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En el 37º aniversario de la operación Ho Chi Minh

La Gran Victoria de Primavera

Fuentes: Rebelión

En lugar de acatar los Acuerdos de Paris de 1973, Nixon, Ford, Kissinger y su mayordomo saigonés Thieu violaron sus compromisos. No era la primera vez. Tenían como antecedente los inocuos acuerdos de Ginebra de 1954. Pisoteando los Acuerdos de Paris, buscaron desde el primer día una solución de fuerza. La solución militar, reminiscencia de […]

En lugar de acatar los Acuerdos de Paris de 1973, Nixon, Ford, Kissinger y su mayordomo saigonés Thieu violaron sus compromisos. No era la primera vez. Tenían como antecedente los inocuos acuerdos de Ginebra de 1954. Pisoteando los Acuerdos de Paris, buscaron desde el primer día una solución de fuerza. La solución militar, reminiscencia de las grandes campañas militares del General Westmoreland, y refrito de todos los intentos fracasados que intentaban revivir desde la «vietnamización del conflicto» -pero con ‘rostro asiático’- , aceleraría la solución pero en dirección opuesta. Contaban para sus fechorías con el silencio cómplice de Pekín (o Beijing como se dice ahora) comprado al precio de la real politik, o simplemente por razones de Estado. Muy a su pesar, les sobrevendrían grandes derrotas militares y políticas desde diciembre de 1974. El desastre se asomaba.

Ya desde diciembre de 1974 y, sobre todo de enero de 1975, las fuerzas del Gobierno Revolucionario Provisional (GRP) basadas en Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur (FNL), golpeaban con especial virulencia a todos los centros y bases militares desde donde el enemigo lanzaba sus operaciones. Eran momentos de gran audacia estratégica. Con elevado poder de fuego y pericia ganada en décadas de guerra, desataban grandes ofensivas simultaneas en varias provincias como la ofensiva de Phuoc Long, cabecera provincial de Phuoc Binh, al noroeste de Saigón, la de la carretera que conduce a los altiplanos, la del oeste del delta de Río Mekong, y las campañas militares de las provincias de Rach Gia, Can Tho y Binh Tuy. Transcurrieron pocas semanas, y las fuerzas militares regulares del GRP liquidaban, en esas provincias, las bases y obras fortificadas enemigas mientras los destacamentos guerrilleros atacaban a los centros administrativos y paramilitares.

Phuoc Long fue liberada el 6 de enero de 1975 con un saldo de sobre 3,000 soldados saigoneses aniquilados, y 650 hechos prisioneros. En cuanto al material de guerra, el desempeño de los revolucionarios no podía ser mejor: 12 piezas capturadas de artillería pesada y 10 aviones derribados. Ese 6 de enero los combates anunciaban el principio del fin: nunca antes había caído una provincia entera, con su cabecera, en manos de los revolucionarios.

Ya en marzo, las ofensivas se concentraban en el Altiplano de Tay Nguyen y en las provincias septentrionales de Vietnam del Sur: Quang Tri, Thua Thien, Quang Da, Quang Tin, Quang Ngai, Quang Duc. Entre el 5 y el 9 de ese mes, los ataques del campo revolucionario, se sucedían a lo largo de las principales carreteras que comunican a las cabeceras provinciales de Tay Nguyen, Quy Nhon , Pleiku, Ninh Hoa y Buon Me Thuot. El 10 de marzo, las fuerzas de liberación, haciendo despliegue de su maestría en los ataques combinados de artillería e infantería, cercaban a Buon Me Thuot, penetrando y aniquilando una a una sus defensas escalonadas, los puestos de mando y las instalaciones de comunicaciones. Rápidamente, la confusión y el desanimo cundieron entre las tropas saigonesas al ver caer en pocas horas el aeródromo y el depósito de municiones en manos de las fuerzas de liberación. Al día siguiente, la ciudad fue liberada. Aniquilada la 23ª. División de infantería, 2,000 prisioneros de guerra, un coronel muerto, un general malamente herido, 25 tanques, 200 vehículos y uno de los mayores depósitos de armas y municiones de la región capturados, encabezaban los números de la derrota.

La caída estrepitosa de Buon Me Thuot, gran centro del poder administrativo y militar del gobierno de Saigón, sorprendió amargamente a Thieu y sus mentores del Pentágono. Sus mejores unidades sucumbían ante el avance incontenible de las fuerzas de liberación del pueblo que combatían al amparo de las insurrecciones de los barrios y municipios de la provincia. Con el apoyo político y militar de esos levantamientos populares, las tropas regulares del ejército de liberación pudieron atacar inmediatamente y con un gran despliegue de fuerzas en otros centros de Tay Nguyen, particularmente en Kom Tum, Pleiku, y Phu Bon. Ante el avance victorioso del pueblo, la pérdida de Buon Me Thuot les arrastraba a nuevas derrotas en medio de retiradas desordenadas y en estado de pánico.

Ya el 23 de marzo los altiplanos de Tay Nguyen, de 48,000 Km², con una población de 800,000 habitantes e importantes recursos naturales eran territorios liberados.

Mientras tanto, la hábil combinación de grandes operaciones ofensivas de tropas regulares y guerrillas con sublevaciones populares se coronaba con el éxito, desde el 8 de marzo, en Quang Tri, cuya capital provincial sería liberada once días después. En esos mismos días y con igual estrategia, las fuerzas revolucionarias tomaban la provincia de Thua Thien, cuya cabecera, Hue, la antigua capital de los reyes Nguyen, quedaba aislada del gobierno fantoche de Saigón el 19 de ese mes. Desde esa fecha, la carretera de Da Nang a Hue quedaba cortada y el principal aeródromo militar (Tay Loc) de esa capital pasaba a manos rebeldes. Igual suerte correría la 1ª. División de Infantería, piedra angular en la defensa de Thua Thien y, especialmente de su capital, Hue. Entre el 22 y el 25 de marzo caía uno tras otro bastión del gobierno en Hue, entre estos el aeródromo militar de Phu Bai. Ya el 26, ondeaba victoriosa la bandera del GRP sobre Hue, otrora principal bastión militar y centro político y cultural del imperialismo yanqui en las proximidades con la frontera de Vietnam del Norte.

Con la batalla de Thua Thien y Hue, el gobierno neocolonial perdió su 1ª División de Infantería, la mayor derrota hasta el momento: 15, 000 soldados hechos prisioneros, entre ellos cientos de oficiales, 1,000 vehículos y 300 piezas de artillería capturados.

Otras regiones de Vietnam del Sur, en esos días de marzo, hacían lo propio para abonar a la gran victoria. El 20 de marzo, caía An Loc, a 70 km al noreste de Saigón, mientras toda la provincia de de Tay Binh pasaba al control del GRP. El día 25 de ese mes, Tam Ky, cabecera provincial de Quang Tin, como toda la provincia de Quang Ngai serían liberadas. Como trofeo de valor incalculable, el 27, la base de Chu Lai, una de las más importantes instalaciones militares del gobierno estadounidense, caía en poder de las fuerzas patrióticas. A ese ritmo vertiginoso caerían en pocos días las provincias Binh Dinh, Phu Yen, Khan Hoa, a todo lo largo de la costa de Trung Bo.

Las operaciones militares insurgentes de marzo y, particularmente, con la caída de Hue, al norte y Quang Nai al sur, provocarían el aislamiento de Da Nang, importante ciudad portuaria y base militar. Fue en la ciudad Da Nang que desembarcaron los primeros marines yanquis que invadieron a Vietnam en 1965, y a ese puerto se retiraban ahora las tropas derrotadas de otros frentes de batalla. Ya a finales de marzo, Da Nang era una ciudad sitiada. En esas horas finales, numerosas tropas gubernamentales se pasaron al bando de las fuerzas populares. El 30 de marzo tanto Da Nang como la provincia de Quang Nam en su totalidad quedaron liberadas. Tanto para las fuerzas insurgentes como para el enemigo, la victoria popular en Da Nang se convirtió en la antesala y el ensayo general de la batalla de Saigón.

La liberación de Da Nang aceleró la caída del régimen neocolonial ya agonizante. Por todas partes se sucedían sublevaciones populares imposibles de reprimir, situación favorable para las fuerzas patrióticas que aprovechaban, tanto el ejército regular revolucionario como las guerrillas, para aniquilar con mayor contundencia y efectividad, el aparato militar enemigo. Desde ese momento, todos los caminos de la lucha popular apuntaban en dirección de Saigón. En esos próximos días de abril caía, con igual virulencia y similar saldo la provincia Khan Hoa, con su ciudad capital Nha Trang. El balance de las acciones bélicas resaltaba con un espléndido saldo para el pueblo: seis divisiones aniquiladas, 300,000 soldados puestos fuera de combate entre muertos, heridos y prisioneros. Ya de entonces se organizaba, con las siete divisiones restantes del ejército saigonés y varias unidades de menor tamaño, la última defensa de la capital de Vietnam de Sur, el último reducto del régimen.

En pocos días todo se derrumbó como castillo de naipes. La caída estrepitosa de la base militar aérea de Cam Rhan, el 15 de abril, servía como antesala del asalto a la ciudad de Phan Rang a 140 km al noreste de Saigón. Un día después, las fuerzas populares tomaban Phan Rang con todos sus aeropuertos adscritos a la 6ª división aérea. A partir del 19 de abril, el turno le llegaba a las ciudades de Phan Thiet y Xuan Loc. Xuan Loc, a 70 km al noreste de Saigón, estaba sitiada desde el día 8 de ese mes. Las brigadas de paracaidistas y blindados, enviadas como refuerzos no pudieron romper el cerco sobre Xuan Loc. El apoyo aéreo, necesario para la defensa de la ciudad, fue insuficiente dado el bombardeo continuo de la artillería de las fuerzas populares sobre el aeródromo de Bien Hoa.

La batalla de Xuan Loc, culminada el 21 de abril con el triunfo de las fuerzas populares, era decisiva. Así lo entendía el alto mando militar conjunto estadounidense-saigonés. Era evidente que se estrechaba aún más el cerco sobre Saigón.

El barco hacía agua por todos los rincones. En el campo diplomático le quedaba muy poco aire al gobierno de Thieu: las embajadas en Saigón comenzaban a cerrar. Se incrementaban las presiones sobre la camarilla gobernante. El primer ministro Tran Thien Khiem era destituido. Todo el mundo exigía la dimisión de Thieu, quien el 21 de abril, el mismo día en que el GRP tomó control de Xuan Loc, presentó, lleno de ira, su renuncia culpando al gobierno estadounidense por la derrota – al no cumplir sus promesas a Vietnam del Sur, según Thieu.

En ese entonces, EE.UU. recurrió a los gobiernos de París y Pekín para disuadir al GRP a detener los combates y sentarse a negociar. La respuesta del GRP era clara: los combates se detendrán sólo si cesa toda intervención militar y política de los EE. UU. Mientras tanto, las fuerzas revolucionarias continuaban con su avance arrollador en ruta hacia Saigón.

El 26 de abril, la camarilla gobernante comienza a desintegrarse huyendo despavoridos algunos de sus miembros a la vecina Formosa – como el efímero Presidente Tran Van Huong, el Primer Ministro Nguyen Ba Can, y el Jefe del Estado Mayor, Cao Van Vien. Sin perder tiempo, ese mismo día a las 5:00 PM se iniciaba la ofensiva final contra Saigón. Era la campaña Ho Chi Minh – u Operación Ho Chi Minh, nombrada así en honor del fundador de la patria socialista- y, consistía de un ataque masivo en cinco direcciones que debían converger en el centro de la capital sudvietnamita. En menos de 24 horas, la ofensiva del sureste liberaba a Ria, Long Than y Vung Tau cortando toda comunicación de Saigón con el mar. La ofensiva del Sur, ese mismo dia, se lanzaba contra Ben Luc, y al dia siguiente, el 28, ocupaba Phu Lam, a 9 km de Saigón y el barrio Hanh Thong Tay ya en los suburbios de la capital. Con las ofensivas del oeste y el noroeste, las unidades de tanques de las fuerzas de liberación atacaron el 27 a las antes inexpugnables bases de Cu Chi y Dong Du, capturando el cuartel de mando de la 25ª división de infantería. Al día siguiente, esas mismas fuerzas tomaban Hau Nghia, y Khiem Cuong a solo 25 km del centro de Saigón.

El fin se acercaba. El 29 de abril los aviones de las fuerzas patrióticas bombardeaban el aeropuerto de Tan Son Nhat, mientras por tierra, unidades combinadas de infantería, artillería y tanques atacaban la ciudad de Cholon. En ese mismo día, la ofensiva del este tomaba Thanh Tuy Ha en donde capturaron el mayor arsenal del ejército saigonés.

Con la caída de Bien Hoa – causada por la ofensiva del este el 28 de abril- ciudad que albergaba una gran base terrestre y aérea, y el bombardeo del aeropuerto de Tan Son Nhat, el gobierno de Gerard Ford entró en pánico y ordenó la evacuación de todos los ciudadanos estadounidenses. Pocas horas después, el 29 de abril a las 3:30 AM, Mr. Martin, el embajador yanqui en Vietnam del Sur, puso pies en polvorosa, abandonando Saigón. Con el huirían los generales Nguyen Van Minh, comandante de las fuerzas de defensa de la ciudad capital, y Le Nguyen Khang, Jefe del Estado Mayor Adjunto. Pocas horas después también huiría Vinh Loc, nuevo Jefe del Estado Mayor Adjunto, organismo que quedó desierto ya al final del día 29. En esas horas de la noche del 29 de abril y la madrugada del 30, las fuerzas populares tomaban el aeropuerto militar de Tan Son Nhat, la base de paracaidistas ubicada en el centro de la capital, el Cuartel General del Ejército y el Ministerio de Defensa. Al unísono de estas últimas acciones bélicas, el pueblo insurreccionado tomaba control de los ministerios, y de toda la administración. El jaque mate esperado vendría a las 11:30 de la mañana cuando una columna de blindados irrumpía en los predios del Palacio Presidencial. De esos tanquistas saldría el portador de la bandera del GRP, izada por él sobre el edificio que antaño fungía como símbolo de esa farsa llamada República de Vietnam del Sur. En esa gloriosa bandera iba la victoria de su pueblo en Dien Bien Phu, optimizada 21 años después, y coronada con la Operación Ho Chi Minh, en la culminación de la campaña de primavera magistralmente planificada y comandada por el legendario camarada General Vo Nguyen Giap,

Con esta gran victoria, esta vez no serán frustrados, como en 1954, luego de los acuerdos de Ginebra – y como consecuencia de la derrota del colonialismo francés- la independencia del pueblo vietnamita, su indivisibilidad territorial, y su derecho a edificar, con el socialismo, una sociedad justa, sin explotadores, nacionales o foráneos, ni explotados.

A muy pocas cuadras del antiguo palacio, desde la azotea y el patio de la embajada yanqui, salen despavoridos y en amarga estampida los helicópteros de la derrota. En escena dantesca, los impotentes pájaros de acero levantan vuelo y cargan en sus vientres hinchados la flor y nata de la excrecencia imperial: personal diplomático yanqui, Estado Mayor conjunto norteamericano-saigonés, testaferros sudvietnamitas de sus aparatos de espionaje, y la carroña de politicastros coloniales. Al imperialismo derrotado, de nada les sirvió, en 30 años de guerra, directa e indirecta, los superbombarderos B-52, los comandos especiales de Boinas Verdes, y la política sistemática de tierra arrasada, de guerra química y bacteriológica.. De nada les sirvieron sus campos de concentración y exterminio. A pesar del genocidio, Vietnam venció.

Con la victoria de la Operación Ho Chi Minh, finalizaba la guerra. El pueblo, liberado del neocolonialismo y la guerra, tenía mucho que celebrar con esta gran victoria. Como un regalo de la historia al pueblo heroico, en pocas horas era 1º de Mayo. El pueblo vietnamita entero, de norte a sur, de Hanoi a Saigón, celebraba en las calles y las plazas, por primera vez el día internacional de las y los trabajadores, en su país totalmente liberado. Con la gloriosa victoria de la campaña de primavera, la celebración de este Primero de Mayo tenía especial significado: era el resultado del poder conquistado pocas horas antes, el 30 de abril, con la culminación de la gloriosa operación Ho Chi Minh, la victoria total del pueblo trabajador vietnamita conquistada al costo de una infinidad de sacrificios. Celebraban su victoria sobre los bombardeos incesantes de los B-52, los escuadrones de la muerte, los campos de concentración y el agente naranja. Enarbolaban el triunfo sobre el exterminio de 4 millones de sus hermanas y hermanos, obreros y campesinos. Era un ambiente festivo pero combativo y, sobre todo, proletario y por ende internacionalista. ¿Qué mejor que celebrar la victoria, la gloriosa Victoria, el Primero de Mayo, ese Primero de Mayo de la victoria, entre banderas rojas, fusiles y tanques, con la alegría y el coraje de todas las multitudes de varias generaciones que por su dignidad supieron vencer?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.