Nadie está libre de ignorancia y de desconocimientos. Por supuesto. Ni de errores ni erratas. Por supuesto también. La que firma une ambos nudos en mil ocasiones. Admitido lo anterior: ¿Qué diríamos de un alto responsable político que confundiera en cinco o seis ocasiones Lisboa con París o Berlín con Estocolmo? Pues, tal vez, que […]
Nadie está libre de ignorancia y de desconocimientos. Por supuesto.
Ni de errores ni erratas. Por supuesto también.
La que firma une ambos nudos en mil ocasiones.
Admitido lo anterior:
¿Qué diríamos de un alto responsable político que confundiera en cinco o seis ocasiones Lisboa con París o Berlín con Estocolmo? Pues, tal vez, que en cuestiones elementales de geografía no estaría muy puesto y que haría bien en dedicar un poco de esfuerzo en estudiar el tema. Por saber algo más y por ayudar a educar a los demás.
Pues bien, en lugar de geografía hablemos de matemáticas elementales. Elementales, no de la conjetura de Goldbach o de la demostración del teorema de Fermat: sumas, restas, divisiones, multiplicaciones. Durante la tarde del pasado domingo 24M, ese día de crisis acelerada de Régimen (no sólo del de «Madrid»), al dar informaciones de participación electoral, nada menos que la vicepresidenta del gobierno catalán, la señora Joana Ortega, la misma política profesional que mintió a la ciudadanía sobre su currículum universitario, ha confundido cuanto menos en cinco ocasiones la noción de puntos con el concepto básico de porcentajes. De este modo, si la participación en las elecciones de 2011 fue, pongamos, del 50% y ahora, en 2015, ha sido del 60%, doña Ortega ha hablado de un incremento del 10% (simple resta), cuando, como es de toda evidencia, lo que se ha producido ha sido un incremento de 10 puntos de participación y de un 20%, no de un 10%: ((60 -50)/50)*100. ¡Elemental!
Efectivamente, elemental querido Watson. No es imposible que sus asesores tampoco hayan reparado en un error tan básico. Incluso que le hayan preparado la nota.
No pasa nada, no es lo peor de gobierno de CiU (¡desde luego que no!) pero así no se educa a la opinión pública y es bueno con ello bajar los humos sobre todo si se va de chulitos, enterados, de catedrático de Harvard, de escuela privada o privada concertada y del gobierno de los mejores.
Por lo demás, y esto es lo esencial: se puede… ¡y tanto que se puede! ¡Un brindis por la compañera Colau, un brindis por Barcelona en comú, un brindis por todo el inmenso esfuerzo ciudadano que hay detrás! Y otro, bien grande también, por el triunfo de la ciudadanía madrileña. ¡Tan próxima, tan cercana, tan fraternalmente unida!
PS. Alegra mucho ver en un debate de TV3 al compañero Quim Arrufat de las CUP con una camiseta azul en solidaridad con la lucha de los trabajadores de las contratas y subcontratas de Telefónica (molt bé, company Arrufat!) y no ver, en cambio, a la representante de ICV-EUiA en la mesa, la diputada Dolors Camats, mostrando un gesto parecido. ¡Dónde queda la tradición del PSUC a la que a veces se hace referencia!
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