Y con ella llegó… la primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI). El quinto ciudadano francés en obtener tal honor. La primera abogada en lidiar con las finanzas internacionales. Y, muy probablemente, el último director gerente del Fondo que sea de nacionalidad europea. Christine Lagarde (París, 1956) será la próxima lideresa de las […]
Y con ella llegó… la primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI). El quinto ciudadano francés en obtener tal honor. La primera abogada en lidiar con las finanzas internacionales. Y, muy probablemente, el último director gerente del Fondo que sea de nacionalidad europea. Christine Lagarde (París, 1956) será la próxima lideresa de las finanzas internacionales, un cargo en decadencia que su rival político y antecesor en el cargo, Dominique Strauss-Kahn logró revitalizar hasta hacerlo uno de los puestos de poder más apetitosos del globo terráqueo.
Lagarde se impuso sobre el mexicano Agustín Carstens con una cómoda mayoría propiciada por el respaldo, a última hora, de Estados Unidos. La superpotencia económica, que sirve de país anfitrión al Fondo, cuya sede está en Washington, había mantenido oculta su intención de voto hasta el último momento, en una estrategia de negociación diplomática muy habitual en la designación de estos altos cargos.
La tradición manda, o mandaba, que al frente del FMI se sitúe un europeo que tenga como número dos a un estadounidense. A cambio, Estados Unidos, que fue el artífice junto con el Viejo Continente de la creación del FMI tras la cumbre de Bretton Woods en 1944, se lleva la presidencia del Banco Mundial, que en la actualidad ostenta Robert Zoellick.
La puntada del apoyo de Washington a la ministra de Finanzas francesa podría venir de la mano del deseo de la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, de ponerse el próximo año al frente del Banco Mundial. El rumor saltó hace apenas 20 días y fue posteriormente desmentido por la propia Clinton. Con todo, el voto de confianza de Washington se cobrará sin duda el apoyo europeo en algún foro internacional.
La prudente decisión de EEUU también obedece a una política de wait and see (en inglés, esperar y ver). En los primeros compases de la campaña, los principales países emergentes reaccionaron de forma furibunda a la posibilidad de que un europeo fuera el nuevo director gerente de la institución. Sin embargo, las grandes superpotencias en desarrollo, China, Rusia y Brasil, han terminado dando su apoyo a la ministra francesa, lo que dejó el camino abierto a EEUU para desvelar sus cartas sin crear enemistades.
A Carstens lo apoyaron la mayoría de los países latinoamericanos (excepto Brasil, pero cabe recordar que México no votó al brasileño Graziano da Silva como presidente de la FAO, la organización de la ONU contra el hambre, el pasado domingo), Suráfrica, Australia y Canadá, los países occidentales desarrollados fuera del ámbito de la vieja Europa.
Lagarde, que se declaró muy «honrada» por la decisión, tomará posesión el próximo 5 de julio y se tendrá que enfrentar en primer lugar a la dura misión de rescatar a Grecia. El 3 de julio se reúne el Eurogrupo para decidir el futuro del país heleno, y aún no está claro en calidad de qué asistirá la francesa, que ahora tratará de tú a tú con Angela Merkel los pormenores del rescate.
http://www.publico.es/dinero/384363/lagarde-dirigira-el-fmi-gracias-al-apoyo-de-eeuu