“La mayoría de judíos israelíes no confía en ninguna fuente de información que no sean sus propios medios. Ven cuatro canales de televisión que, más o menos, les dan el mismo mensaje. Esos canales no muestran nada de lo que ocurre en Gaza o lo que está pasando con los prisioneros palestinos”, afirmó el 26 […]
“La mayoría de judíos israelíes no confía en ninguna fuente de información que no sean sus propios medios. Ven cuatro canales de televisión que, más o menos, les dan el mismo mensaje. Esos canales no muestran nada de lo que ocurre en Gaza o lo que está pasando con los prisioneros palestinos”, afirmó el 26 de febrero el historiador israelí Ilan Pappé, en una entrevista en El Periódico del periodista Ricardo Mir de Francia.
Continúa el genocidio en Gaza; prosigue la masacre a pesar del acuerdo de alto el fuego en la Franja alcanzado entre el Estado de Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, que entró en vigor el 10 de octubre; por ejemplo, entre el 28 y el 29 de octubre, los ataques del ejército israelí ocasionaron la muerte de un centenar de ciudadanos en Gaza -de los que 46 eran niños-, según el Ministerio de Sanidad gazatí.
Pero el conflicto entre Israel y Palestina no empezó el 7 de octubre de 2023 (más de 68.000 gazatíes fallecidos y 170.600 heridos desde esa fecha); tampoco comenzó en 1967, con la Guerra de los seis días, en la que Israel venció a una coalición de países árabes y ocupó Cisjordania, la Franja de Gaza y la Península del Sinaí, entre otros territorios.
Ni el inicio del conflicto se retrotrae, siquiera, a 1948; en mayo de ese año tuvo lugar la fundación del Estado de Israel; en este contexto tuvo lugar la Nakba (catástrofe, en árabe); así, más de 750.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares, 530 poblaciones y aldeas palestinas resultaron destruidas y se perpetraron -en un proceso de exterminio y limpieza étnica- cerca de 15.000 asesinatos.
“Los orígenes se remontan a finales del siglo XIX, con la llegada de los primeros colonos sionistas a la Palestina que entonces formaba parte del Imperio Otomano”, destaca Ediciones Akal, que ha publicado en octubre el ensayo Breu història del conflicte entre Israel i Palestina, del historiador y analista político Ilan Pappé (Haifa, 1954).
Situándose en una perspectiva a largo plazo, el autor destaca unas declaraciones del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, el 11 de octubre de 2023: “Esta violencia no surge de la nada, sino de 56 años de ocupación”.
También en un análisis de mirada amplia, podría ponerse el foco en los comienzos del Mandato británico de Palestina, establecido en 1920, cuando los judíos representaban cerca del 11% de la población; a pesar de este porcentaje, la Sociedad de Naciones, constituida después de la Primera Guerra Mundial y antecedente de la ONU, “y la constitución para Palestina redactada por los británicos les habían prometido aquel territorio como futuro hogar”, explica el también autor de El lobby sionista. Una historia a ambos lados del Atlántico (2025).
Ya en noviembre de 1917, la denominada Declaración Balfour (por el apellido del ministro de Relaciones Exteriores) expresaba el respaldo del Gobierno británico a la implantación -en la región de Palestina- de un “hogar nacional” para el pueblo judío; asimismo el documento manifestaba su simpatía con las aspiraciones de los judíos sionistas.
El autor de Historia de la Palestina moderna: un territorio, dos pueblos (2024) y Los diez mitos de Israel (2024) hace hincapié en el proyecto colonial israelí de asentamiento; antes de su imposición -y también durante el desarrollo del genocidio- se hizo necesaria una coartada ideológica y un imaginario compartido; por ejemplo, los primeros pintores sionistas dibujaban los paisajes -de lo que consideraban su futuro territorio- exentos de aldeas palestinas.
Y a la pobladores autóctonos se les señalaba como “salvajes”, “primitivos” o “nómadas” desvinculados de la tierra, aunque a menudo las comunidades palestinas tuvieran una existencia milenaria (en octubre de 2025, la Comisión de Resistencia contra la Colonización y el Muro documenta 218 ataques de colonos, y 41 de militares, contra recolectores de aceituna palestinos desde que comenzara la temporada a primeros de mes).
Ilan Pappé es profesor de Historia en la universidad británica de Exeter, donde dirige el Centro Europeo de Estudios Palestinos; en el libro de Akal aborda episodios como la Revolución de Al-Buraq -en agosto de 1929, durante el Mandato Británico de Palestina- que tuvo un origen religioso y se extendió con rapidez.
“Fue un estallido de frustración después de una década en que el movimiento sionista había llevado a término avances muy significativos”, valora el académico y activista.
Además hace mención, en este contexto, al imán Izz ad-Din al-Qassam, quien se enfrentó al colonialismo británico hasta perder la vida en la lucha, en 1935; el ejemplo de al-Qassam inspiró a la resistencia palestina posterior: el ala militar de Hamás lleva su nombre.
Y apunta antecedentes de interés como la gran revuelta árabe que comenzó en abril de 1936 y duró tres años; el primer paso fue la huelga palestina convocada por el Alto Comité Árabe, que reunía a las organizacines palestinas; el objetivo era que finalizaran la inmigración de población judía y la venta de tierras a personas hebreas.
Se pretendía, además, con la revuelta de 1936, la implantación de un Gobierno nacional palestino; sectores juveniles y del mundo rural se levantaron con mayor contundencia, recuerda Ilan Pappé, quien asimismo subraya el tono de la represión: “El Reino Unido recurrió a la fuerza bruta, incluso con bombardeos aéreos de la Royal Air Force; y se aplicaron castigos colectivos”.
El historiador israelí cita cómo, en junio de 1936, el ejército británico “hizo volar” más de 200 edificios en el barrio antiguo de la ciudad de Jaffa, lo que provocó que perdieran su vivienda más de 6.000 palestinos; a ello se agregan los miles de asesinatos, personas heridas y detenidas.
¿Paralelismos con el presente? El pasado 1 de octubre Naciones Unidas informó que, desde el inicio del genocidio en octubre de 2023, han muerto 151 niños en Gaza por desnutrición aguda; y más de 20.000 niños y niñas han sido asesinados en la Franja, en dos años, por las fuerzas israelíes; en septiembre de 2024, el Centro de Satélites de Naciones Unidas (UNOSAT) apuntó que el 66% de los edificios de Gaza fueron dañados (52.564 estructuras resultaron destruidas).
Pero el presente, concluye Ilan Pappé, echa raíces asimismo en 1948: “La mayor parte de la población actual de Gaza son refugiados de la limpieza étnica de aquel año: primera, segunda y ahora tercera generación de desplazados. Israel creó la Franja de Gaza como una zona de reclusión para poder perpetrar la limpieza étnica en otras regiones de la Palestina histórica”.
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