La coyuntura electoral del balotaje que se viene para abril trae a la mesa algunas discusiones postergadas, pero indispensable para diversos sectores, movimientos, y los partidos políticos que se identifican con la izquierda y los progresismos.
Desde el 2022, lxs ecuatorianxs nos hemos enfrentado a una segunda vuelta en la que hemos tenido que decidir entre el progresismo de centro izquierda representado por la Revolución Ciudadana (RC), la ultraderecha conservadora, representada por el banquero Guillermo Lasso, y luego por el bananero hijo de la familia más millonaria del país vinculada a uno de los grupos económicos de más larga data y más poderoso del país, Daniel Noboa.
Estas coyunturas han traído un gran dilema para las izquierdas: apoyar al o la candidata del progresismo, optar por el nulo “ideológico” (que en el caso de Guillermo Lasso terminó favoreciéndolo), o apoyar de plano a la derecha.
Esta disyuntiva, si bien tiene una respuesta obvia para quienes nos declaramos de izquierda, no puede dejar de lado profundas reflexiones y claras negociaciones entre los partidos políticos y sus respectivas bases sociales.
Reflexión 1. ¿En manos de quién (es) está que Pachakutik, la CONAIE y demás movimientos indígenas decidan dar sus votos a la RC?
El presidente de la CONAIE y candidato a la presidencia por Pachakutik, Leonidas Iza, y gran parte del partido/movimiento al que representa, ha planteado claramente que, por coherencia política con el mandato de su partido, ubicado en la izquierda y a favor de las luchas históricas populares, la probabilidad de apoyar a Daniel Noboa, candidato de la ultraderecha, sería nula. Sin embargo, es una decisión que, siguiendo la organicidad de movimiento indígena, deberá ser debatido y consensuado con sus bases en asamblea.
Pareciera más cercana la probabilidad de un apoyo a la candidata progresista Luisa González, sin embargo, la pesada mochila que trae RC representada principalmente por Rafael Correa no hace tan fácil está decisión. Gran parte del peso de está mochila se lleva el antecedente de apoyo al extractivismo, persecución y criminalización de la protesta.
Sin embargo, la continua, inoportuna e imprudente intromisión de Rafael Correa en la discusión es la principal causa que impide trascender esta nefasta historia, y centrarse en la discusión con la candidata actual y su postura renovada. Candidata que, como veremos más adelante, ha accedido incluso a llegar a acuerdos de limitar la frontera extractivista para lograr la ansiada unidad de las izquierdas. En este sentido, una de las tareas pendientes de la RC a la interna, es quitar el protagonismo a Rafael Correa y Gonzalizar la RC y su candidatura.
Por otro lado, si bien la decisión de apoyo o no a la candidatura está en manos de Pachakutik y CONAIE, no es menos cierto que propiciar una alianza con estos actores, en base a una propuesta clara y transparente de dialogar e integrar las líneas rojas que plantean, está en manos de una RC que decida y se atreva a quitar el protagonismo a Rafael Correa.
Reflexión 2. Discusión postergada inevitable:
El ambiente siempre ha sido la última rueda del coche y la agenda extractivista está lamentablemente sobre la mesa de ambos candidatos. Sin embargo, aquí es necesario traer a la discusión otros elementos y hacer algunos matices en el análisis
La única opción que postulaba una propuesta ecologista, con una mirada estratégica sobre lo que implica la conservación de la riqueza natural que tiene nuestro país, no alcanzó los votos suficientes para pasar a la segunda vuelta, alcanzó un 5% que sienta las bases para un movimiento político con una mirada integral que incluye y pone en el centro la naturaleza.
El escenario para la segunda vuelta nos trae a dos candidatxs que apuestan por el extractivismo. Sin embargo, hay una diferencia importante para nada menor entre sus dos propuestas.
Noboa: Intereses familiares, TLC con Canadá y modificación de la Constitución para saltarse la CPLI.
La familia del candidato Noboa tiene inversiones en empresas extractivistas canadienses (Adventus Mining), específicamente, la Corporación Noboa de su tía Isabel Noboa. En el actual periodo de gobierno, estos intereses ya se manifestaron en sus violentas intervenciones en Palo Quemado, donde esta empresa tiene intereses. La negociación a puerta cerrada de un TLC con Canadá tiene como uno de sus objetivos justamente abrir las puertas para que las empresas canadienses ejecuten sin restricciones sus proyectos mineros y amplíen sus fronteras extractivistas. Por otro lado, y a pesar de que la consulta popular del 2024 le dijo no al arbitraje internacional que beneficia a las transnacionales en detrimento del Estado en caso de conflictos, el TLC con Canadá abriría paso a este tipo de mecanismos, beneficiando nuevamente a empresas de las cuales son parte.
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Por otro lado, la propuesta ya sobre la mesa de modificar la Constitución es clave en este proceso de expansión extractivista sin restricciones ni control. Uno de los elementos que se quiere eliminar es el derecho a la Consulta Previa Libre e Informada que demanda la Constitución a favor de las comunidades y territorios indígenas. Ya ha habido intentos anteriores de echar abajo está exigencia, sin embargo, la victoria de Noboa le daría la legitimidad para hacerlo, dando campo libre a la expansión minera en territorios indígenas.
En el sector petrolero encontramos otras joyas. Una de las más graves, es no acatar la voluntad popular expresada en la Consulta Popular en la que el pueblo dijo NO a la explotación petrolera del bloque 43 (ITT) en el Parque Nacional Yasuní, y a la explotación minera en la Mancomunidad del Chocó Andino. El presidente ha decidido no solo avanzar con la explotación del Yasuní, también quiere privatizar algunos pozos petroleros. Uno de los campos a privatizar es el campo Sacha, el campo más productivo y rentable del país, proceso nada transparente y que ‘huele a negociado’ que implicará pérdidas por más de mil millones de dólares al país. Si bien es urgente pasar a una economía post extractivista, no podemos alejarnos de la realidad de un país por lo pronto dependiente de los recursos provenientes del petróleo; en este sentido, volver a una política que promueva la nacionalización de los recursos es indispensable para que la mayor parte de los recursos se queden en el país y no se lleven las transnacionales, como hay sido costumbre desde tiempos remotos.
La trayectoria que ha tenido la RC en el sector minero deja una larga data de malas experiencias, sin duda. Sin embargo, ha habido una expresión por parte de la candidata González de respetar la voluntad popular y, a pesar de discordar con su propuesta, dejar el petróleo bajo tierra en el bloque 43 del Yasuní. Por otro lado, en el espacio de diálogo para la integración de las izquierdas, aunque corto y fallido, permitió la discusión de este tema crítico entre el candidato de Pachakutik y de la RC, llegando a acuerdos mínimos que incluyeron la revisión de los límites de expansión de la frontera minera.
Esto no es un escenario menor en la coyuntura actual. Sin embargo, no es posible limitar el análisis y mucho menos la decisión de a quien dar el voto (o la peligrosa opción del voto nulo ideológico) a este tema. Lo que está en juego con la posibilidad de cuatro años más del candidato presidente Noboa tiene un horizonte mucho más amplio y peligroso, que trasciende las fronteras de nuestro país y entra en diálogo con un modelo fascista global.
Reflexión 3. Lo que está en juego en la coyuntura nacional e internacional.
Si bien el tema ambiental y extractivista es crítico y de agenda indispensable para el movimiento indígena y ecologista, no es menos cierto que lo que está en juego va mucho más allá.
Noboa y Trump
Partiendo por lo internacional, Noboa, nacido, crecido y estudiado en Estados Unidos, hijo del hombre más rico del Ecuador, ha dejado claro su posición de sumisión absoluta a los Estados Unidos, pero más grave aún, al presidente Donald Trump. Si bien este no es un artículo sobre Trump, es preciso declarar qué es lo que el presidente de los Estados Unidos (y Elon Musk) representa, ya que es eso lo que Noboa apoya, y a lo cual nos va a supeditar en política internacional.
Trump es parte de la ultraderecha más recalcitrante de los EEUU, que reivindica una política imperialista bajo la cual su mandato es recuperar la hegemonía global. Sin embargo, al parecer su intención verdadera es establecer una hegemonía global de los ricos, lo que trasciende las fronteras de Estados Unidos, una “CEOcracia global”, Esto implicaría ejercer el poder y todo tipo de estrategias para intentar someter ya no solo a los países del mundo al servicio de su misión “Make America Great Again”, sino al de sus intereses económicos personales. Como ya estamos viendo con su posición en GAZA, esto puede implicar más guerras, genocidios y un mayor derramamiento de sangre y un empobrecimiento aún mayor de la población de su propio país, y del mundo.
Las amenazas de injerencias territoriales, aranceles como estrategias de sometimiento no han cesado desde su inicio. Por otro lado, su política que reivindica la supremacía blanca, el racismo y la xenofobia, implican la criminalización y vulneración de los derechos migrantes ya observados y el atropello que se viene para sus habitantes afrodescendientes, latinos, etc. La normalización de símbolos fascistas, la admiración a Trump y Elon Musk dejar ver un espeluznante triunfo en la guerra cultural, al cual Noboa apoya.
En esta guerra geopolítica por la hegemonía mundial y de las élites económicas globales y la latente amenaza de guerra, Noboa permite la instalación de una base militar de USA en las Islas Galápagos y dotar de inmunidad a los militares gringos en nombre de la lucha contra el narcotráfico y la violencia. No es necesario ser muy brillante para entender que lo que está en juego es la posición estratégica de las Islas y no la seguridad de los y las ecuatorianas.
El ámbito nacional
En el ámbito nacional el escenario no es más alentador. La mezcla entre neoliberalismo, indolencia e ineptitud constituyen un coctel perverso y letal que está llevando al país a una situación de miseria nunca vista. La disminución en la inversión en salud está asesinando a cientos de personas con enfermedades catastróficas, diabéticxs sin acceso a diálisis, y pacientes de urgencias u otras enfermedades sin acceso a material hospitalario básico. El paso de un sistema de salud moderno y ágil con una atención digna para los pacientes pasó a la historia.
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La disminución del gasto también afecta al sector educación. La inversión en investigación, becas, mantenimiento y mejora del sistema escolar solo han ido en descenso.
La pobreza y el desempleo no tiene una tendencia diferente, y la economía del país sigue en recesión. Pero la pregunta del millón frente a todas estas cifras sociales nefastas es: ¿Existe una política orientada a mejorar el sistema de salud y de educación? ¿Hemos escuchado propuestas orientadas a fomentar el deporte, el arte y la cultura en los niños y jóvenes? ¿Dónde están los esfuerzos por atender la desnutrición infantil, el apoyo en general a este sector tan vulnerable de la población?
Frente a estas preguntas las respuestas no existen, no hay. No se han diseñado políticas claras, menos estructurales, para solventar estas problemáticas. Lo que sí es posible decir es que la política económica aplicada es profundamente neoliberal, basada en la austeridad y en la explotación de la clase media y baja del país, atendiendo su ideología y las exigencias del FMI.
Los retrocesos en estos ámbitos nos llevan a observar con frustración, tristeza y rabia lo que se destruyó en términos de economía, salud, educación, investigación, becas, derechos laborales, modernización de las instituciones, etc. Todo esto por un odio ciego, una mirada poco integral de país, el rol de los medios de comunicación y la enorme inversión de la USAID en difundir fake news y crear “verdades convenientes” a la derecha y a las élites de este país. Una de éstas, las más repetida, es el “vamos a ser como Venezuela”, la que se contradice con el reconocimiento internacional que tuvo la economía ecuatoriana durante el gobierno de Correa. Producto de está creación de un sentido común anticorreista pro rico, la clase media aún no tocada por la crisis no intuye que a quien le está dando el voto es quien dentro de poco le quitará sus privilegios.
La reducción del estado como una de las causas reales de la instalación del narco y el crimen organizado en el Ecuador, pasando de ser el segundo país más seguro de la región con cinco muertes violentas al día, al país más inseguro y violento de la región, constituyéndose enero del 2025 como el mes más violento de la historia. Pero no solo eso, sino el fortalecimiento de un Narcoestado en el cual los miembros del gabinete de Noboa tienen confirmados vínculos con el crimen organizado, como es su actual ministro del interior Fausto Buenaño, catalogado como narco general.
“Lo que está en juego no amerita posturas disfrazadas de radicalismo que le hagan el juego a la ultraderecha que representa Daniel Noboa”.
A pesar de que esto ya es bastante, lo que está en juego con Noboa va aún más allá. El autoritarismo permanente y la violación de derechos humanos ha sido una característica de este gobierno y no tiene precedentes. Lo que está en juego es el que sigamos teniendo niños asesinados por el Estado por ser negros y pobres, y normalizar las desapariciones extrajudiciales; lo que está en juego es la posibilidad de recuperar la dignidad para las familias de los sectores populares del Ecuador.
Lo que está en juego es la libertad y la posibilidad de recuperar la institucionalidad del país, de tener instituciones que sirvan a la gente y no a las élites. Está en juego el someternos a un autoritarismo que vulnera derechos, leyes, la Constitución, y que se siga normalizando está forma de hacer y deshacer como ha venido ocurriendo en estos pocos meses. Lo que está en juego es la perpetuación de una corrupción descarada orientada al enriquecimiento de la familia Noboa y sus aliados de clase.
Un respaldo crítico
Frente a esto pareciera obvio que, para la izquierda, Noboa no debería ser la opción; que trayendo al presente la experiencia previa del voto nulo ideológico y su rol en la ganancia de Lasso en el 2023, esta tampoco debería ser la vía. Sin embargo, esto que parece ser tan obvio, no es tan obvio para ciertos sectores de la izquierda, para ciertos sectores del movimiento ecologista e indígena.
Esto sorprende aún más ya que la mirada de Leonidas Iza, a quien estos sectores dieron su voto, y de gran parte del movimiento indígena que lo respalda, han demostrado claramente una postura crítica, integral y amplia. Si bien su lucha es también anti extractivista, su propuesta y su mirada han traído al centro del debate los puntos mencionados anteriormente y mucho otros más, como la lucha feminista, antineoliberal y anticolonial.
Lo que está en juego no amerita posturas disfrazadas de radicalismo que le hagan el juego a la ultraderecha fascista que representa Daniel Noboa. Lo que está en juego amerita apostarle a un respaldo, siempre crítico y alerta, a la opción progresista, a quien se deberá plantear las líneas rojas críticas para la construcción de un país basado en los derechos humanos, la justicia social, la soberanía.
Geovanna Lasso G. tiene doctorado en Ciencia y Tecnología ambiental. Forma parte de la coordinación del Colectivo Agroecológico del Ecuador.