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Entrevista a Carlos Parra, del Proyecto Canaima GNU/Linux

«La tecnología no puede entenderse aislada de la política»

Fuentes: Rebelión

Carlos Eduardo Parra Falcón es Jefe de Operaciones del Proyecto Canaima en el Centro Nacional de Tecnologías de Información, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación en la República Bolivariana de Venezuela. Pero, por encima de este cargo público coyuntural, Carlos Parra es activista de la Comunidad de Software […]

Carlos Eduardo Parra Falcón es Jefe de Operaciones del Proyecto Canaima en el Centro Nacional de Tecnologías de Información, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación en la República Bolivariana de Venezuela.

Pero, por encima de este cargo público coyuntural, Carlos Parra es activista de la Comunidad de Software Libre. Para Carlos, en cualquier actividad profesional, hay una orientación política que le da sentido a todo lo que hace. Es de los que piensa que la tecnología tiene una poderosa carga política que muchos se empeñan en «neutralizar».

Actualmente, tiene la responsabilidad de liderar el Proyecto Canaima, el sistema operativo GNU/Linux del Estado venezolano, y trata de aportar su orientación política en este proyecto técnico. Es consciente que a muchos políticos les cuesta ver la importancia del Software Libre, en una sociedad donde cada vez más todos los procesos son controlados por software. Pero, al menos en su ámbito de acción, trata que su modelo de gestión logre crear conciencia en los técnicos sobre las implicaciones políticas de la tecnología en la llamada Sociedad del Conocimiento.

No es nada fácil romper con el control de los monopolios tecnológicos pero el contexto revolucionario que vive Venezuela, una comunidad de Software Libre muy activa y crítica y unos dirigentes que escuchan a estas comunidades, ha permitido alcanzar logros como el mismo Proyecto Canaima o el alto porcentaje de penetración del Software Libre en toda la administración pública venezolana.

A Carlos, con su mirada Caribe, alma rebelde y pensamiento comunista, le encanta cantar Oh Bella Chao, hablar de tecnología y, sobretodo, de política. En esta entrevista nos explica cómo el Proyecto Canaima va mucho más allá que un proyecto tecnológico. Reflexiona sobre el Conocimiento Libre, Software Libre y Socialismo y cómo se relaciona la creación de software con la propiedad de los medios de producción.

Para situarnos, ¿qué es Canaima y cuál es su objetivo?

Canaima nació como un producto tecnológico, una distribución Software Libre desarrollada en estándares abiertos, en cumplimiento con el Decreto Presidencial N° 3.390 firmado por el Presidente Hugo Chávez el 23 de diciembre de 2004 y su objetivo inicial era facilitar la migración a Software Libre en las estaciones de trabajo de las instituciones, órganos y entes de la Administración Pública (AP) venezolana.

El tiempo y su dinámica han convertido a Canaima en mucho más que un producto tecnológico, actualmente lo concebimos como un Proyecto Socio-Tecnológico que pretende generar instrumentos, mecanismos, herramientas, procesos, tanto tecnológicos como sociales y políticos que logren colocar a la tecnología al servicio de la sociedad; de ahí su definición socio-tecnológica.  Esta concepción ha dado nacimiento a proyectos tan importantes como Canaima Educativo, desarrollado también desde el Gobierno Bolivariano, y otros no menos importantes como Canaima Comunal, Canaima Universitario, Canaima Colibrí y Canaima Forense, desarrollados éstos por comunidades organizadas.

Uno de los conceptos más difundidos del Proyecto Canaima esboza entre sus objetivos la generación de capacidades nacionales, desarrollo endógeno, apropiación y promoción del libre conocimiento, para la construcción de una nación venezolana tecnológicamente preparada.

El Proyecto Canaima es actualmente, de hecho, una política pública del Gobierno Bolivariano.

Actualmente, existen infinidad de distribuciones de sistemas operativos en Software Libre, ¿por qué desarrollar y mantener Canaima? ¿por qué no usar distribuciones libres que ya existen?

¿Por qué Canaima? Por muchas razones, una de ellas: por la oportunidad que representa para nuestros talentos nacionales apoderarse de un proyecto nacional y darle un sentido social y político adaptado a nuestras realidades; porque adaptar un Software Libre pasa necesariamente por investigar, estudiar, adquirir conocimiento, multiplicarlo, socializarlo, y ese proceso deja en el camino mucho más que un sistema de operación libre, deja muchos proyectos, deja muchas ideas, deja mucha curiosidad por saciar, deja mucho emprendimiento propio que surge casi automáticamente cuando varias personas se unen para completar un objetivo y esa unión es solidaria, se basa en compartir y complementar, en apoyar y ayudar.

Hay muchos proyectos que pueden considerarse de máxima prioridad para una sociedad con grandes desigualdades,
¿consideras que un sistema operativo libre es un proyecto de relevancia para el Estado?

Sin duda es relevante, por todo lo que hemos conversado aquí y mucho más; eso no quiere decir que sea lo único relevante para el Estado. Hay necesidades sensibles de la población que son más concretas, palpables y que la gente está más sensibilizada hacia ellas porque dejan huella todos los días al salir de casa. Por ejemplo, un vecino que sale de su casa y nota que el camión del aseo tiene tres días que no pasa a recoger los desperdicios, tiene una necesidad muy sensible y un sistema operativo libre no le va a resolver eso el cuarto día para que el sistema de saneamiento urbano recoja los desperdicios en su barrio; hay problemas cotidianos, pero muchos de los problemas cotidianos no son problemas coyunturales, sino estructurales, sistémicos, y los problemas estructurales no se resuelven con medidas coyunturales, las medidas coyunturales pueden paliar la situación, pueden servir para aminorar los efectos del problema, pero la solución real pasa por buscar las causas al problema y solucionarlas desde el punto en que nacen.

Ahí es donde se ve el carácter relevante que tiene un sistema operativo libre, un proyecto del Estado que impulse el uso y apropiación de la tecnología para ponerla al servicio de la sociedad conlleva, tal vez no en un corto plazo, pero sí en un mediano plazo, a una nación con un nivel de desarrollo científico-técnico autosustentable capaz de dar soluciones mediadas por la tecnología a los problemas cotidianos de la gente.

En Venezuela hay mucha actividad y participación política de las Comunidades de Software Libre, ¿por qué consideran que tiene tanta importancia el Software Libre en la sociedad actual?

El Software Libre le abre las puertas al desarrollo, a la sociedad, a los pueblos, a las naciones y esto lo hace gracias a que respeta el principio de la libertad del conocimiento. Una sociedad sin conocimiento es una sociedad a oscuras, un pueblo sin futuro, una nación dependiente sin capacidad para caminar con sus propios pasos y trazarse su propio destino. Socializar el conocimiento se traduce en regar muchas semillas plantadas a lo largo y ancho del territorio nacional, esas semillas que son hombres y mujeres, estudiantes, niñas y niños, el futuro de la sociedad.

Una sociedad que pretenda desarrollarse de manera autónoma, sostenible y sustentable debe generar sus propias herramientas tecnológicas y apropiarse de ellas, al contrario, una sociedad que viva de importar tecnología para ser usada por sus ciudadanos será simplemente consumidora de productos tecnológicos, objetos del mercado global de la tecnología.

Dices que que el Proyecto Canaima es un proyecto Socio-Tecnológico, ¿consideras entonces que la tecnología tiene un carácter político?

Desde un sentido amplio, todo lo que hacemos en sociedad tiene un carácter político, la tecnología tiene un carácter político, sin duda. Mirando más a lo concreto, en el día a día de la nación venezolana que está empeñada en ser libre, independiente, soberana y socialista, la tecnología no puede entenderse aislada de la política, más allá del quehacer en sociedad, el accionar de la política va de la mano con el accionar de la tecnología y la forma como nos apropiemos de ella, o la forma como la usemos.

La tecnología nace para cumplir un objetivo, desde que se piensa en hacerla hasta que se materializa, por lo tanto, la tecnología que usamos está fabricada para un fin y nosotros se lo damos al usarla. Pero más allá, cuando tenemos el poder de hacer nosotros mismos la tecnología podemos hacerla para cumplir los objetivos que nos tracemos, objetivos sociales, políticos, humanistas, por ejemplo, hacer tecnologías libres cumple un fin, primario o subyacente, que es liberar conocimiento, socializarlo, colocarlo en manos de todas y todos. Eso es un fin humanista, social, político, filosófico.

Fíjate qué tan ligada es la tecnología a la política que, por ejemplo, cuando usas software privativo estás cumpliendo, sin quererlo o no, con el objetivo de generar acumulación de capital en unos pocos, eso responde a una concepción política de la vida en sociedad y, cuando usas Software Libre, estás, queriéndolo o no, difundiendo conocimiento, socializando la tecnología, estás practicando el socialismo.

Entrando en conceptos como soberanía e independencia tecnológica, ¿puede un país obtener desarrollo científico-técnico usando tecnologías importadas?

Depende, si la importación de esa tecnología viene acompañada de transferencia tecnológica pues claro que puede, porque gracias a esa transferencia logrará desarrollo endógeno, apropiación de la tecnología y de los procesos que intervienen en su producción. La clave para lograr desarrollo científico-técnico propio y sostenible con tecnologías importadas es que no generen dependencia. Hay que tener mucha precaución con eso, yo puedo importar tecnología con un convenio de transferencia tecnológica, pero si esa transferencia es para dar soporte únicamente, seguiré atado porque la tecnología se volverá obsoleta y la transferencia no me habrá incluido la actualización o generación de nuevas tecnologías. Otro error puede ser que, aunque haya transferencia completa, el país no se dedique a desarrollar talentos y masificar los procesos de producción y socialización, que no haga re-transferencia, que no forme o capacite, ahí se perderá el esfuerzo y la inversión.

Finalmente, el desarrollo científico-técnico nacional sostenible puede iniciarse con importación de tecnologías, pero pasa necesariamente por procesos de transferencia tecnológica, de formación aguas abajo, de investigación y prospectiva, de articulación, de inversión en infraestructura, de inclusión de las instituciones de educación pública en el proceso y otro tanto más que seguramente se me escapa en este momento.

¿Y el Software Libre basta para lograr la independencia tecnológica?

No basta, es sumamente importante pero no basta. El software libre que produzcamos tenemos que instalarlo en equipos y si esos equipos son cerrados, no son libres ni documentados tendremos la otra mitad del camino empedrado. Necesitamos mayores esfuerzos para estimular la producción e investigación en torno al hardware libre, debemos documentar el hardware que produzcamos nacionalmente. Si estamos sólo ensamblando, pues es necesario documentar el ensamblaje de los equipos para ir apropiándonos de esos procesos; cuando fabriquemos tarjetas, circuitos integrados, chips, memorias, discos … entonces documentaremos todo, el conocimiento es libre.

Para entender Venezuela, siempre es bueno recordar que por tener la mayor reserva petrolera del mundo es codiciada por las grandes multinacionales y los países dominantes. Como consecuencia de esto, la industria petrolera venezolana ha sufrido múltiples sabotajes tecnológicos, por parte de la derecha nacional e internacional, y los políticos venezolanos saben de la importancia de la soberanía tecnológica, ¿y los desarrolladores?

Los conceptos de soberanía e independencia tecnológica son conceptos políticos, por eso los políticos lo captan más fácilmente. En líneas generales un desarrollador conoce muy bien las ventajas técnicas de los lenguajes de programación libres, de los entornos de desarrollo, de la estabilidad, de las librerías y hasta del modelo de producción colectivo del Software Libre, donde todos los desarrolladores se unen en determinados escenarios para ayudarse.

No todo desarrollador o desarrolladora de SL tiene claros los conceptos de independencia y soberanía, pero todo político debería tenerlo claro. Es ideal que los desarrolladores también tengan esa claridad; un cercano ejemplo es la Oficina de Operaciones del Proyecto Canaima en el CNTI, que cuenta con un equipo de desarrolladores y desarrolladoras y los temas políticos están presentes en casi todas nuestras discusiones, porque el Proyecto Canaima es un proyecto político, nacido en revolución, bajo la pluma y el ideario del Presidente Hugo Chávez, con una clara concepción socialista; no entendernos así en nuestra esencia sería perdernos, nuestros objetivos no son tecnológicos, son políticos, nuestro accionar está enmarcado en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, mejor conocido como Plan de la Patria o II Plan Socialista de la Nación. El Proyecto Canaima es una de las tantas siembras que hizo el Comandante Hugo Chávez en esta Patria de Bolívar; esa semilla ha crecido, ha generado millones de frutos y actualmente sigue madurando.

En su modelo de gestión trata de incorporar la política aunque se trate de un proyecto tecnológico, ¿cómo se trabaja con desarrolladores internamente un proyecto tecnológico con visión política?

Los desarrolladores no somos autómatas, somos entes sociales, somos entes políticos como todos, nos montamos en un transporte público o en nuestro carro en las mañanas y en el camino vemos las desigualdades sociales, vemos a algunos en su Audi, vemos a otros en la ventana de un edificio de la Gran Misión Vivienda Venezuela, vemos las inequidades y vemos los cambios políticos que se dan actualmente en nuestro País.

El Proyecto Canaima es más que un proyecto tecnológico, la tecnología es una herramienta, no es el fin, el fin es la soberanía nacional, la libertad, la independencia, el fin más preciado, como lo indica el primer gran objetivo histórico del Plan de la Patria.  Esa es la visión y estamos conscientes de ella, así que más allá de nuestro rol en el proyecto, todos y todas entendemos nuestro papel para lograr fines políticos y día a día asumimos eso en nuestras actividades y nuestras discusiones en el permanente proceso de revisión, rectificación y reimpulso del proyecto.

Se habla de la neutralidad tecnológica, ¿Lo comparte?

Primero quiero aclarar que lo que algunos especialistas denominan neutralidad tecnológica refiriéndose a la garantía de acceso e intercambio de datos entre sistemas y ciudadanos, no es a lo que yo me refiero cuando utilizo ese término. En ese sentido prefiero usar el término «interoperable» en lugar de «neutro».

No creo que la tecnología sea neutra, la tecnología siempre responde a los intereses de quien la hace, la tecnología no nace de la nada, la hacemos hombres y mujeres, que vivimos en sociedad y que tenemos intereses colectivos o individuales, pero intereses al fin.

Si la tecnología no es neutra políticamente, ¿puede hablarse entonces de una tecnología capitalista y una tecnología socialista?

Como comentaba anteriormente, la tecnología siempre responderá a intereses, los intereses de quien la hace, de quien la construye, fabrica o desarrolla; ahora bien, cuando los intereses colectivos prevalecen sobre los intereses individuales entonces estamos en presencia de fines que propician el bien colectivo, políticamente hablando dejamos el individualismo para abrazar la solidaridad, dejamos la acumulación para hablar de socialización. Hay ahí al menos dos modelos políticos claramente identificables; lo tomo de la formulación de tu pregunta, hablamos de capitalismo y hablamos de socialismo.

Pero, ¿estos dos modelos políticos de la tecnología son desde el punto de vista de los usuarios o en el fin para la cual la usan?

Ni en los usuarios ni en el fin para el cual la usan, más bien en el fin para el cual se hace. Esto lo podemos ver más claramente si nos vamos a la esencia del modelo, me refiero al modelo productivo, el modelo que se usa para hacer Software Libre no es el mismo modelo que se usa para hacer software privativo.

Analiza lo siguiente, si haces un sistema administrativo de forma cerrada, bajo el modelo privativo y haces un sistema administrativo en Software Libre, una visión superficial puede afirmar que los dos sistemas aunque hechos con modelos de producción distintos están hechos para el mismo fin: automatizar la administración de una organización; pues no, quien ha hecho el sistema administrativo privativo lo ha hecho para acumular capital, no para administrar bienes y recursos de una organización, ¿lo ves? Y en el modelo de construcción que se utilizó para el sistema privativo se contrató trabajadores y trabajadoras, a quienes se les pagó un sueldo, a quienes se les impidió apropiarse del sistema administrativo en ninguna de sus partes, con los cuales se generó plusvalía de la cual se apropió el dueño de una empresa y el producto que se generó no es más que una mercancía objeto del trabajo de una clase que no es dueña del medio de producción, ni ha incidido directamente en la determinación del modo de producción.

El sistema administrativo hecho en Software Libre utilizó otro modelo, uno en el cual la construcción es colectiva, la plusvalía, al menos en la fase de producción, es conocimiento y ese conocimiento es socializado, es decir, nadie se apropia la plusvalía, ésta es socializada y beneficia al colectivo, quien a su vez la retorna al producto y los multiplica bajo el mismo modelo de producción ¿ves la diferencia?

Finalmente, ambos sistemas, el libre y el privativo, pueden usarse como sistemas administrativos en una organización, pero el modelo de producción usado en cada uno es completamente distinto y genera efectos distintos en la sociedad y en los seres humanos que intervienen.

Entonces, lo que determina lo socialista o capitalista de una tecnología es su modelo de producción y éste es reconocible enseguida, es único.

Según esto, ¿podríamos afirmar que el Software Libre es socialista?

Sin duda, el Software Libre es socialista, ¿por qué? Pues por su modelo de producción, principalmente; es probable que otras variables incidan pero diferenciarlo por el modelo de producción es inequívoco.

El modelo de producción en el socialismo se caracteriza entre otros por:

– el medio de producción es propiedad social

– la planificación y organización son colectivas

Quienes hacemos Software Libre para un Estado o no, para un Gobierno o no, lo hacemos así, el medio de producción es de todos los que intervienen en la producción y tanto la planificación como la organización y toma de decisiones son colectivas.

Pero puede haber explotación en una empresa desarrollando Software Libre.

Puede haberla, depende del modelo de producción que adopte la empresa. El modelo de producción determinará si la empresa explota o no.

El tema, insisto, radica en el modelo, si una empresa se dedica a hacer Software Libre socializando los medios de producción, generando propiedad colectiva, redistribuyendo la plusvalía, la explotación capitalista no existirá.

Pero una empresa puede hacer software contratando o subcontratando trabajadores, pagándoles un sueldo, apropiándose de la plusvalía y luego liberando el producto final, un software licenciado libre. Es un modelo capitalista de producción de software libre, pero el producto es liberado luego y el modelo de producción que se usó inicialmente no es un modelo socialista.

La licencia  CopyFarLeft obliga a que el software, además de que cumpla las 4 libertades del Software Libre, se desarrolle en organizaciones con medios de producción colectivos. Han aparecido iniciativas interesantes como el Manifiesto TeleComunista que reflexiona sobre la propiedad de los medios de producción en el desarrollo del software, ¿qué opinas de estas propuestas?

Esas propuestas vienen a llenar los vacíos que existen en cuanto al modelo de producción utilizado para crear software libre. Me parecen propuestas muy revolucionarias.

Crear una licencia que garantice que los trabajadores (desarrolladores y desarrolladoras) sean dueños de los medios de producción mediante los cuales producen las obras (sistemas, en este caso) es un blindaje contra la explotación. Gracias a estas propuestas será posible que los trabajadores compartan libremente conservando el valor del producto de su trabajo (la plusvalía). Creo que hacia allá debe apuntar el futuro.
 

@rafaelricorios

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.