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La sombra de Manuel Sacristán

Fuentes: lo que Somos [Imagen: Manuel Sacristán durante una entrevista concedida a TVE. Créditos: Fotograma de la entrevista de TVE, procedente del Arxiu de TVE Catalunya]

Se cumplen cien años de la muerte de Manuel Sacristán. Un excelente filósofo y un comunista íntegro y culto. Sus amigos, compañeros y movimientos en los que militó están poniendo de relieve la altura del personaje y la importancia de su recuerdo.


Importancia, entre otras cosas, para saber, por ejemplo, que hay vida más allá de la socialdemocracia. La izquierda, si quiere ser real, debería tomar nota de aquellos que continúan siendo modelos en un pensar que se rebela. No conocí personalmente a este filósofo afincado en Barcelona, pero empecé pronto, en mi vuelta de Alemania, a ir conociéndole en su vida y obra. Y a admirarle.

En 1965 escribió su Lógica Simbólica. Un adelantado en esta materia, todavía ayuna en España. Aun así, no le concedieron la cátedra en una oposición en la que venció la reacción. Sus traducciones, sobre todo de filósofos analíticos, ayudaban no poco en nuestros estudios. Y alguna de sus Introducciones valía más que el texto en cuestión. Es el caso de la que hizo al AntiDuring de Engels.

Nos movilizó y espabiló la disputa que tuvo con Gustavo Bueno a propósito del papel de la Filosofía y su lugar en la Universidad. A un breve escrito suyo en donde primaba la austeridad frente a la superficialidad respondió Gustavo Bueno con un libro de más de cuatrocientas páginas y su materialismo filosófico.

En 1967 se opuso a la invasión rusa de Checoslovaquia mientras Fidel Castro la aplaudía. Era un disidente porque era una persona libre. Y desde esa perspectiva me gustaría señalar algunos rasgos que hacen tan actualmente necesaria su personalidad: Buen conocimiento de los clásicos, especialmente del marxismo. Contacto personal con los barrios, con la emigración del momento, donde se condensa la parte oprimida de la sociedad. Defensa de la Autodeterminación de los pueblos contra los divinizados Estados. Pacifismo racional, con el rechazo a la entrada en la OTAN. Produce vergüenza, por cierto, que continuemos perteneciendo a esa organización militarista. Ecologismo real y sin cuento; un adelantado en esta esencial disciplina, poniendo de relieve cómo el capitalismo destruye la naturaleza. Visión de la Universidad no como un coto privilegiado, sino como apertura a los carentes de recursos. Al mismo tiempo, repito, mantenía su independencia respecto a la rigidez burocrática partidista.

Acabó aproximándose, muestra de su coherencia, al movimiento anarquista. Más se podría decir de Manuel Sacristán, y algunos ya lo están haciendo en su Cataluña de adopción. Una vida no muy larga, puesto que murió relativamente joven, pero buena, que diría Séneca. Y de estas vidas se aprende.

Fuente: https://loquesomos.es/la-sombra-de-manuel-sacristan/