La navidad es niñez, comienzo, nacimiento, expectativa, esperanza, inocencia, mirar hacia arriba con una mezcla de ilusión e incertidumbre a ver con qué sorpresas se le ocurre aparecer al tiempo. Sin embargo hay muchos niños que llegan al mundo para irse pronto sin tener tiempo para ver todas las sorpresas simplemente porque tienen cáncer y […]
La navidad es niñez, comienzo, nacimiento, expectativa, esperanza, inocencia, mirar hacia arriba con una mezcla de ilusión e incertidumbre a ver con qué sorpresas se le ocurre aparecer al tiempo.
Sin embargo hay muchos niños que llegan al mundo para irse pronto sin tener tiempo para ver todas las sorpresas simplemente porque tienen cáncer y muchas veces se van dejando sus deseos escritos, sus preguntas hechas y sus tarjetas por entregar.
Es muy difícil encontrar respuestas y resulta hasta injusto pedir a los niños y niñas que escriban sus deseos navideños porque ya sabemos lo que pedirán y no les podremos comprar. Por eso mismo hay que resignificar el camino por duro que sea y una manera de lograrlo es uniendo esfuerzos que es justamente lo que aconteció este año entre la ONG Otro Mundo es Posible de España y el Centro de Educación Alternativa del Hospital del Niño «Ovidio Aliaga Uría» de La Paz, Bolivia. Ambas instituciones están trabajando para lograr que la niñez tenga días ocupados llevando el avance regular de la escuela aun estando en la camita, pero también jugando con materiales divertidos que otorguen alas a su imaginación y creatividad ya que es bien sabido que el juego, la risa y la alegría son medicinas importantes que también pueden curar.
Es preciso reconocer que la navidad como la conocemos ha sido hecha para comprar y solo la pueden obtener los que tienen dinero y tiempo, lo cual es un error humano tan grande que los demás tenemos la tarea de encontrar los verdaderos significados del nacimiento y renacimiento ya sea del Dios que hemos creado, del amor que todos necesitamos, de la paz que queremos y de la naturaleza que se nos manifiesta cada día más urgida de rebrotar.
Los que llegan a este mundo por poco tiempo se quedan como una navidad eterna en nuestro recuerdo porque han nacido para ser solo niños, solo nacimiento, solo esperanza, solo ternura y son quienes nos dejan la enseñanza de que las navidades no se venden, sino que se viven, se sienten y se asimilan como alimento para el alma donde descubrimos voluntad, fuerza y solidaridad. Una vez que hemos comprendido esto, podremos dar y recibir navidades más plenas trabajando juntos, luchando cada uno para ser cada vez más niño y agradeciendo el apoyo que une el planeta acortando las distancias y forjando presentes que pueden ser más intensos y llenos de felicidad que aquella vida entera que tienen otros para malgastar. Por eso mismo que viva la niñez con amor, valentía y libertad!!!!!!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.