«Firmé el correo y lo envié a los acreedores, más o menos asqueado. Era el fruto de las tinieblas, y reconocí que me pertenecía» ( Varoufakis) Advertencia: La serie de artículos que dedico al libro de Varoufakis constituye una guía para lectores y lectoras de izquierda que no quieren conformarse con la narración dominante dada […]
«Firmé el correo y lo envié a los acreedores, más o menos asqueado. Era el fruto de las tinieblas, y reconocí que me pertenecía» ( Varoufakis)
Advertencia: La serie de artículos que dedico al libro de Varoufakis constituye una guía para lectores y lectoras de izquierda que no quieren conformarse con la narración dominante dada por los grandes medios de comunicación y los gobiernos de la Troika; lectores y lectoras que tampoco les satisface la versión dada por el exministro de Finanzas. [1] Como contrapunto del relato de Varoufakis, indico acontecimientos que él pasa en silencio y expreso una opinión diferente de la suya sobre lo que debería haber hecho y sobre lo que hizo. Mi relato no sustituye al suyo: se lee en paralelo.
Es esencial tomarse el tiempo de analizar la política puesta en práctica por Varoufakis y el gobierno de Tsipras puesto que, por primera vez en el siglo xxi, un gobierno de izquierda radical fue elegido en Europa. Es de la mayor importancia, si no queremos toparnos con un nuevo fiasco, comprender los errores y sacar conclusiones de la manera en que ese gobierno afrontó los problemas que encontraba.
El reto, que presenta la crítica de la política que llevó a cabo el gobierno griego en 2015, no consiste principalmente en determinar las responsabilidades respectivas de Tsipras o de Varoufakis como individuos. Lo fundamental es analizar la orientación político-económica que fue puesta en práctica, con el fin de determinar las causas del fracaso, de ver qué otras opciones se podrían haber tomado y aprender las lecciones pertinentes sobre lo que un gobierno de la izquierda radical puede hacer en un país de la periferia de la zona euro.
Recordemos que, el 20 de enero de 2015, Varoufakis firmó un desastroso acuerdo con el Eurogrupo. En virtud del mismo, Grecia se comprometió a pagar a sus acreedores siguiendo el calendario previsto. Y eso implicaba desembolsar 7.000 millones de euros, en varios plazos, hasta el 30 de junio de 2015. Se debía pagar 5.000 millones de euros al FMI , a pesar de ser uno de los principales responsables de las políticas catastróficas. Según ese acuerdo, también era necesario que Grecia sometiera al Eurogrupo, para su aprobación, las nuevas propuestas de «reformas» y de medidas de austeridad en el marco del segundo memorando en vigencia desde 2012, y que fue prolongado cuatro meses por una decisión acordada entre el gobierno griego y el Eurogrupo. Después de haber firmado ese acuerdo en Bruselas, Varoufakis volvió a Atenas donde sufrió la crítica de figuras emblemáticas de la resistencia y del combate.