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La mesa (no) está servida

Fuentes: Rebelión

Un grupo de 20 «estudiosos de la economía, amantes del Ecuador y preocupados por el futuro del país«, acaba de crear el Foro de Economía y Finanzas Públicas, y da a conocer un documento dirigido al presidente Lenín Moreno (http://bit.ly/2mske7G) que contiene 11 puntos de propuestas para el país. Ni el grupo, ni la carta […]

Un grupo de 20 «estudiosos de la economía, amantes del Ecuador y preocupados por el futuro del país«, acaba de crear el Foro de Economía y Finanzas Públicas, y da a conocer un documento dirigido al presidente Lenín Moreno (http://bit.ly/2mske7G) que contiene 11 puntos de propuestas para el país.

Ni el grupo, ni la carta merecen mayor interés académico. Pero bajo un ambiente político en el cual la «descorreización» como venganza luce como racional, los 20 ciudadanos son reconocidos por los medios de comunicación empresariales, como «técnicos» o «expertos», y algún radiodifusor los califica como «los mejores economistas» del país. Sin embargo, en el grupo hay 14 ex altos funcionarios de gobiernos que fueron responsables de la más grave conducción económica que ha tenido la historia nacional en las décadas finales del siglo XX.

El grupo sostiene que el actual gobierno sigue la misma conducción económica del anterior. Y presentan como tragedia nacional lo ocurrido durante la última década. Para ellos lo «moderno» está en romper con ese pasado y guiarse por buenos propósitos: equilibrios macroeconómicos, inversión, productividad, competitividad, preservar patrimonios, fuerte sistema financiero, proteger la dolarización, equidad, justo progreso, evitar la pobreza. Desde luego, no hablan sobre los U$ 2.260 millones que 215 poderosos grupos económicos adeudan (eluden) por impuestos.

Pero su recetario es muy simple: cambiar las políticas económicas; reducir el gasto público y el déficit fiscal; revisar el endeudamiento y reorientarlo (con organismos multilaterales); independencia del Banco Central; reforma tributaria que reduzca o elimine impuestos; reformas laborales que favorezcan la competitividad (es decir, flexibilidad); replanteo del régimen previsional, de pensiones y de seguridad social (en definitiva, ir a la privatización); y de paso, atender al sistema financiero de economía social y solidaria, así como la inversión social, aunque reorientada.

Allí no hay un milímetro de modernidad. Nada se dice sobre redistribución de la riqueza, impuestos a los ricos, fortalecimiento de las capacidades estatales para proveer servicios públicos de educación, salud, medicina o seguridad social universal, que distinguen a las economías con mayores logros humanos en el mundo. No hay fundamentación histórica. Estudios serios, como los de la CEPAL y hasta del Banco Mundial, contradicen fundamentos y datos usados por el Foro. Es un documento que revive los principios que guiaron al viejo y oligárquico modelo empresarial que rigió antes de 2007. De modo que no se lanza solo contra el «correísmo», sino contra el cíclico esfuerzo nacional por edificar una economía social, que viene desde la Revolución Juliana (1925).

Además, el «modelo» propuesto por quienes idealizan la economía privada del pasado, choca abiertamente con el modelo de economía y sociedad que los ecuatorianos apoyaron por abrumadora mayoría (63.93% de votos), en el referéndum que aprobó la Constitución de 2008, y que se contiene, en forma esencial, en los títulos VI y VII de esta Carta Política, que tratan sobre el Régimen de Desarrollo y el Régimen del Buen Vivir, y que los miembros del Foro deberían revisar por lo menos con alguna atención.

Historia y Presente – blog

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.