturaleza singular que la haga interesante para ese objetivo?

A mi juicio la filosofía tiene un carácter «holístico», porque se centra en el estudio de conceptos como los que he mencionado antes, saber, verdad, representar, y tales conceptos ocupan un lugar central en un sistema conceptual jerárquicamente estructurado. Por ejemplo, como he dicho, siguiendo al segundo Wittgenstein yo defiendo una concepción normativa de la aseveración. También defiendo que las ficciones son, como las aseveraciones, el producto de «actos ilocutivos» o comunicativos específicos. Es de esperar entonces que se puedan caracterizar en términos igualmente normativos, como propongo en el libro. En la medida en que la propuesta sobre la ficción sea plausible, proporciona una cierta dosis de confirmación a la propuesta general sobre los actos ilocutivos y sobre la aseveración.  

La cuarta y última sobre la introducción (y saltándome lo que antes he señalado). Te vuelvo a citar: «Propuestas análogas se ha efectuado para el lenguaje matemático, por parte de Harry Field y oros. Más radicalmente, en medios postmodernos (Goodman, Rorty) se ha propuesto asimilar todo el discurso presuntamente serio a la ficción». ¿Qué opinión te merece lo que aquí llamas «medios postmodernos»? ¿Han aportado cosas de interés a la filosofía contemporánea?

Los dos autores que menciono, Goodman y Rorty, sin duda sí, incluso si (en el caso del segundo, desde luego no en el de Goodman) fuese sólo el haber articulado con suficiente perspicuidad opiniones que mucha gente suscribe, en diferentes ámbitos, de manera que podemos examinarlas críticamente.  

Del primer capítulo. Cómo podemos discernir, preguntas, qué concepción de los actos de habla es correcta, una normativa o una descriptiva-psicológica. ¿Qué es eso de un acto de habla? ¿Y cómo podemos distinguir qué concepción es la correcta?

Los actos que hacemos paradigmáticamente con el lenguaje (pero también con imágenes, con un documental o un mapa), afirmar, describir, preguntar, ordenar… Tratamos de distinguir cuál es correcta como con cualquier otra cuestión en filosofía (si podemos saber sobre un mundo independiente de nosotros, si hay valores éticos o estéticos objetivos), es decir, atendiendo a nuestras intuiciones sobre lo que ya sabemos de antemano sobre tales cosas, formulando propuestas con suficiente claridad que pretenden articularlas, examinando si lo hacen derivando de las propuestas consecuencias, etc. Rawls lo describió en su libro sobre la justicia como la búsqueda de un «equilibrio reflexivo». Pero la cuestión de la metodología de la filosofía es también una cuestión filosófica, y existe tanto debate sobre ella como sobre cualquier otra. 

Del segundo capítulo, «El discurso de la ficción y los actos de habla». El apartado 2.1. lleva por título: «La teoría de la ficción de Searle». Te pregunto en general, demasiado tal vez: ¿qué te interesa más de la obra de John Searle? ¿Es un filósofo del que podamos seguir aprendiendo a día de hoy?

Sin duda; por ejemplo, siguiendo a Wittgenstein, Austin (y Rawls, en el caso de las promesas), articuló con claridad la concepción normativa de los actos del habla en que yo me baso. 

Sobre el tercer capítulo, «Mundos ficticios». ¿Un mundo ficticio es equivalente a un mundo posible? ¿Rige en ellos también la ley de no contradicción? Pienso, por ejemplo, en algunos «mundos ficticios» de Borges, del último Borges, donde parecía «superarse».

Un mundo ficticio no es un mundo posible, por causa de la «incompletud» de la ficción (el que las ficciones dejan abiertas muchas cosas, como el color de los ojos de los personajes, etc.). Algunos han tratado de identificarlas con conjuntos de mundos posibles, como explico, pero una objeción seria es la aparente existencia de ficciones imposibles. Sin embargo, si no pensamos en los mundos posibles como entidades reales, con el mismo estatuto que el mundo real, sí es posible identificar las ficciones con ellos. 

Descansemos un momento. Te pregunto a continuación sobre el cuarto capítulo.

Cuando quieras.

Fuente: El viejo topo, enero de 2018.

 

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