La presión sobre el opaco mundo de las finanzas obligó la semana pasada a que emblemas del secreto bancario como Suiza, Austria, Luxemburgo y Singapur anunciaran su intención de cooperar con los gobiernos extranjeros en su lucha contra la evasión fiscal. El anuncio fue saludado por políticos y medios informativos de todo el mundo como […]
La presión sobre el opaco mundo de las finanzas obligó la semana pasada a que emblemas del secreto bancario como Suiza, Austria, Luxemburgo y Singapur anunciaran su intención de cooperar con los gobiernos extranjeros en su lucha contra la evasión fiscal.
El anuncio fue saludado por políticos y medios informativos de todo el mundo como un avance «histórico», pero lejos de los grandes titulares, la realidad es mucho más prosaica.
En declaraciones al «Financial Times», el ministro de Finanzas de Suiza Hans-Rudolf Merz advirtió que una reforma del secreto bancario de su país requeriría años y varios referendos.
Para Jean Schaffner, de la financiera Luxemburguesa Allen – Overu, las concesiones del gobierno eran «un buen compromiso entre la necesidad de cooperar con las autoridaes impositivas extranjeras y el deseo de preservar la privacidad».
Grandes titulares, pocas noticias
Críticos y estudiosos de los paraísos fiscales han criticado estos anuncios como un caso de «mucho ruido y pocas nueces»: el gatopardismo de cambiar algo para que nada cambie.
«Es una política de relaciones públicas de estos países. Si se analiza el detalle de lo que han dicho son anuncios de posibles medidas. Suiza ha sido muy clara: no va a cambiar la ley de secreto bancario», indicó a BBC Mundo Juan H. Vigueras, autor de «La europa opaca de las finanzas», un minucioso estudio del funcionamiento de los paraísos fiscales en el viejo continente.
En 1998 la OCDE publicó un listado de países con prácticas fiscales perjudiciales que apuntaba a cerrar el grifo de los paraísos fiscales para 2005.
Segun la organización los paraísos fiscales «privan a los gobiernos de ingresos fiscales necesarios para su infraestructura y erosionan la confianza de los ciudadanos en la ecuanimidad del sistema impositivo».
A pesar de esta evaluación, las cosas siguieron como siempre hasta la actual crisis financiera.
Desde esta perspectiva, la fiebre mediática que causaron los anuncios en estos últimos días no es más que la fascinación por los titulares vistosos de los medios internacioanles.
Por otro lado, a nivel discursivo se ve un cambio radical de la discusion internacional sobre el tema y se observan inciativas más duras como la ley que está impulsando el gobierno de Barack Obama, la «Stop Tax Haven Abuse Act».
Al otro lado del Edén
Los especialistas calculan que los paraísos fiscales mueven unos US$11 millones de millones, equivalente al PIB de Estados Unidos.
Estos paraísos fiscales, que florecieron con la desregulación financiera mundial impulsada por los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thacther en los 80, se encuentran en la mira por el papel que cumplieron en la actual debacle financiera.
Según los críticos, estos paraísos fueron fundamentales para la operación de ese monumento a la opacidad que son algunos instrumentos financieros usados de los últimos años, como algunas variantes de los derivados, que actuaron como agujero negro de millones de millones de dólares.
Los defensores aseguran que, más allá de algunos excesos, estos paraísos se han convertido en chivos emisarios de la crisis, mientras que los críticos apuntan que son clave en el blanqueo de dinero ilegítimo y la evasión impositiva.
La cumbre de los G20 el dos de abril es el próximo escenario de esta batalla.
Juan H. Vigueras no es optimista respecto a la cumbre, pero cree que no hay alternativas a largo plazo.
«No hay propuestas para un control de la libre circulación de capitales. Pero como soy de los que piensa que la cosa va a empeorar, por la propia dinámica de la situación, a la larga las medidas se van a tomar», indicó a BBC Mundo.
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/hi/spanish/business/newsid_7948000/7948400.stm