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La revolución bolivariana en una encrucijada decisiva

Fuentes: Rebelión

Un nuevo escenario de guerra imperialista norteamericana que necesita desplazar a China de su patio trasero para no perder su liderazgo como gendarme mundial La nueva arremetida imperialista norteamericana contra Venezuela reconociendo a Juan Guaidó como nuevo presidente, tiene a la Asamblea Nacional (AN) como una especie de doble poder (que viene sesionando hace meses), […]

Un nuevo escenario de guerra imperialista norteamericana que necesita desplazar a China de su patio trasero para no perder su liderazgo como gendarme mundial

La nueva arremetida imperialista norteamericana contra Venezuela reconociendo a Juan Guaidó como nuevo presidente, tiene a la Asamblea Nacional (AN) como una especie de doble poder (que viene sesionando hace meses), en un nuevo escenario de guerra comercial chino-yanqui, que, a pesar de la tregua concedida entre ambos, todavía no acaba.

«…Desde 2009 hasta 2017, explica el informe, los préstamos chinos a la región ascendieron a 145,000 millones de dólares, superando los otorgados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y compañías chinas como Sinohydro, Gezhouba, China Petroleum y Chinalco tienen a su cargo varios de los proyectos más grandes en la región… «, redactó el Nuevo Diario (13/10/18). A esta cuestión hay que agregar la propuesta global china de la Ruta de la Seda y la iniciativa del Cinturón que es la superación de los vasos comunicantes entre China y Europa que tiene como fin construir una infraestructura (con crédito barato), en forma de cinturón alrededor del planeta que posicionaría al gigante asiático como el líder del comercio mundial (Rusia tiene una inversión de $17 000 millones aproximadamente en las reservas del Orinoco).

Y si a esta cuestión agregamos que China para fortalecer su desarrollo tecnológico con el sistema 5G necesita de los recursos energéticos y minerales de Venezuela, pues, está claro que el interés de Donald Trump y los Neocons es por evitar que el gigante asiático desplace a EE.UU. de su rol de gendarme mundial.

Entonces, es esta cuestión aunada al frente interno que tiene Trump (crisis por el impeachment que le quiere abrir el Congreso -que perdió en las elecciones pasadas-, por el tema Rusiagate y la fragilidad de la economía yanqui con la caída de las acciones, en particular de las FAANGAS), la que han acelerado el Plan que se venía elaborando hace años, pero que ahora cuenta con una parte de la crema y nata de los asesores que fueron parte de las invasiones en Medio Oriente y Panamá como Elliot Abrahams, Mike Pompeo, y los congresistas reaccionarios como Marco Rubio, Díaz Balart y el teórico y estratega yanqui Steve Bannon.

Por eso no es casualidad que Juan Guaidó se haya reunido con algunos de ellos en varios viajes desde hace meses.

Una profunda crisis económica

Esta nueva ofensiva imperialista se da en un contexto de profunda crisis económica venezolana generada en parte por el bloqueo económico imperialista de los activos del Estado venezolano por $23 000 millones, pero también producida por el régimen madurista con el pago serial de la deuda externa de alrededor de $80 000 millones (a pesar de la deuda social), hiperinflación de más de 1.300.000%, fuga de capitales por más de $500 000 millones.

«…La contracción del producto registrada en el último quinquenio ya destruyó el 30% del PBI. Esa regresión tiene el mismo alcance que la Gran Depresión sufrida por Estados Unidos en 1929-1932. La debacle golpea a todos los sectores. La estratégica extracción de petróleo se ha reducido a la mitad y el financiamiento monetario del déficit fiscal ha provocado la mayor hiperinflación del siglo XXI. El índice de precios saltó del 300% (2016), al 2.000% (2017) y actualmente promedia una cifra incuantificable…», escribió el analista Claudio Katz (Venezuela define el futuro de toda la región, 06/02/19).

Por su lado, el economista Manuel Sutherland, declaró, «… En plena hiperinflación, Maduro sigue prometiendo que «esta vez sí va a controlar los precios» y que tratará con «mano dura» a quienes se atrevan a incrementarlos más allá de unas listas de precios regulados que son básicamente el hazmerreír de la población. La caída del PIB en Venezuela ronda el 50% en los últimos cinco años, un récord absoluto para el continente, una tragedia sin parangón. Para los años 2017 y 2018, se vio el agravamiento de la crisis con el penoso protagonismo de una hiperinflación que ha roto varias marcas históricas en el mundo…», ( ¿A dónde va Venezuela? (si es que va a alguna parte), entrevista a Manuel Sutherland, 01/19).

Y si a esta cuestión sumamos la estrategia yanqui de dotar a Guaidó del poder económico de CITGO, que es la empresa administradora de más de mil grifos en EE.UU., pues, podemos decir que estamos frente a una profunda crisis del régimen bonapartista de Maduro, que se definirá en los próximos días o semanas.

Y así como están las cosas, todo apunta a profundizar más el bloqueo económico al régimen madurista con el fin de generar grietas en las filas de las FF.AA. venezolanas (que es la columna y la cabeza del bonapartismo bolivariano). Y talvez esto es lo que estaba deliberando la cúpula de las FF.AA. al demorar su pronunciamiento un día después de la juramentación golpista (Guaidó fue apresado por el SEBIN para luego ser liberado expresando desesperación, infiltración o contradicciones en las alturas). Y la misma AN «aprobó» una ley de amnistía para los militares que se rebelen contra el madurismo (acaba de renunciar el agregado militar José Luis Silva en EE.UU., así como el embajador en Irak y un general en actividad de la Fuerza Aérea).

Apuntando a dividir las FF.AA. para negociar la salida política

«Hay dos maneras de resolver este tipo de problemas. En 1989 nosotros sacamos a Manuel Noriegas de Panamá. Y en 1994 depusimos al presidente de Haití…Por otro lado, al final de la década de los 80 cuando Ferdinand Marcos tenía cientos de miles de manifestantes protestando en las calles de Filipinas, nosotros organizamos su salida y le garantizamos a Marcos que no sería enviado de nuevo a Filipinas para ser juzgado allí por crímenes cometidos. Creo que esa es la vía para salir de Maduro. Talvez se la puedan proponer alguien cercano a el de otro país…pero necesitamos darle una salida en la que no sea obligado a regresar, y así, posiblemente, salir de este problema sin violencia», escribió, el jefe del U.S. Southern Command, almirante Craig Faller, en tono amenazante y dando salidas imperialistas a la «crisis bolivariana».

Y si bien es verdad, el «Imperio» del Norte, todavía no tiene correlación de fuerzas en la ONU, pues, tienen a la mayoría de países fuertes (que están en crisis económicas y necesitan del FMI para sobreendeudamientos y financiar sus presupuestos), de América del Sur (Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, etc.), organizados en la OEA, para imponer su punto de vista. Y la última reunión auspiciada por Montevideo y México resultó en un revés para la diplomacia caraqueña aislándola más y forzando a Maduro a liderar una lista de firmas de líderes connotados a nivel mundial con el fin de contrarrestar este «golpe» diplomático.

Y al parecer la diplomacia de la guerra imperial parece comenzar a funcionar. Y es que la sola advertencia de una intervención militar (con un Maduro que no pudo evitar la juramentación de Guaidó y resolver la crisis económica -que en las elecciones del 2007 se expresó en la abstención de un importante sector chavista-, y no poder efectivizar medidas concretas contra la burocracia que el propio Maduro denunció en su discurso de posesión), funciona como una presión por arriba para llegar a una negociación política con la cúpula militar en su conjunto o en su defecto dividirla para generar caos en el frente interno del madurismo.

En este sentido, el Ministro de Defensa, Vladimir Padrino, acaba de declarar, «la FANB es una fuerza armada humanista, respetuosa del estado de derecho, la democracia y los derechos humanos», (El Universal, 28/01/19). Es decir que, ¿ya no es bolivariana? Esta cuestión puede ser interpretada como un «puente» de negociación con EE.UU.

Y es que la lealtad de un sector de las fuerzas armadas esta vinculada al control de las empresas estatales. Entonces, la admisión de la amnistía solo sería posible si este sector ve que las sanciones económicas comienzan a asfixiarlo y algunos sectores populares comenzaran a rebelarse o que en su defecto los «escuálidos» comiencen a tener respaldo popular.

En Perú, hay experiencias de traiciones políticas militares. El nacionalista «tupacamarista» Juan Velasco Alvarado, fue traicionado por Morales Bermúdez. Y Ollanta Humala, en el poder, traicionó al pueblo que lo eligió para realizar la gran transformación del país.

Una revolución bolivariana impresionante, pero con un régimen madurista con factores de descomposición política

En Venezuela, si bien es verdad, se desarrolló un proceso revolucionario impresionante e histórico, con las masas derrotando tres golpes de Estado (11/04/02, 12/02-01/03, referéndum revocatorio 2004), un líder carismático como Chávez, un «socialismo petrolero» que se basaba en la distribución de la renta petrolera a través de varias misiones sociales (que entonces mejoró la vida del pueblo), y votando al chavismo abrumadoramente hasta el 2013, cuándo se cayó el precio del barril de petróleo de $130 a %36 aproximados. Luego, comenzó a sentirse la crisis económica, y la burocracia fue desarrollándose paralelamente a pesar de las denuncias del propio Hugo Chávez, alimentando una boliburguesía y elevándose por encima de los trabajadores/as, aprobando leyes antilaborales (que ni Chávez talvez lo hubiera aprobado), reprimiendo la ocupación de fábricas por los obreros/as (SIDOR, VENEPAL, etc.), cooptando a los sindicatos y consejos comunales.

El ex vicepresidente de Chávez (entre el 2010-2012), y parte de la elite del chavismo y hoy renunciante al gobierno, Elías Jaua, declaró, «… La corrupción nos ha hecho un grave daño. Volviendo a su pregunta de nuestros errores, sin duda uno fue no haber combatido desde el principio este flagelo estructural…En el interior del proyecto bolivariano debatimos entonces si había que iniciar una especie de operación manos limpias, pero se consideró que eso afectaría a la estabilidad política del nuevo gobierno y que nuestra prioridad en esa primera etapa era atender la emergencia de pobreza que había en el país. Toda la estructura de corrupción del sector privado quedó intacta y sus contactos dentro del Estado rápidamente corrompieron a funcionarios débiles. Ahora estamos pagando las consecuencias de esas desviaciones».

Y luego, llamando a una conciliación con la oposición golpista, señaló, «…Los dirigentes venezolanos, opositores y revolucionarios tenemos que trabajar para garantizar de nuevo una estabilidad política que permita recuperar lo que se ha perdido en estos seis años en que ha habido casi una guerra total entre los factores políticos y retomar el camino del crecimiento económico y la inclusión social de entonces…», (BBC, 10/12/18).

Las declaraciones de un alto funcionario del gobierno bolivariano como éste demuestran el grado de descomposición política en la que se encuentra el régimen nacionalista de Maduro.

Ya anteriormente, en el 2007, el diputado Luis Tascon (propuesto por el MVR y el PCV de Táchira), fue expulsado del PSUV acusado de agente del imperialismo (entrevista a Tascon: https://www.youtube.com/watch?v=4i9fu0FmTVk ; entrevista dirigentes del PSUV: https://www.youtube.com/watch?v=OdjfZCUbvKI), por denunciar corrupción alrededor del Ministro de Infraestructura José David Cabello, hermano de Diosdado Cabello (hombre fuerte del chavismo). Y a las líderes radicales del chavismo como Lina Ron, la metieron presa (Lina toma Arzobispado: https://www.youtube.com/watch?v=0_hzZmFljT8 ; Chávez pide apliquen la ley a Lina: https://www.youtube.com/watch?v=3UnovI9qq2g ; Chávez rinde tributo a Lina (05/03/11): https://www.youtube.com/watch?v=jshgwWDm600), que preocupaba a Hugo Chávez, generándole contradicciones políticas ( https://www.youtube.com/watch?v=85y88IaJhIk ).

Por otro lado, está la ruptura de Ramírez, el ex jefe de PDVSA y Ministro de Petróleo (1999-2013), a fines del 2017, criticando el manejo de la economía por parte de Maduro.

Los primeros elementos electorales de desgaste y descomposición política (tomando en cuenta que el régimen chavista se basaba en las elecciones como plebiscitos de su gobierno), se vieron en las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, donde Maduro ganó a las justas con el 50,66% contra el 49,07% de Capriles. Luego, en las elecciones parlamentarias del 2015, la oposición golpista de la Mesa de Unidad Democrática ganó con el 56,3 % de los votos (y 112 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional). «…En la sentencia 156 del 29 de marzo de 2017 la Sala Constitucional del TSJ advirtió de manera general -que mientras persista la situación de desacato-, las competencias de la Asamblea Nacional serán ejercidas directamente por ella», ( https://es.wikipedia.org/wiki/Venezuela ).

Por esta razón, el madurismo, maniobra hábilmente y convoca a elecciones para una Asamblea Constituyente «sui generis» (estatizada y que, dialécticamente, niega la constitución bolivariana de Chávez), para no perder el poder político, logrando la abstención de la oposición golpista, y ganar las elecciones con 8.089.320 de votos de venezolanos (41,53 % del padrón electoral).

La Asamblea Constituyente como instrumento de negociación político-legal con el sistema financiero mundial

En esta dinámica, la Asamblea Constituyente, elegida en el 2017, como un poder político para anular el poder de la Asamblea Nacional golpista, pues, no ha podido ni legitimarse ni votar una ley que profundice la revolución hacia el socialismo, sino que es utilizada como instrumento de negociación con la banca internacional para velar por sus cuentas petroleras, que, con el bloqueo yanqui, acaba de fracasar (y por su lado el Tribunal Superior de Justicia vs el TSJ golpista en el exterior).

La lucha de clases se pone al rojo vivo en Venezuela. Si bien es verdad, el régimen nacionalista, se encuentra en una encrucijada, con deserciones internas, y en tácticas de negociaciones en las alturas (Maduro llamo a un diálogo directo con Trump); la derecha sigue dividida y sin base social consistente (aunque está apelando a conatos de revueltas en bases populares que eran del chavismo). Las marchas de la derecha golpista siguen teniendo una composición de clase media mientras que el madurismo conserva bases de reserva en algunos sectores populares lo que expresa la fuerte conciencia antiimperialista de un sector del chavismo.

Esta cuestión se da en un contexto donde la mayoría de la izquierda «nac & pop» no tiene capacidad de respuesta política de masas y en Perú, el Encuentro de Huancayo, si bien es verdad, fue importante en convocatoria, no abordó la arremetida imperialista contra Venezuela y «desarmó» a las masas para intervenir.

Por su lado, iconos de la guerrilla tupacamarista como Pepe Mujica, acaba de plantear, «un diálogo solo sería posible a través de una especie de junta ejecutiva donde estuvieran todas las tendencias, pero fuertemente monitoreada y garantizada por las Naciones Unidas», (La Tercera, 28/01/19).

Algo similar, pero bien pesimista y capitulacionista, propone el teórico del socialismo del siglo XXI, Heinz Dieterich, «…No hay forma de evitar que a actual fase de transición culmine en elecciones generales…En términos militares, la batalla decisiva de la guerra es la actual batalla por la transición…abstrayendo de la embajada, el centro de gravitación de la batalla para todos los actores es el poder de fuego de la FANB: para los sectores maduristas, las fuerzas patrióticas y chavistas y las fuerzas exógenas: Rusia, China y Cuba. La alianza con las FANB se vuelve determinante; porque una vez más se verifica el aforismo de Mao Zedong: «El poder político nace de los cañones de los fusiles», ( https://www.aporrea.org/tiburon/a275037.html ).

No obstante, Dieterich, no plantea el armamento para el pueblo, sino que éste se mantenga en las «oficinas de las fuerzas armadas», responsables también de la crisis política.

Semejanzas y desafíos entre el golpismo imperialista en Chile, Cuba y Venezuela

Días antes que cayera Salvador Allende en Chile, en un contexto similar al que pasa Venezuela hoy ( Nixon y Kissinger negaron créditos externos y pidieron un embargo al cobre chileno; protestas, escasez, intentos de abrir grietas en las FF.AA., caos, etc.), hubo un debate profundo sobre la cuestión del armamento popular.

A los que plantearon la autodefensa armada de la clase obrera organizada en los cordones industriales, los acusaban de «hacerle el juego a la contrarrevolución». Al final, se impusieron los moderados y los que proponían negociar políticamente con el enemigo. Allende murió, suicidándose con el fusil que le regaló Fidel Castro, en medio del bombardeo a la Casa de la Moneda, ordenado por quien era su Jefe de las FF.AA. y persona de su confianza: Augusto Pinochet.

Y Fidel le regalo el fusil a Allende porque comprendió dialécticamente lo que se venía en Chile. «Existen muy pocas posibilidades de construir un Estado Marxista en Chile si no se usa la violencia», declaró Fidel Castro, a fines de 1971 . Y es que el propio Fidel tuvo una experiencia extraordinaria e impresionante cuando a partir de la crisis de Bahía de Cochinos y la intentona de invasión imperialista, decidió armar al pueblo cubano, demostrando, en este caso, su genialidad estratégica y derrotando al imperialismo yanqui.

La ayuda humanitaria como pretexto para generar el caos y la invasión yanqui

En esta oportunidad, la estrategia del golpismo imperialista es apelar a la hipócrita «ayuda humanitaria» mientras que por otro lado bloquea $23 000 millones de las cuentas de PDVSA. Esto con el fin de generar un conato con los militares venezolanos en la frontera con Colombia y el pueblo en disputa, para a partir del mismo, plantear una intervención militar por la OEA, la ONU, etc.

No es seguro que el Imperio vaya a conseguir su objetivo si el pueblo se mantiene firme en su lucha. No obstante, para avanzar y ganar a la mayoría popular es necesario superar el «gradualismo revolucionario», y aplicar políticas realmente antiimperialistas y socialistas como el No pago de la deuda externa, la nacionalización del sistema financiero, control de precios, aumento de salarios y la monopolización del comercio exterior.

El sujeto político revolucionario

Este programa es poco probable que lo lleve a cabo el régimen madurista por los elementos de descomposición antes señalados, sin embargo, en verdad, la única salida de sobrevivencia política que tiene Maduro, bajo estas circunstancias de aislamiento diplomático y descontento social, es que Maduro arme al pueblo antiimperialista y no solo la milicia (compuesta por 50 mil). Como también señalamos líneas arriba, la cúpula militar le va a ser leal mientras no vean afectados sus intereses económicos o el pueblo se «voltee».

Bajo esta circunstancia, la clase obrera venezolana, es la única alternativa para hacer avanzar el proceso revolucionario que está en una encrucijada decisiva. Ya antes, cuando el lock out patronal, demostraron su fuerza protagónica al hacer funcionar PDVSA y la economía nacional. Una huelga general indefinida con piquetes acompañada de un Plan de Lucha y un programa anticapitalista, pondrían al Imperio con los pelos de punta.

Por una Conferencia Latinoamericana y la renuncia de los cancilleres del Grupo de Lima

Por estas razones, un debate alturado al respecto en una Conferencia Latinoamericana Antiimperialista Crítica (que exija la renuncia de los cancilleres del grupo de Lima), acompañado de un Congreso de las/os trabajadores venezolanos para elaborar un Plan de lucha y de salida a la crisis (no al pago de la deuda externa, control de precios, monopolio del comercio exterior y nacionalización del sistema financiero, etc.), a la par de la autodefensa armada del pueblo antiimperialista serán claves para derrotar al imperialismo. Y en Perú, un Plan de Lucha y movilización hacia la Cancillería exigiendo la renuncia del canciller Néstor Popolizio, por no respetar la historia diplomática peruana pacifista de no entrometerse en asuntos externos, es de vital importancia.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.