El investigador y profesor de la Universidad de Girona somete a la renta básica universal a un análisis interseccional, defendiendo esta medida como un instrumento necesario para la justicia social.
El pasado 25 de noviembre Aliou Diallo, activista antirracista y por el derecho a la vivienda, e investigador y docente en la Universidad de Girona, participaba en una mesa del XXII Simposio de la Red Renta Básica, bajo el título “Intersecciones de la renta básica”.
El evento anual, organizado en esta ocasión por la Universidad de Lleida, sirvió para debatir sobre la renta básica desde una perspectiva muy aterrizada en el escenario actual, abordando la renta básica universal (RBU) en relación al derecho a la vivienda o en el marco de la economía política internacional. También hubo espacio para evaluar la situación del Plan Piloto de Catalunya, o hablar de la relación entre los movimientos sociales y la renta básica.
Con Diallo profundizamos en un análisis hasta ahora poco común en el ámbito de la renta básica, el que pone en relación esta medida redistributiva con los diversos ejes de desigualdad que atraviesan la vida de las personas, y entre ellos, fundamentalmente, la racialización.
Te quería preguntar en primer lugar por tu relación con la RBU. ¿En qué momento empezaste a escuchar hablar de ella? ¿Cómo te has relacionado con lo espacios que defienden esta política?
La idea de la renta básica universal, aunque quizás no con esas palabras exactas, la escuché por primera vez en un discurso de Thomas Sankara, el revolucionario de Burkina Faso. La idea me pareció bastante revolucionaria en su momento. A partir de ahí, tras leer también a Rutger Bregman, seguí por esta vía para acabar conociendo a gente que defiende la renta básica universal. Esto llegó a través de una charla organizada por la Red Renta Básica en Barcelona, justo antes del Covid.
Digamos que mi relación más estrecha con la idea de RBU data de dos años a esta parte, en el marco de mi activismo antirracista en el que estoy hace tres o cuatro años. Desde la interseccionalidad, para quien ve el antirracismo como una lucha que interpela a muchos, la renta básica universal es un instrumento aliado y muy necesario.
Fue muy interesante introducir el antirracismo en el simposio sobre renta básica, y también bastante inédito. Hasta ahora los defensores de la renta básica universal vienen siendo mayoritariamente blancos, hombres y occidentales. ¿A qué crees que se debe esto?
Creo que tiene que ver con la misma idea de la renta básica universal. Para los colectivos racializados, muchas veces el día a día se nos come todo, nos impide pensar en cuestiones que vendrían a ser una proyección casi utópica, como la renta básica universal. Cómo llegar a final de mes, cómo hago para no sufrir tantas detenciones por perfilamiento racial, cómo hago para alquilar un piso, cómo eludir el racismo inmobiliario: todo eso hace muchas veces que no tengamos el tiempo o los recursos necesarios para que podamos dedicarnos a reflexionar sobre cómo mejorar nuestra propia vida. La renta básica universal, obviamente, llega como una solución, pero muchas veces es muy difícil hablar de cosas tan poco concretas ahora mismo, en espacios donde lo que preocupa más es la violencia diaria, continua, que está recibiendo la gente.
Creo que un poco es eso, que poder soñar en una utopía, poder pensar en la utopía es también un privilegio muchas veces. Diría que la renta básica se enmarca en este contexto en relación con los colectivos que luchan para erradicar el racismo. Eso tampoco es una gran excusa, porque muchas veces después en los debates, cuando alguien menciona la renta básica universal, hay interés, lo que pasa es que después vas al día a día y las cosas por las que militas, por las que estás luchando, son cosas más tangibles. Así, ves que realmente la lucha por la renta básica universal queda desplazada de alguna manera.
Y, más allá de la renta básica, ¿por qué es importante esta mirada interseccional cuando hablamos de redistribución?
Yo creo que la redistribución siempre tiene que partir no solo de un eje económico, que obviamente tiene que estar, sino también de un eje de ingresos que apunte quién debería pagar más impuestos, todo ese debate. Pero si dejamos fuera ejes interseccionales como el feminismo, el antirracismo, la salud mental, etc., y nos centrarnos solo en lo económico, la redistribución sería sesgada, porque no tiene en cuenta los tipos de violencias que padece la gente.
Una redistribución real tiene que ir mucho más allá de lo meramente económico, tiene que tener en cuenta violencias estructurales, abusos estructurales y muchas veces hasta abusos históricos como podría ser la esclavitud, o el colonialismo. O más recientemente el neocolonialismo. Tiene que tener claros todos estos aspectos para poder realmente ser un vehículo para erradicar a través de una redistribución equitativa, muchos tipos de violencia.
Veo la renta básica como un tema de justicia social, básicamente, dar, por una parte a toda persona por nacimiento está capacidad de desarrollarse por sí mismo, de tener las necesidades básicas cubiertas
Daniel Raventós también habla de la RBU como una transferencia de riqueza entre quienes han acumulado más capital y quienes han sido despojadas del mismo: de los hombres hacia las mujeres, de los más ricos a los más pobres… podría ser la renta básica universal incluso una forma de reparación.
Estamos hablando de justicia social y yo intento evitar hablar de justicia social como una reparación, creo que simplemente se trata de dar a todo el mundo lo que merece. La reparación la veo en clave, muchas veces, incluso asistencialista. Yo veo la renta básica como un tema de justicia social, básicamente, dar a toda persona por nacimiento está capacidad de desarrollarse por sí mismo, de tener las necesidades básicas cubiertas. Eso por sí es un derecho y por lo tanto no estaríamos hablando de reparación, sino de garantía de derechos. Porque los derechos funcionan así: alguien, una entidad, una institución, tiene que garantizarte las condiciones que reconoce y esas condiciones, es lo que de alguna manera representa la justicia social, esa redistribución.
Reivindicas, digamos, la justicia social con una forma de universalidad que va más allá del reconocimiento.
Tiene que ir un poco más allá del mero reconocimiento. Porque el reconocimiento ya es, creo yo, el derecho que tenemos: el derecho a la vivienda, el derecho a que no nos discriminen por temas raciales, étnicos, de origen, etc. Eso ya de por sí existe, pero muchos de esos derechos no son inherentes desde el momento de nacer. La garantía de esos derechos es lo que representaría una justicia social real. Los instrumentos de cómo, de alguna manera, garantizar que nadie padezca una discriminación, que no le falte la garantía de necesidades básicas. El reconocimiento de por si, ya lo tenemos, hasta la policía misma, cuando detiene a alguien por perfilación racial está reconociendo tus derechos implícitos, porque por lo menos no se atreven a decirte que lo hacen por que tienes esta piel u otra. Te reconocen cierta capacidad, cierta agencia en ese sentido. Lo que pasa es que no te garantiza ese derecho esa misma institución que tiene la obligación de hacerlo. Por lo tanto, la garantía va un poquito más allá y es ahí donde yo enmarco, digamos, a la justicia social.
Cuando se habla de RBU hay un tema recurrente que es el del presunto efecto llamada: se parte del supuesto de que una renta de este tipo atraería a un número mayor de personas migrantes. ¿Qué contestarías tú a alguien que plantee esto?
Yo creo que la renta básica universal también es una oportunidad para poner sobre la mesa ciertos debates. Y uno de ellos es este de las fronteras, en concreto de una frontera que es la que hay entre el norte global y el sur global: que cuando hablamos de fronteras hoy en día es básicamente de lo que se está hablando. En ese sentido yo creo que es una oportunidad para hablar de los refugiados que vienen, los refugiados climáticos, que hoy en día haya zonas en África donde no se pueda vivir, zonas en Asia donde no se pueda vivir y que en Europa aún se siga restringiendo las vías de acceso legales a su territorio —en las últimas semanas se aprobaron nuevas políticas aún más restrictivas.
Para los países del norte global, a nivel de capacidad económica, la renta básica universal no es tan utópica como podría parecer. Lo utópico es que la renta básica sea efectivamente universal, que vaya más allá de las fronteras del norte
Yo creo que aquí a la RBU es una oportunidad para hablar sobre estos temas y es donde yo veo la utopía. Creo que para los países del norte global, a nivel de capacidad económica, como está estructurada la sociedad, la renta básica universal no es tan utópica como podría parecer. Lo utópico es que la renta básica sea efectivamente universal, que vaya más allá de las fronteras del norte. Porque lo universal no lo veo solo en el tema de que en un país determinado todo el mundo tenga acceso a ello. Si en un país determinado todo el mundo tiene acceso pero más allá de sus fronteras hay otros que no, no estaríamos hablando de universalidad, sino de un cierto sesgo, y yo creo que la universalidad de la renta básica universal se tiene que leer en ese sentido. Seguramente cada país tendrá su manera de aplicarlo, pero la idea tiene que concretarse de diferentes formas en todos los países, en todos los estados del mundo. Y ese es el gran reto de hecho. No es por capacidad económica realmente, si no por voluntad y también porque se tienen que dar ciertas condiciones para que un reto como este pueda ser planteado.