La planicie neoliberal y el llamado «fin de las ideologías» invito a desechar aquellas teorías que podían entorpecer su despliegue tanto mundial como local adoptándose una nueva concepción del tipo posmoderna donde la fluidez era la moneda corriente para comprender los procesos recurrentes.
Las diferencias espaciales ya no hacían mella en un mundo homogéneo lo que invito a reconsiderar el lugar de la Geografía en la Episteme relegándosela a un lugar secundario ante el avance economicista y el auge de lo social como eje explicativo de los conflictos.
La afamada fluidez globalizante como fenómeno económico trajo aparejada el ser su eje explicativo el único capaz de dar explicación certera de la realidad.
La sistematización en el conglomerado de las ciencias sociales fue alejando a la Geografia de insumos intelectuales propios y de su carácter único en el espectro de las ciencias.
El desmembramiento oblicuo al legado humboldtiano dio también su fuerza a dicho proceso asemejando a la naciente Geografía como un apéndice espacial de las ciencias sociales.
Un largo proceso de mas de 30 años haya su punto de inflexión ante una concretud que puso en debate aquella fluidez por la fuerza contundente de los hechos.
Una nueva configuración espacial se hace presente donde esos antiguos parámetros teóricos vuelven a aparecer y renovados por la afluencia de conflictos de relevancia política y que por ende radican su fuerza sobre el espacio.
La Geografía reacciona tardíamente aisladas voces expresan explicaciones de raíz geopolítica, pero es necesario señalar que un cúmulo de cientistas de otras disciplinas y de una formación teórica más relevante comienzan a tomar dicha voz y asimilar a su vocablo los propios términos afectos a nuestra disciplina.
El juego del espacio se desplaza hacia la Economía, la Historia y la Filosofía.
Desde allí se expresan asiduamente las explicaciones sobre los fenómenos recientes.
La interacción geopolítica actual requiere la interacción de saberes diversos y desde allí su interpretación bajo una aguda lectura de la realidad y de su proyección futura.
Si bien el anterior fenómeno globalizador dio un empuje sustantivo hacia su relevancia solo pocas voces pudieron expresar algún mensaje significativo sobre dicho proceso.
La homogeneización epistemológica solo dio lugar a una mera sociologizacion de los fenómenos espaciales.
La coyuntura actual y futura en función de los procesos y conflictos en curso podrían dar a la Geografía un nuevo lugar en el mapa científico para lo cual es necesario un serio replanteo de sus condiciones formativas y desde allí del proceder de sus objetos de estudio o investigación.
De no superarse esa instancia la actual oportunidad de despliegue disciplinar estará perdida nuevamente.
Ezequiel Beer. Geógrafo, UBA.
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