El presidente Chávez, comandante del sueño de Bolívar, ha lanzado desde Caracas una proclama a toda la izquierda y a todos los pueblos del mundo: «Hace falta una V Internacional». Es un llamamiento audaz. La audacia es la máxima de la revolución.¿Se trata de simple voluntarismo? ¿De poner las carretas delante de los bueyes? ¿O […]
El presidente Chávez, comandante del sueño de Bolívar, ha lanzado desde Caracas una proclama a toda la izquierda y a todos los pueblos del mundo: «Hace falta una V Internacional».
Es un llamamiento audaz. La audacia es la máxima de la revolución.¿Se trata de simple voluntarismo? ¿De poner las carretas delante de los bueyes? ¿O se está dando un paso necesario que hasta ahora nadie, ninguna organización, en ninguna parte del mundo, a pesar de sentir la necesidad objetiva, había ni siquiera proclamado seriamente? Sin duda, el debate está abierto. Bienvenido sea. Por si solo esto es enormemente positivo para la formación de cuadros en todas las organizaciones revolucionarias en el mundo. Chávez está sembrando a la espera de recoger leones y no pulgas. Es un mensaje lanzado en una botella.
Algunas voces honestas de la izquierda revolucionaria se han apresurado a alzar sus opiniones previniendo contra apresuramientos y el mal del voluntarismo. Otras no se han pronunciado todavía ni a favor ni en contra ¿Será una internacional antiimperialista? Sí. La razón no puede ser más evidente. ¿No ha sido antiimperialista hasta ahora la Revolución Bolivariana? Los hechos, los avances bolivarianos, en especial desde 2004-05 y desde el momento en que la revolución se pronuncia como abiertamente socialista, no dejan lugar a dudas. El imperialismo parece no tenerlas de ahí su redoblado, furioso, ataque y maniobras. ¿No seria éste suficiente motivo para su existencia? Por supuesto. Pero el llamamiento de Chávez plantea la Quinta internacional como «socialista», marxista. Esta es una meta a conquistar. Ahora solo es un objetivo claro, que de forma democrática debe ser debatido y aprobado por todas las fuerzas que expresen su voluntad de construir la nueva Internacional propuesta.
El socialismo no se decreta. Una Internacional no existe por decreto. Son ideas correctas, métodos sanos, un programa de clase, claro y concreto para la acción, y podemos añadir una más: un auténtico apoyo de masas desde sus inicios. Al Primer Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han asistido 772 delegados elegidos por 2,5 millones de afiliados. El PSUV tiene enlistados como miembros de su organización a 7 millones. El viejo Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), en los tiempos de la II Internacional, antes de la subida al poder de Hitler, llegó a contar en sus filas con 5 millones de afiliados. Han participado en las sesiones del Congreso 150 delegados de 45 países. El Compromiso de Caracas, en el marco del Encuentro Internacional de Partidos de Izquierda, ya ha sido signado por 55 partidos de izquierda de 30 países. Han tomado el acuerdo de reunirse nuevamente en Caracas en abril de 2010.
Huyamos de la rutina como de la peste. Pasemos página, abramos las ventanas, que entre el aire fresco de la lucha de clases creciente. Se trata de ser consecuentes más que originales. La base, el armazón del programa de la V Internacional ya ha sido elaborado por la historia, al recuperar lo que de vigente y vivo hay en las demandas pendientes de los programas de las cuatro internacionales que la precedieron más todos los puntos que el debate a dar aporten. Por supuesto, no todos estarán en la disposición de acompañar este proceso. No es ninguna tragedia. Cuando una idea correcta, necesaria, se apodera de la mente de las masas se convierte en una fuerza material. No hay ninguna exageración en afirmar que la V Internacional, a muy pocos dias de ser lanzada al mundo como un paso en la práctica, ya ha cautivado la mente y el corazón revolucionario de legiones de trabajadores y jóvenes de todo el mundo. Con seguridad, muchos están exclamando:»!Por fin!»
Si desde ahora se pretendiera sin debatir que la Internacional que está naciendo fuera socialista sí nos enfrentaríamos a una decisión por arriba, o algunos podrían aducir, a un Estado intentando imponer su criterio sobre el movimiento. ¿Debemos esperar a que todos nos pongamos a priori de acuerdo en el carácter y programa, en ser marxistas revolucionarios? Se dará al interior de esa nueva Internacional un sano debate y una batalla de ideas. Si hay una convergencia ideológica en lo fundamental será una Internacional, sino quedará como un Frente Antiimperialista. Incluso en ambos casos, sería un avance. Siempre debemos tener en cuenta de dónde partimos. Esta época se parece más a los tiempos de la I Internacional, donde en su seno convivían tendencias tan disímbolas como los tradeunionistas británicos, los radicales franceses y los marxistas, entre otros. Por supuesto, la apuesta de Chávez es la construcción de una Internacional bajo las ideas del socialismo, una Quinta Internacional marxista. Esa es nuestra lucha. Esa la batalla de ideas a dar, por venir.
En estos momentos es necesario algo mas que una coordinación, una Internacional es un nivel organizativo superior a un Frente Antiimperialista, que serian una suma de Frentes antiimperialistas nacionales u organizaciones en unidad de acción, pues la situación ha forzado a una creciente unidad en la acción en todas partes. El todo es más que la suma de las partes. La Internacional representaría más que una suma de Frentes. Y un Frente no deja de tener una limitación esencial: es la suma de organizaciones, no una sola organización, estructurada solo nacionalmente por necesidad de su ámbito principal de actuación. Un Frente tiende a priorizar lo nacional, una Internacional digna de tal nombre en su enunciado lleva su directriz.
¿Puede fracasar esta V Internacional incluso no ver la luz? Indudablemente es una posibilidad pero en la medida en que la correlación de fuerzas, el péndulo, se encuentra ahora a la izquierda y que la necesidad siempre necesita una herramienta a través de la cual expresarse se reduce el margen de esa posibilidad. La tarea por delante es responsabilidad de todos. ¡Todos somos la Internacional!
¿Acaso hay una revolución pura? No. Una Internacional digna de su tarea histórica sólo puede ser de masas y por tanto reflejará diferentes capas de la clase, e incluso presiones externas a la clase. Sucedió al interior del Partido Bolchevique. ¿Por qué no iba a suceder en esta nueva Internacional si ve la luz del día en forma organizativa? Ahora se trata de convertir en organización lo consciente. No olvidemos que un paso adelante del movimiento vale más que mil gramos de teorías y que decenas de programas y proclamas, como planteó Marx.
La idea de la V internacional no es una idea original. Ya antes había sido mencionada por pequeños grupos aislados del movimiento vivo de las masas. Pero como dice un viejo adagio no se trata de querer sino de poder, no es tanto decirlo como poder hacerlo.
Han tenido que pasar poco más de 70 años desde que en 1938, León Trotsky, recogiendo el legado revolucionario de Lenin, Rosa Luxemburgo, Marx y Engels, proclamara en París el nacimiento de la IV Internacional. Ahora, de concretarse este llamamiento revolucionario, la llama de la revolución mundial ardería más alta, volviendo los tiempos en que bajo la bandera de la Internacional marchaban millones de trabajadores y jóvenes de la causa revolucionaria por todo el mundo. Todo ataque de la clase dominante en cualquier país del mundo será respondido como una sola mujer, como un solo hombre por las fuerzas de la Internacional. Es la senda de las huelgas generales nacionales a las huelgas generales internacionales.
Es una convocatoria histórica. No hay duda que es mas necesaria que nunca, es el punto culminante de la vieja consigna «en la unidad está nuestra fuerza». Una sola bandera, marchar juntos, esa es la tarea central de nuestro tiempo. El sectarismo y la división artificial corresponden a la prehistoria del movimiento. La V Internacional declarará una batalla a muerte contra la desunión, el sectarismo, la división de nuestras filas que solo interesa y beneficia a las oligarquías y los imperialismos. Por el contrario proclamará el llamamiento a filas de todos los oprimidos del mundo porque estamos en lucha, porque no tenemos ilusiones en el sistema capitalista, porque no somos simplemente anticapitalistas sino socialistas, porque sabemos que otro mundo es posible: el socialismo. Y que ese mundo sólo puede ser conquistado en la lucha por el pan, el trabajo y la paz.
Como el comandante Chávez ha declarado, no hay tiempo. La revolución no cuenta con todo el tiempo del mundo, la contrarrevolución no detiene ni un segundo sus planes ¡Es momento ya de poner manos a la obra! Los imperialismos, especialmente el de los Estados Unidos de América, con su poder militar, se aprestan a bañar en sangre a los pueblos del mundo, en particular a nuestra América Latina (AL) , que está en primera línea por la transformación de la sociedad. Ellos no cesan sus preparativos: bases militares en Colombia y Panamá, movilizan sus paramilitares, dan golpes de estado como en Honduras, aprestan sus planes de asesinar a Chávez y otros dirigentes, espían en Ecuador…
No es por azar, o en todo caso es reflejo de la necesidad, que la V Internacional ha sido convocada desde Venezuela. Hoy, el epicentro de la revolución mundial se encuentra en nuestra América Latina. Ahí puede residir la Internacional. No sería la primera vez en la historia. La I Internacional fue trasladada en un tiempo por Marx a Nueva York.
Todas las internacionales anteriores han sido superadas por la historia. Han cumplido cada una de ellas su papel revolucionario en su tiempo. La ultima de ellas, la IV Internacional existe no con partidos de masas sino con apenas Ligas, que no suman más que unas decenas de miles de miembros y simpatizantes activos en todo el mundo. Todas han sufrido procesos de escisiones en la última década. La razón última es su aislamiento de los movimientos obreros mundiales de masas y el haber vivido durante décadas en pequeñas capillas, aislados de las fuerzas obreras en todo el mundo, con dos grandes obstáculos objetivos, la traición de la socialdemocracia y del estalinismo. Cuando el estalinismo se derrumbó dejando de ser un fenómeno de masas, a partir de 1989-91, aún así la IV Internacional, en sus múltiples variantes, ya no pudo remontar vuelo. Su tiempo se había cumplido para siempre.
Para la tarea que el siglo XXI tiene reservada a las fuerzas de la izquierda son resultados modestos, en todo caso, insuficientes. Aunque la revolución no se trata de una simple suma cuantitativa en última instancia la lucha de clases es una batalla de fuerzas, quién es más poderoso en la correlación de fuerzas, porque no hay Revolución sin enfrentamiento entre las clases. El carácter más o menos pacífico del proceso depende de muchos factores ( la acumulación de fuerzas lograda antes, el aislamiento de la burguesía, su nivel de descomposición, pero una oligarquía herida de muerte, como un animal es peligroso, suele dar coletazos) que se encuentran en desarrollo permanente.
La I Internacional, la Asamblea Internacional de los Trabajadores, fundada por Marx y Engels, donde marcharon juntos un tiempo anarquistas y marxistas; la II Internacional fue en un principio la internacional de la socialdemocracia revolucionaria para luego convertirse en la socialdemocracia «lugarteniente de la clase de los capitalistas, que vemos hasta nuestros días, en el poder en el Estado español y otros países. La III Internacional, comunista hasta la muerte de Lenin para degenerar bajo la burocracia estalinista; la IV Internacional, la del trostkismo, bolchevique-leninista hasta el asesinato de Lev Davidovich y la V Internacional, la de los movimientos obreros mundiales y los movimientos sociales, una internacional marxista, cerrando un ciclo histórico.
La V Internacional recogerá ese hilo ininterrumpido hasta nuestros días, rescatará lo que de revolucionario hubo en todas las internacionales anteriores. Las ideas de Marx sobre el papel y organización de la clase obrera, planteados en la I Internacional, los postulados de Rosa Luxemburgo y un joven Lenin en la II internacional, en la conferencia de Zimmerwald defendiendo ante la guerra mundial el internacionalismo contra el socialchovinismo patriotero; las ideas de la revolución socialista mundial hasta la muerte de Lenin en la III Internacional; la revolución permanente en la IV Internacional y los legados de Trotsky hasta su asesinato en Coyoacán (México) por el estalinismo en 1940.
La V no pretende ser sólo una internacional de partidos de izquierda sino de movimientos, y muchas organizaciones que son partidos-movimiento o movimientos-partido, ese fenómeno emergente en AL, que muchas veces llena el vacío ante la ausencia de auténticos partidos obreros, más allá de la existencia de partidos donde se expresa la clase obrera. La V Internacional será de los movimientos obreros mundiales y los movimientos sociales en acción unida. No es un club de debate, una discusión académica, es teoría para la acción de masas.
La V Internacional puede y debe jugar ese papel central en la formación de cuadros, con una renovada visión internacionalista, con el espíritu permanente de la revolución, donde participen organizaciones de cuadros y partidos de masas tradicionales más sindicatos, en el gobierno y en la oposición, parlamentarios y extraparlamentarios, una verdadera dirección política de los Frentes Únicos Obreros. Y tras su bandera, movimientos sociales, de izquierda de la ciudad y el campo, movimiento urbano popular, redes sociales, y seguidores individuales.
El peligro de degeneración burocrática de la Internacional y de cualquier revolución, que de antemano no puede ser predicho pero tampoco es inevitable, se combate con la formación política en ideas correctas, un métodos sano y un programa combativo de clase, todo ello con la participación y control directo de los trabajadores, unido a las victorias y extensión del movimiento, que evitan que quede aislado en un solo país. El socialismo es mundial o no será. Una Internacional revolucionaria de masas es una necesidad objetiva. Su bandera debe inscribir varias cuestiones : no creemos en la reforma del capitalismo sino en su derribo por las fuerzas revolucionarias, para lo que es necesario la toma del poder por los trabajadores, asaltar las fortalezas estatales de la burguesía país tras país ; no creemos en el capitalismo caduco y descompuesto históricamente, sino en el socialismo expresado en una democracia obrera; proclamamos la necesidad de derribar las fronteras nacionales y acabar con la propiedad privada de los medios de producción.
En sí, el solo hecho de su propia existencia real y activa, no como discurso sino como acción presupone un nivel superior de acción y de organización. La necesidad hace caminar en este sentido y mientras antes abordemos la senda más preparados estaremos para conquistar el objetivo final: la emancipación del hombre por el hombre, el fin de la pesadillas del capitalismo y el imperialismo, el fin del hambre, del desempleo, de la falta de vivienda, de educación, del derecho a la salud, el final de la represión, de la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad ciudadana, el ecocidio medioambiental….. Entonces, solo entonces, la historia de la humanidad habrá comenzado.
¡Obreros del mundo! ¡La V Internacional ha sido proclamada!
¡Porque es necesaria existe! ¡Manos a la obra!
¡En la unidad esta nuestra fuerza!
¡Unidos y organizados venceremos!
¡Abajo las fronteras nacionales!
¡Abajo la propiedad privada de los medios de producción!
¡Derrumbemos el edificio podrido del capitalismo!
¡Viva el internacionalismo proletario!
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