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Cronopiando

La prueba del algodón

Fuentes: Rebelión

De la grave situación económica que se vive en el Estado español no hay mejor demostración que las dificultades que están teniendo algunos de sus más ilustres hijos. Desde el propio rey, quien no obstante sus quebrantos de salud declaraba recientemente que «mientras otros estarían de baja yo debo seguir currando», hasta la duquesa de […]

De la grave situación económica que se vive en el Estado español no hay mejor demostración que las dificultades que están teniendo algunos de sus más ilustres hijos.

Desde el propio rey, quien no obstante sus quebrantos de salud declaraba recientemente que «mientras otros estarían de baja yo debo seguir currando», hasta la duquesa de Alba y su reconocimiento de estar pasándolo muy mal, o el de su propio hijo Cayetano que advertía no disponer de efectivo, pasando por Esperanza Aguirre que afirmaba «no llegar a fin de mes», o Guillermo Collarte, diputado popular a quien sus más de 5 mil euros mensuales sin contar las dietas le llevaba a reconocer que «las estoy pasando canutas», la crisis exige sacrificios a toda la ciudadanía con independencia de su condición y cargo, que «no hace falta comer marisco y caviar para estar bien alimentado» como apuntara Carmen Alvarez-Arenas, portavoz del Partido Popular en la comisión de empleo del Congreso.

Y es por ello, para economizar recursos y evitar los abusos de desaprensivos desempleados que sin merecerlo ni necesitarlo recibían 400 espléndidos euros mensuales que, a partir de ahora, quienes pretendan semejantes beneficios deberán demostrar que sí han hecho esfuerzos y diligencias por conseguir trabajo, así sea, como sugería el dirigente empresarial José Luis Feito, en Laponia.

Aunque el gobierno no especifica qué tipo de pruebas deberán aportar los parados para cobrar sus prestaciones, es probable que ninguna verificación resulte más concluyente que las rogativas a la virgen del Rocío, tal y como lo expresara la propia ministra de Empleo, Fátima Báñez, cuando apelaba al «capote de la Virgen del Rocío para salir de la crisis, porque de la virgen un capote siempre llega»; o una sincera oración, beso incluido, a la Virgen de la Macarena, del tipo que Francisco Camps acostumbra para agradecer la absolución en alguno de sus casos pendientes; o una romería, junto a los cofrades de la Virgen del Valle de Toledo como las que acostumbra a realizar la peregrina María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha; o una fervorosa plegaria semejante a la que el prófugo empresario Ruíz-Mateos dedicara a Escrivá de Balaguer, ese «santo gigante, enorme e inmenso»; o una rendida jaculatoria como la que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy tuviera para el apostol Santiago a quien se abrazó hablándole de las «encrucijadas de España» y pidió ayuda para «no desfallecer en nuestra tarea».

Prueba del éxito que tanta piadosa y cristiana devoción ha concitado y que debieran tener muy en cuenta los casi seis millones de parados es, sin duda, la facilidad con que han encontrado trabajo algunos bendecidos por el amplio catálogo de apóstoles y vírgenes españolas entre los que se podría citar a: Alvaro Ramírez de Haro, hijo de Esperanza Aguirre y Gil de Biedma Condesa de Murillo y Grande de España, que ha conseguido emplearse como asesor del Secretario de Estado de Comercio; María Zaplana, hija del ex ministro Eduardo Zaplana, ya labora como asesora de la Secretaría de Estado de Turismo; Marcelino Oreja Arburúa, hijo del parlamentario popular Marcelino Oreja, preside la Entidad Pública Empresarial Ferrocarriles de Vía Estrecha; Víctor Calvo Sotelo, hijo del ex presidente Calvo Sotelo, es secretario de Estado de Telecomunicaciones; Elisa Robles Fraga, sobrina de Manuel Fraga, es directora general del centro para el Desarrollo de Tecnología Industrial; Angeles Alarcó, ex mujer del ex ministro Rodrigo Rato es actualmente presidenta de Paradores Nacionales; Ricardo Cospedal García, hermano de la presidenta de Castilla-La Mancha dirige la Fundación Carolina, dedicada a la promoción de las relaciones culturales entre el Estado español y Latinoamérica; José Ramón Bujanda, cuñado de Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, preside la Sociedad Estatal de Caución Agraria; José Miguel Martínez dirige la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), dependiente del Ministerio de Hacienda, y es concuñado de Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda; María Flavia Rodríguez Ponga es directora general de Seguros y Fondos de Pensiones y hermana del diputado popular Rafael Rodríguez Ponga; Alberto Nadal Belda, vicesecretario de Asuntos Económicos, Laborales e Internacionales de la CEOE, es hermano de Alvaro Nadal Belda, responsable de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno cuya esposa, María teresa Lizaranzu Perinat es directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro; Rafael Catalá Polo, secretario de Estado en Fomento, es hermano de Raquel Catalá Polo, la delegada especial de la Agencia Tributaria de Madrid; Miguel Cardenal Carro, actual presidente del Consejo Superior de Deportes, es hijo de Jesús Cardenal, quien fuera fiscal general del Estado con José María Aznar; Iván de la Rosa, marido de la vicepresidenta del gobierno Soraya Saénz de Santamaría, es letrado en el Área Jurídica de Telefónica…

Son sólo algunos ejemplos de los beneficios que rinde la fe y de lo oportuno que sería para los desempleados encomendarse a Dios para encontrar trabajo o, simplemente, demostrar su empeño por incorporarse a las fuerzas productivas de la nación y obtener esos 400 euros mensuales a los que aspiran.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.