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Cronopiando

La menopausia de Julio Iglesias

Fuentes: Rebelión

A Paraguay se había ido a encandilar paraguayos con sus recíprocos susurros Julio Iglesias, temiendo que las localidades del Teatro del Banco Central de Asunción, donde ofrecería el concierto, no dieran cabida a los miles de admiradores, fans y otras especies que llevaban esperando 18 años su retorno Iglesias, hasta había pensado, inicialmente, presentar su […]

A Paraguay se había ido a encandilar paraguayos con sus recíprocos susurros Julio Iglesias, temiendo que las localidades del Teatro del Banco Central de Asunción, donde ofrecería el concierto, no dieran cabida a los miles de admiradores, fans y otras especies que llevaban esperando 18 años su retorno

Iglesias, hasta había pensado, inicialmente, presentar su gira «Live» en el Estadio Nacional de Asunción, con capacidad para 36.000 personas, pero desestimó la idea para no exponer más de lo necesario los delicados muelles de su garganta. Además, ninguna carpa puede competir en elegancia con el marco incomparable del teatro que se le ofrecía y el concierto de ayes y quejidos que había seleccionado exigía un ambiente de mayor intimidad.

Claro que nunca se imaginó que tanta. De las 1..200 localidades del teatro sólo la mitad se habían ocupado, contando guardaespaldas y porteros.

Y eso no era lo peor. Descontados los pases de cortesía a funcionarios del banco, periodistas de farándula y familiares, sólo dos personas habían pasado por taquilla: un joven perturbado que pagó la entrada más barata (148 dólares) para ver a Enrique Iglesias y el propio Julio Iglesias que pagó la entrada más cara (297 dólares) por hacer una gracia.

Así que a nadie sorprendió, tras cumplir el expediente, que Iglesias se desahogara ante los periodistas: «Pocas veces he hecho un concierto para tan poca gente. No lo puedo entender… ¡paraguayos! Parece que me quieren más en China o en Australia»

Yo juraría que no, que en donde en verdad lo quieren es en Saturno.