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La Unidad cívico-militar

Fuentes: Rebelión

En los documentos originales del colectivo español Anemoi -de militares republicanos, antifascistas y antiimperialistas- se expresa con enorme claridad, en el propio nombre del manifiesto y en el documento fundacional: «Las Fuerzas Armadas con el pueblo«, la necesidad de una «Unidad cívico-militar» que responda a las tensiones intervencionistas de las fuerzas armadas españolas, en una […]

En los documentos originales del colectivo español Anemoi -de militares republicanos, antifascistas y antiimperialistas- se expresa con enorme claridad, en el propio nombre del manifiesto y en el documento fundacional: «Las Fuerzas Armadas con el pueblo«, la necesidad de una «Unidad cívico-militar» que responda a las tensiones intervencionistas de las fuerzas armadas españolas, en una situación marcada por una crisis económica catastrófica, la enorme corrupción del sistema político bipartidista, la expansión del imperialismo estadounidense a costa de la soberanía de los pueblos.

La intención es, obviamente, la de dominar y controlar todos los recursos del planeta. Para ello se establece una relación de dependencia neocolonial absoluta con los Estados Unidos a través de la OTAN, y de alianzas militares ad hoc, como las que tuvieron lugar en las guerras de Yugoslavia, Irak, Ucrania, Libano, Libia, Siria, el Yemen, Corea, y, en los últimos meses, Venezuela. 

En todas ellas y algunas más de larga enumeración, como Honduras, Brasil, Argentina, Ecuador, se han producido intervenciones de todo tipo que han comenzado por guerras económicas, psicológicas, políticas, mediáticas, diplomáticas (como el intento de utilización de la OEA para promover una intervención militar) y procesos combinados de desestabilización, incluida la puesta en marcha de una cadena de bases militares, fundamentalmente en Colombia, que conforman un anillo de amenaza que se cierra con la «rehabilitación» y reforzamiento de la IV Flota que, a su vez conecta al gigantesco y creciente aparato militar de los Estados Unidos con la intención de provocar la caída del presidente Maduro. 

El proceso viene de atrás, desde el proceso electoral que instituyó al presidente Hugo Chávez, y su revolución bolivariana, en el poder, por vía absolutamente democrática y garantizó el respeto absoluto de los procesos democráticos en Venezuela. Venezuela optó por una democracia representativa y participativa que ha alcanzado cotas de democracia popular mucho más altas que todas las democracias representativas «homologadas» en el mundo.  

Por primera vez, la oligarquía criminal venezolana, que había provocado con sus medidas neoliberales el «el caracazo«, con centenares o miles de muertos y desaparecidos, fue cuestionado por un grupo de militares que abrieron la guerra de los pobres contra los ricos. Chávez fue derrotado y enviado a la cárcel pero su «por el momento» le abrió las puertas de la confianza popular.  

Chávez tomó inmediatamente medidas de carácter popular como las Misiones -para garantizar la Salud, la Educación, la alfabetización, la protección de las minorías, la reducción de la pobreza extrema y de la pobreza con el desarrollo de todos los derechos humanos para todos los ciudadanos y ciudadanos de Venezuela.  

La reducción de la desigualdad que caracterizaba al «bipartidismo de la III República, fue uno de los logros indiscutibles e indiscutidos de Chávez. 

Al mismo tiempo promovió un proceso constitucional que garantizaba estas conquistas y ponía en marcha la «revolución bolivariana. Al mismo tiempo el nuevo presidente de Venezuela -que sometió su cargo a nuevas elecciones- desarrolló una estrategia nacional capaz de devolver a su país la renta petrolera y de desarrollar las alianzas del país. Los logros de Chávez fueron inmensos, hasta tal punto de desestabilizar el «patio trasero» y poner en marcha un nuevo camino de soberanía e independencia para toda América Latina. 

El Presidente Maduro y las nuevas amenazas 

A la muerte de Chávez, los EEUU reiniciaron con más fuerza los intentos de destruir para siempre la revolución bolivariana, «mal ejemplo» para el continente y para el mundo. Washington, aprovechando la crisis económica y la bajada de los precios del petróleo, consiguió romper o debilitar alguna de las alianzas estratégicas realizadas por Chávez y reinició, con más fuerza, la guerra económica contra la República Bolivariana de Venezuela. Es la primera fase de una guerra integral que engloba los sectores político, de revuelta armada, psicológico, mediático, diplomático y, finalmente militar, con la intervención de sus aliados y vasallos y, finalmente de los propios Estados Unidos. 

Es la guerra de cuarta generación, en condiciones de asimetría total que ha llevado a Venezuela a la preparación intensa de una guerra de todo el pueblo en cuya preparación están empeñados después de la consulta popular -en condiciones de emergencia- para la elección de una nueva Asamblea Nacional Constituyente. 

Nosotros, como miembros de Anemoi, compañeros de los militares venezolanos y en cumplimiento de nuestros ideales muy similares a los de las FFAA venezolanas, y de la revolución bolivariana, desde nuestra enorme modestia, nos solidarizamos con los que han expresado en el teatro Teresa Carreño, según reproduce Carlos Aznárez, corresponsal de Resumen Latinoamericano, desde Caracas en crónica del 18 de septiembre del 2017: 

Por Carlos Aznárez (desde Caracas, Venezuela), Resumen Latinoamericano, 18 de septiembre 2017

 

 

El ministro Ernesto Villegas (sentado), el ministro de Defensa Padrino López y el almirante Remigio Ceballos, este último dando su discurso.

«Una verdadera sorpresa para cualquier latinoamericano que no sea venezolano se produjo este lunes al ingresar al Teatro Teresa Carreño, de Caracas y toparse con cientos de militares de las tres armas con sus respectivos uniformes. El motivo de tanto despliegue de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana era la realización del II Foro Antiimperialista en Defensa de la Patria, en el que varios oradores de lujo expusieron conceptos valiosísimos sobre guerra asimétrica y guerra convencional, pero también sobre qué rol juegan los medios de comunicación (tanto los del enemigo como los propios) a la hora de enfrentar campañas desestabilizadoras, o la necesidad de unir el concepto de la defensa de los derechos humanos a un tiempo en que, a diferencia de muchos países, no es el Estado el que practica el terror sino que son las fuerzas opositoras serviles a la estrategia imperial. 

Si a todos estos componentes para tan particular auditorio se le suman una bandeja del teatro (uno de los más grandes de la Capital venezolana) repleta de integrantes de las milicias populares con su indumentaria característica, y en las primeras filas, los más de 200 invitados solidarios con la Revolución, arribados desde los cinco continentes, el panorama es más que alentador a la hora de hablar de la unión cívico-militar. 

Hubo un momento de la historia militar venezolana en que la FANB se leía en plural ya que la idea era dividir a las tres armas en pequeños territorios diferenciados para que cada cual no colectivice su trayectoria con la otra parte. El concepto pertenece al ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, quien fue el primer orador del evento, paradójicamente un civil entre tantos militares.»Era claro, necesitaban dividir a los militares para dividir la Nación», agregó. Fue siempre así, hasta que llegó el Comandante Hugo Chávez «y mandó a parar». A partir de ese momento esta fragmentación terminó y las tres siglas, sin desaparecer, pasaron a formar parte de un solo cuerpo, la FANB, en singular. 

Villegas señaló que ahora que el presidente Trump intenta avanzar en un bloqueo financiero contra el país, «tenemos una oposición malinche que viaja una y otra vez a Estados Unidos, se pone de rodillas y suplica para que se ponga en marcha una intervención militar contra su propio país, algo que supera todos los límites de la indignidad». 

Luego, el ministro apuntó, en el aspecto específico de su cargo, que «la guerra y la política son comunicacionales. Más aún: todos somos comunicadores». Y acotó que «para ganar esta guerra que nos han declarado nuestros enemigos, contamos con los militares, nuestro pueblo y la solidaridad internacional. Pero si no logramos la victoria en el campo comunicacional, no hay victoria política». 

Luego le tocó el turno al Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, uno de los referentes militares con más apoyo de la población chavista. Lúcido en sus conceptos sobre qué tipo de guerra de agresión se está desarrollando actualmente, recordó, a manera de hándicap, que «Chávez fue quien diseñó nuestra filosofía y por eso somos antiimperialistas pero a la vez humanistas». 

En un rápido pantallazo por la historia nefasta de los militares latinoamericanos y sus relaciones carnales con Estados Unidos, Padrino habló de las dictaduras sufridas en el continente, el Plan Cóndor y otras variantes similares para aniquilar a los movimientos de características revolucionarias y progresistas. 

Apuntó que actualmente se está aplicando a nivel global la «doctrina del poder inteligente» o smart power, que en el marco de las relaciones internacionales, hace referencia a las combinaciones de estrategias de «poder duro» y de «poder blando». Planteando enseguida que la defensa no es sólo un tema que involucra a los militares sino a muchos actores del campo político y social. Enfatizó además (y se ganó una ovación de los asistentes al Foro) que en la FANB no hay elites, como ocurría durante la IV República neoliberal. Convocó también a «fortalecer el aparato militar, reafirmar la unidad cívico-militar y la participación del pueblo en la defensa de la Patria». 

Un momento especial se vivió en el Foro cuando Padrino López homenajeó, en la presencia de su jefe máximo, a los hombres y mujeres de la Guardia Nacional Bolivariana, que fueron quienes pusieron el cuerpo defendiendo a la población en los momentos más duros de la última algarada violenta de la oposición. «La FANB y la GNB son cuerpos que todos estos meses activaron la paciencia, el civismo y la inteligencia en su lucha contra el terrorismo. Y terminó reafirmando que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, «es una institución antiimperialista y anti-oligárquica». 

Por último, el Jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB, almirante Remigio Ceballos, aseguró que este Foro Antiimperialista permitirá despertar la conciencia del pueblo. 

«El Foro nos permitirá entrar en el contexto internacional para preparar al pueblo para la defensa de la patria», sentenció. 

Insistió en que al fortalecer la conciencia patria se tendrá el arma más poderosa para responder a los embates que recibe Venezuela del Imperio. 

Como era lógico, cada uno de los militares que hicieron uso de la palabra destacaron que «sin el pueblo heroico de Venezuela la batalla que estamos librando no sería victoriosa», y a la vez agradecieron enfáticamente la solidaridad internacional, que demuestra al mundo entero que no estamos solos porque «todos y todas somos Venezuela». O como arengó Padrino López: «Independencia y Patria Socialista», para que los militares, aviadores y marinos gritaron al unísono: «Viviremos y venceremos». 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.