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PETROBRAS trafica con petróleo ecuatoriano

La Patria no es la Bolsa de valores

Fuentes: Argenpress

Siguiendo el camino de la transnacional Occidental, expulsada de Ecuador, PETROBRAS está operando el Bloque 18 y el Campo adyacente Palo Azul, en la Región Amazónica Ecuatoriana, en forma ilegal y provocando millonarios perjuicios económicos al Estado, al haber comprado hace 4 años las acciones de PECOM ENERGIA, equivalentes al 70% de derechos en el […]

Siguiendo el camino de la transnacional Occidental, expulsada de Ecuador, PETROBRAS está operando el Bloque 18 y el Campo adyacente Palo Azul, en la Región Amazónica Ecuatoriana, en forma ilegal y provocando millonarios perjuicios económicos al Estado, al haber comprado hace 4 años las acciones de PECOM ENERGIA, equivalentes al 70% de derechos en el Bloque 18, sin autorización del Ministerio de Energía y Minas, y más grave aún, al haber firmado un CONVENIO de venta del 40% de participación con la compañía japonesa TEIKOKU OIL, sin tener ningún derecho contractual sobre las citadas áreas petroleras, por lo cual varias organizaciones sociales, presentaron al Ministerio de Energía y a la estatal PETROECUADOR una demanda de caducidad del contrato.

La venta de acciones de PECOM (PEREZ COMPANC) a PETROBRAS sin autorización ministerial, la consiguiente extinción de la primera y el no reconocimiento oficial del Estado Ecuatoriano a PETROBRAS como contratista, ha generado otra ilegalidad grave en la operación del Bloque y del Campo Palo Azul: la ausencia de garantía de fiel cumplimiento del contrato, toda vez que la misma sigue a nombre de PECOM ENERGIA una empresa ya desaparecida, situación que ha dejado sin garantía la operación petrolera, constituyendo otra causal de caducidad contractual. PETROBRAS comparte la operación con CAYMAN y PETROMANABI, esta última compañía de los prófugos de la justicia ecuatoriana, Isaías Dasum, ex propietarios de Filanbanco, entidad financiera quebrada fraudulentamente en 1999.

Tráfico de derechos sobre el bloque 18

Durante el gobierno de Sixto Durán Ballén, en diciembre de 1995 se suscribió el Contrato de Participación del Bloque 18, entre Petroecuador y la compañía AMOCO. En 1996, Amoco transfirió a la empresa francesa ELF el 40% de las acciones y se quedó con el 60% restante.

En 1997 en el Gobierno de Fabián Alarcón, Amoco y Elf abandonan el país por no encontrar reservas comerciales en el bloque; pero en vez de revertir el área al Estado, misteriosamente venden sus acciones, con autorización del Ministro de Energía Raúl Baca. Amoco transfiere a Cayman el 60% y ELF su 40% a Petromanabí, compañía con un capital social de 200 sucres y sin calificación técnica ni económica.

En el Gobierno de Gustavo Noboa, el 3 de mayo del 2001, mientras se presionaba por la recuperación de los recursos del salvataje al Filanbanco, el Ministro Pablo Terán, autorizó la transferencia del 42% de Cayman y del 28% de Petromanabí a la compañía Ecuadortlc, empresa creada días atrás por la propia compañía Cayman, de propiedad del Grupo Granda a la cual estuvo vinculado Mario Ribadeneira, ex Ministro de Finanzas de Febres Cordero. La flamante petrolera ECUADORTLC tenía en sus manos el 70% de participación. Según la Contraloría del Estado el proceso fue ilegal porque ECUADORTLC no fue calificada ni técnica ni económicamente.

Apenas 14 días después, el 17 de mayo de 2001, el mismo Pablo Terán Ribadeneira, sobrino de Mario Ribadeneira, autorizó la transferencia del 100 % de las acciones de ECUADORTLC a PECOM ENERGIA S.A, empresa argentina no domiciliada en el Ecuador. De acuerdo a la Ley de Hidrocarburos se debía suscribir un contrato modificatorio con PECOM ENERGIA. No se hizo así, luego se formalizó que ECUADORTLC seguía existiendo como subsidiaria de PECOM y como operadora, en forma ilegal.

En octubre de 2002 Perez Companc Ecuador contratista del Bloque 31, notificó al Ministerio de Energía que Perez Companc S.A había vendido el 58.62% de sus acciones a nivel mundial a PETROBRAS y el 41.38 restante en la bolsa de valores.

En el régimen de Lucio Gutiérrez, mayo del 2003, Perez Companc S.A de argentina, comunica el cambio de razón social de Perez Companc Ecuador por PETROBRAS ENERGIA ECUADOR. En abril de 2004, la Unidad de Administración de Contratos de Petroecuador, informa que no se trata de un simple cambio de nombre sino de la venta de acciones, lo que de acuerdo a la Ley y al Contrato obliga a la suscripción de un contrato modificatorio.

Finalmente en abierto quebrantamiento de la Ley, a través de Acuerdo Ministerial, suscrito por Eduardo López, basado en el pronunciamiento del Procurador José María Borja, se autoriza el simple cambio de razón social de PEREZ COMPANC ECUADOR A PETROBRAS ENERGIA ECUADOR. Todo esto EXCLUSIVAMENTE referido al bloque 31, que tenía como única contratista a Perez Companc Ecuador, subsidiaria de Perez Companc S.A, no al Bloque 18 ni a PECOM ENERGIA, como pretende ahora presentar la contratista.

Para el caso del bloque 18, la venta de acciones de Perez Companc a PETROBRAS, que incluye las acciones de PECOM ENERGIA y a su supuesta subsidiaria ECUADORTLC, no solo significó un cambio de nombre de la compañía, sino la venta de derechos para explotar un recurso natural del Estado, por lo tanto debió contar con la autorización del Ministerio de Energía y Minas, la suscripción de un contrato modificatorio y la mejora económica del mismo, lo que hasta la fecha no se ha hecho, siendo causal de caducidad del contrato de acuerdo con la cláusula 16.2.1 del Contrato y los Arts 79 y 74 de la Ley de Hidrocarburos.

Para cerrar la feria o tráfico del petróleo ecuatoriano en las bolsas de valores, en enero de 2005, PETROBRAS firma con Convenio con la compañía japonesa Teikoku Oil para la venta del 40% de participación del bloque 18 y 60% del bloque 31, igual sin autorización del Estado.

En el Ministerio de Energía y Minas el consorcio operador del bloque 18 aparece registrado así: ECUADOR TLC (70%)-CAYMAN (18%) -PETROMABI (12%), No figuran ni Pecom Energía, peor PETROBRAS, aunque la garantía sigue a nombre de PECOM.

Campo Palo Azul el gran filón El negocio de PETROBRAS no es el bloque 18, en el cual la compañía tiene una participación del 80%, pues con sus pobres 3 millones de barriles de reservas y una producción de 280 barriles día, no es rentable en ninguna parte del mundo; el gran filón es el campo adyacente Palo Rojo, hoy llamado Palo Azul, arrebatado a PETROECUADOR, bajo la figura de unificado, con reservas que oscilan entre los 85 y 140 millones de barriles, un valor aproximado de U$S 6 mil millones, una producción actual de 33 mil barriles día (U$S 1.8 millones diarios), una participación de la contratista del 51%, una Tasa Interna de Retorno del 77%, más del doble del TIR previsto en el Plan de Desarrollo que era del 13% y una inversión para 20 años de U$S 230 millones. El negocio es espectacular.

En 1997 en Ecuador el círculo petrolero se preguntó por qué Cayman y Petromanabí compraron el hueso del bloque 18, todos creían que estaban locos. Tres años después entendieron las «razones de la locura». Utilizando todos los recursos y todos los poderes posibles lograron lo inimaginable, mover en el papel una estructura geológica para ingresarla un 4.8% dentro del bloque 18 y poder aplicar la modalidad de CAMPO UNIFICADO, Además cambiaron el nombre y el color del pozo descubridor, de Palo Rojo perforado en 1969, a Palo Azul perforado en 1999, para sujetarse a una cláusula que beneficia a quien descubre un yacimiento. Finalmente el Ministro Terán Ribadeneira calificó de unificado el Yacimiento Hollín, con información contradictoria e insostenible técnicamente, como es la existencia de crudos de distinto grado API, 27.5 y 24 en un mismo yacimiento, donde el petróleo de 24 grados se ubica en posiciones más altas que el de 27.5, o incluso el agua sobre el petróleo. La compañía estuvo obligada a perforar un pozo adicional entre Palo Azul 1 y Palo Azul 2 para confirmar si era compartido o no, pero hasta la fecha no hay fuerza humana capaz de hacerlo.

En el informe de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción CCCC, se sostiene que al no existir reservas comerciales en el bloque 18, de conformidad con el Art. 24 de la Ley de Hidrocarburos debió ser revertido al Estado el año 1997 en que la contratista AMOCO abandonó el país argumentando esas razones; pero no fue así; a partir de ese hecho sucede una cadena de ilegalidades que registra el organismo de control, las que conducen a solicitar el año 2003 la caducidad del contrato del bloque 18 y la reversión del campo Palo Azul a PETROECUADOR. Hasta hoy ninguna autoridad ha acatado el pronunciamiento de la CCCC.

Como es regla en la contratación petrolera ecuatoriana, una vez más el ogro Estado debió auxiliar a las empobrecidas transnacionales, que al no encontrar reservas comerciales en sus bloques originales, recibieron como premio, campos productivos de PETROECUADOR, bajo la figura de unificados; este mecanismo se convirtió en una vergonzosa y no declarada forma de privatización de los hidrocarburos. Casi todas las transnacionales recibieron el regalo, digo recibieron porque nadie les puso una pistola en el pecho a los Presidentes de la República, Ministros de Energía o Presidentes de PETROECUADOR, ellos actuaron con plena conciencia y libertad en el marco de ejecución de un modelo económico, para ciudadanos que cambiaron su Patria por la Bolsa de Valores.

Las inversiones de U$S 230 millones para desarrollar el bloque 18 y el Campo Palo Azul en un período de 20 años, pudieron ser amortizadas con apenas 130 días de producción; pero el dogma delictivo neoliberal impidió que PETROECUADOR explote su propio campo. Tal es la magnitud de la corrupción en este contrato, que se cree que Pecom Energía y Petrobrás, no arriesgaron nada significativo de su bolsillo. Varios meses antes de suscribirse el Convenio de Explotación del campo Palo Azul, iniciaron la extracción de crudo del pozo Palo Azul 2, bajo una novedosa e ilegal figura de «Pruebas de Producción Prolongadas», con volúmenes diarios de entre 2 mil y 4 mil barriles. Esos recursos económicos fueron a una cuenta especial de la cual luego se repartieron en los porcentajes previstos en el Convenio. Del mismo cuero sacaron las correas. Eso es lo que se llama en Ecuador inversión privada de riesgo.

Otra grave ilegalidad sostenida por los organismos de control de Ecuador es aquella de haber aprobado el Plan de Desarrollo del Campo Palo Azul fuera del período de exploración, violando la Ley y los Reglamentos que establecen que dicho Plan será presentado a aprobación ministerial hasta 90 días antes del vencimiento de la fase de exploración, que concluyó el 5 de agosto de 2002, sin embargo el Plan fue presentado el 11 de septiembre de 2002 y aprobado semanas después por la Ministra Samia Peñaherrera Solhá, hija del actual Diputado Andino y ex Vicepresidente de la República Blasco Peñaherrera Padilla, quien tiene como socio principal en su bufete de abogados González&Peñaherrera a Gonzalo González, representante de ECUADORTLC, PEREZ COMPANC y PETROBRAS.

Los negocios dolosos de PETROBRAS en Ecuador han sido sostenidos por la influencia del propio Presidente Lula, que sacó buena partida de su amistad con el derrocado Lucio Gutiérrez, al garantizarle la operación de la petrolera brasilera no solo en el bloque 18, sino también la explotación del bloque 31 en forma ilegal dentro del Parque Nacional Yasuní, una zona protegida en la amazonía ecuatoriana. Nadie duda que el asilo político otorgado por el Gobierno de Brasil a Gutiérrez, reciprocaba los favores hechos por el coronel en materia hidrocarburífera al régimen del ex dirigente sindical. Según se conoce, durante el año 2005 continuó la presión de Lula a través de una misiva al mandatario Alfredo Palacio, pidiéndole «respetar» los contratos de su empresa en Ecuador.

PETROBRAS aprendió muy bien las lecciones de Occidental, pese a las diferencias de lengua y de origen, la una mixta, dirigida por el Estado, con un Presidente metalúrgico, autoproclamado de izquierda; la otra privada, pero protegida por el Estado gendarme de los recursos petroleros del mundo, con un Presidente fascista, ilustrado en manejo de torres de perforación y precursores. El resultado confirmaría que en el reino del capital transnacional todos los caminos conducen al saqueo y el empobrecimiento de los pueblos.

Los oleoductos solo llevan, nunca traen Mientras PETROBRAS negocia con el petróleo ecuatoriano en las Bolsas de Valores, en el recinto Pozo Rojo, Cantón la Joya de los Sachas, Provincia de Orellana, casi en la esquina oriental del Ecuador, Juana Chaco, con nueve años y seis amigas, todos los días, después de no ir a la escuela, juega a las escondidas entre chontaduros, tubos, overoles y árboles de navidad del campo petrolero Palo Azul.

El premio para quien no se deja encontrar es la ración de comida regalada en silencio por el guardia del campamento de PETROBRAS; en cambio el castigo para el primer encontrado es quedarse escuchando, hasta que se descuelgue el sol, con el oído fijo al oleoducto, el sonido que brinca del estómago de la gran serpiente. Así se pasó Juana, casi cuatro horas con sus trenzas abrazando el tubo, escuchando, intentando comprender los sonidos profundos de la tierra, de sus venas geológicas. Cuando se despidió el sol, reunió a sus amiguitas y les contó que sonaba como la barriga cuando su mama no llega temprano con la yuca y el plátano; agregó que su papá le había dicho que por el tubo se van los recuerdos de los antepasados. ¿A dónde irán preguntaron?, no sé dijo, pero mi papá cree que los tubos del petróleo solo llevan… nunca traen.

Los niños de este chiquito país, que flojito entraría en Río de Janeiro, volverán mañana a jugar a las escondidas y con suerte no dejarse encontrar para ganarse la ración de comida de la cuarta petrolera más grande del mundo, modelo de explotación según el ex metalúrgico, que perdiera un dedo de su mano izquierda 20 años antes de ser Presidente de Brasil.

Mientras por el estómago de la gran serpiente se va la herencia de los seres del cretácico, a volverse almuerzo de los motores, cena de los corredores de bolsa, luz para la gran esquina sur del continente, Juana Chaco espera la yuca y el plátano que traerá su madre, con la esperanza de que una gotita de sus antepasados se haga pan en el rostro de algún Chico Méndez.