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Cronopiando

La memoria no prescribe

Fuentes: Gara

Comenzaron diciendo que las candidaturas de Bildu no tenían brillo. Y era verdad. Carecían de esas maquilladas sonrisas que desde los carteles de campaña invitaran al voto prometiendo venturosos futuros. Peor todavía, daban la impresión de ser gente sencilla, honesta o, lo que es lo mismo, gente… sin brillo. Después, cuando hablaron las urnas, salieron […]

Comenzaron diciendo que las candidaturas de Bildu no tenían brillo. Y era verdad. Carecían de esas maquilladas sonrisas que desde los carteles de campaña invitaran al voto prometiendo venturosos futuros. Peor todavía, daban la impresión de ser gente sencilla, honesta o, lo que es lo mismo, gente… sin brillo.

Después, cuando hablaron las urnas, salieron diciendo que Bildu tampoco tenía experiencia. Y era verdad. Es más, ni siquiera sus cientos de miles de electores teníamos experiencia luego de años sin poder ejercer nuestro derecho al voto. Ni recordábamos qué era una urna.

Tres años llevan los representantes de Bildu dando muestras en los municipios que gobiernan de su extrema bisoñez en las lucrativas artes de endosarse jugosos salarios y comisiones, o en las rentables destrezas de embolsarse pingües beneficios gestionando negocios municipales.

Y no lo dice Bildu. Lo confirmaba José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia por el Partido Nacionalista Vasco, en su despedida tras doce años en el cargo: «Desgraciadamente habría muchas miserias que contar; los que decían una cosa en privado y la contraria en público; los que mentían sabiendo que mentían; los que hacían pagos con fajos de billetes sin demostrar su origen; los que tenían grandes sumas de dinero en paraísos fiscales y cuyos nombres no salen a la luz».

Y dirigía las memorias que asegura no piensa escribir, a algunos compañeros de ruta «presentes» en el pleno de la Casa de Juntas de Gernika y a otros compañeros «ausentes».

Mejor fuera que se presentara en un juzgado, si es que no lo reclama antes por complicidad y encubrimiento la Justicia, a declarar las miserias que asegura conocer de tantos delincuentes, eso sí, con brillo y experiencia. Por fortuna, a su pesar, la memoria no prescribe.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.