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La posible jugada maestra de la izquierda ecuatoriana tras el fin del espejismo del «anti-correismo»

Fuentes: Rebelión

El escenario pre-electoral en el Ecuador parecía tomar formas similares a las que se dieron en Venezuela y Argentina en las últimas elecciones. Básicamente estas eran las de un escenario polarizado entre izquierda en el gobierno y derecha como única opción electoral alternativa al gobierno de izquierda. Este escenario tomaba más cuerpo después de poder […]

El escenario pre-electoral en el Ecuador parecía tomar formas similares a las que se dieron en Venezuela y Argentina en las últimas elecciones. Básicamente estas eran las de un escenario polarizado entre izquierda en el gobierno y derecha como única opción electoral alternativa al gobierno de izquierda. Este escenario tomaba más cuerpo después de poder constatar el caos ideológico y político que se daba en el partido de izquierda indigenista Pachakutik en el cual sus prefectos de 2 provincias amazónicas decidieron promover la idea dentro de su partido de que este se una a la derecha dentro de un movimiento anti-correista más amplio y más allá de las ideologías.

 
La derecha del país, de todas formas, ya había decidido en el ir con dos candidatos, Guillermo Lasso y Cynthia Viteri, por separado así saboteándose asi misma hasta cierto punto. Pero algo mas importante se venía «cocinando» más allá de lo que hacían y decían tanto el «correismo» como la derecha. El partido Izquierda Democrática de ideología socialdemócrata lograba recoger las firmas necesarias para poder estar de nuevo en las listas a candidatos para las próximas elecciones. En un inicio parecía que esto les permitiría aspirar a lograr un grupo en la Asamblea Nacional pero dicho partido decidió aspirar a algo más y así decidió postular a la presidencia al ex alcalde de Quito Paco Moncayo el cual gobernó la ciudad por dos periodos después de una re-elección. Mientras eso pasaba la oposición de izquierda basada en partidos como el ex-Movimiento Popular Democratico (ahora Unidad Popular) de ideología estalinista y el antes mencionado Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik decidieron declinar sus candidaturas y apoyar a la candidatura del antes mencionado ex alcalde de Quito Paco Moncayo y de su nuevo, y viejo, partido Izquierda Democrática.
 
El correismo desde su partido Alianza Pais, tras anunciar que Rafael Correa definitivamente no volvería a aspirar de nuevo a la presidencia, ha decidido postular a dicha posición al muy popular ex vicepresidente Lenin Moreno. Moreno lidera todas las encuestas publicadas hasta el momento para la presidencia. Lo que queda mirar es el rol que jugará la candidatura de la unión de la «vieja nueva» socialdemocracia de la ID con el Acuerdo Nacional por el Cambio que aglutina a los partidos UP, MUPP entre otros sectores políticos y sociales de izquierda. El escenario electoral queda influenciado en forma importante por la aparición de una opción electoral alternativa a la de la derecha dentro del espacio de votantes que definitivamente no iban a optar por el correismo. Pero además se debe destacar que Paco Moncayo se ve capaz de captar un espacio electoral importante en la ciudad de Quito y en la sierra ecuatoriana frente a los dos candidatos costeños de derecha antes mencionados.
 
El debate en la izquierda ecuatoriana está claramente determinado por el apoyo o rechazo al gobierno de Correa. Tras la decisión del mismo presidente Correa de no volver a postularse para dicho cargo se abrió la posibilidad de la candidatura de Lenin Moreno. Moreno viene promoviendo un discurso de reconciliación y ampliación de visiones para acercar posiciones con sectores que han tomado distancia y critica con la gestión de Alianza País. De allí que un gobierno de Lenin Moreno abre posibilidades de renovación y cambios de enfoque y estilo en Alianza País y en el ejercicio de gobierno tras los 10 años de gobiernos de Correa. Por otro lado la izquierda y los sectores sociales progresistas tienen otra opción de izquierda o centroizquierda a la que ofrece el correismo. De allí que Paco Moncayo ofrece una posibilidad de despolarizar el escenario político ecuatoriano que venía también muy determinado por la dicotomía «correismo» vs. «anti-correismo». Así el tema del continuismo o no del correismo terminó siendo matizado por el regreso con fuerza del eje ideológico derecha vs. izquierda con la candidatura de Moncayo.
 
Esto obedece a una particularidad del escenario electoral y político ecuatoriano que así contrasta con los de Venezuela, Bolivia o Argentina. Este es básicamente la fuerza social y electoral importante de una izquierda fuera del gobierno de izquierda en el país. En el Ecuador la movilización callejera contra el gobierno de izquierda venía siendo desde hace algunos años liderada por fuerzas políticas y sociales de la izquierda, a lo que la derecha política y social solo le quedaba una posición subordinada y de incoherencia clara de intereses y programas con respecto a dicha izquierda no-gobiernista. De allí que a la derecha social le quedó en muchos casos recurrir a la estrategia de intentar infiltrarse o apoyar a las movilizaciones de la izquierda solo en tanto lograr mayor descredito de su enemigo común: el gobierno de Correa. Por otro lado siguió recurriendo a los medios de comunicación privados para difundir sus mensajes y posiciones económicas y politicas.
 
Al llegar el año 2014 la derecha ecuatoriana exhibía rasgos estratégicos que mostraban que importantes sectores dentro de esta habían decidido el promover la bandera de la unidad del «anticorreismo» más allá de posiciones ideológicas. Claramente esta propuesta lograba adeptos en los sectores desideologizados u oportunistas antes mencionados dentro del partido indigenista de izquierda Pachakutik e instantes de convergencias contra la re-eleccion de Correa entre gente de derecha e izquierda. También tomaba forma electoral en la convergencia electoral llamada «La Unidad» del derechista Partido Social Cristiano en la cual se juntaron con este sectores socialdemócratas como los del prefecto del Azuay Paul Carrasco y del exfuncionario del gobierno y líder del Partido Avanza Ramiro González.
 
La candidatura a la presidencia del socialdemócrata Paco Moncayo parece que ha saboteado, es difícil decir si en forma conciente o inconsciente, la estrategia derechista de la unidad del anti-correismo mas allá de ideologías. El punto a destacar es que la candidatura de Paco Moncayo divide claramente a la oposición en izquierdas y derechas (o entre neoliberalismo y anti-neoliberalismo) y posiblemente entre regiones y ciudades. El mismo Rafael Correa ha elogiado a la opción electoral de Paco Moncayo, lo cual puede contener alegría interna no publicitada dentro de Alianza País de que Moncayo puede estar garantizando no solo la victoria de Lenin Moreno sino incluso muy posiblemente su victoria en primera vuelta.
 
Desde el punto de vista de sectores más moderados críticos a la gestión de Correa la candidatura de Moreno puede proveer un cierto agrado y perspectivas positivas moderadas a sus posiciones que se quejaban del exceso de personalismo y de las formas que veían poco dialogantes de Rafael Correa. Por otro lado la candidatura de Moncayo provee voz y espacio electoral con perspectivas de buena difusión a las voces más críticas al gobierno de Alianza País que no deseaban tampoco optar por las candidaturas derechistas. De allí que la candidatura de Moncayo termina re-ideologizando la disputa electoral presidencial y así también clarifican en forma mejor lo que representan las opciones de Guillermo Lasso y Cynthia Viteri para el electorado.
 
Así el espejismo del «anti-correismo» parece haber perecido frente a la fuerza electoral y social de una izquierda que decidió tomar conciencia de dicha fuerza y así negarse a ir en forma subordinada a apoyar opciones electorales claramente lideradas por la derecha, pese a que estas querian presentarse como confluencias «anti-correistas». De allí que también se puede sugerir que este escenario puede terminar proveyendo una nueva derrota a la derecha y a las políticas económicas neoliberales y alineadas con los EEUU y los organismos económicos como el FMI y el Banco Mundial. Estos últimos se encuentran promoviendo un ajuste estructural neoliberal en el Ecuador en un momento de debilidad económica debido al colapso de los precios del petróleo, la apreciación del dólar dentro de una economía dolarizada y el reciente terremoto que afectó a la costa ecuatoriana. Pero por otro lado este escenario podría estar anticipando la renovación de la fuerza social y política de la izquierda en el Ecuador que no apareció en países como Venezuela, Brasil o Argentina para evitar la engañosa polarización entre «gobiernismo» y «oposición al gobierno bolivariano de izquierda» y el siguiente regreso de la derecha neoliberal al poder.
 
Eduardo Enríquez Arévalo es estudiante del Doctorado en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Andina Simón Bolívar, Master en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Ecuador y Sociólogo con mención en Ciencia Política por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

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