Los petroleros de Estados Unidos están lívidos, se enteraron de que Rusia no hará recortes en su producción.
Hay una estrategia típica rusa detrás del anuncio de que Rusia se negó al acuerdo de reducir producción propuesto por los sauditas durante la cumbre de la OPEP en Viena.
La negativa de Rusia colapsó la propuesta y eso provoco una caída en el precio de mercado del 10%.
Algunos mercados petroleros vieron sus mayores caídas en un día desde el período de la crisis financiera.
La audaz movida de Rusia alegra a los europeos, pero deja con la respiración en suspenso tanto a los estadounidenses como a sus antiguos colegas de la OPEP.
Según el Ministro ruso de energía, Alexander Novak, por efecto de la decisión rusa, después del 1 de abril 2020, con la primavera, los precios seguirán cayendo.
A pesar de que Rusia y Arabia Saudita dependen ambas del petróleo, Moscú tiene una economía diversificada que deja mucho margen de maniobra debido a sus vastas reservas de oro y a la estricta política presupuestaria que, a causa de las sanciones de EE.UU., tuvo que adoptar en los últimos años para reducir la dependencia del país de las exportaciones de energía.
Por otro lado, Arabia Saudita tiene un déficit presupuestario corriente de más de 50.000 millones de dólares y tiene pocos fondos en el extranjero.
Aunque ambos países pueden soportar bajos precios del petróleo durante algún tiempo, Riad no se puede permitir mucho tiempo esa situación. Algunos analistas señalan que solo puede mantenerse un año o dos.
El ministerio de finanzas ruso dijo que Rusia puede mantenerse a flote hasta 10 años, incluso si los precios del petróleo se mantienen entre 25 y 30 dólares por barril.
«Parece una barrena hacia abajo para ver quién se asusta primero», dijo Andrew Lipow, presidente de Oil Associates LLC, citado por RT. Pero un precio Brent de 40 dólares por barril significa que Arabia Saudita deja de ganar unos 120.000 millones de dólares al año. “A ver como se reparten el pollo”.
Ese lucro fallido en el Kremlin lo interpretan como 120.000 millones menos de compras saudíes de armamento a países de la OTAN
Lo que Lipow no comprende es que está ante una maniobra maestra de diplomacia económica.
Sacar del mercado petrolero al fracking estadounidense
La jugada hizo caer los precios en torno a los 40 dólares el barril, Putin hace colapsar con eso a la industria petrolera de Estados Unidos.
Es necesario recordar aquí que EE.UU. fue, hasta 1970, el principal exportador de petróleo. Ese año la producción de sus agotados pozos no bastaba ni siquiera para el consumo propio. Luego se convirtió en el principal importador. Fue, allá en 1971, la época del abandono del patrón oro prometido en Bretton Woods ($35/oz). Luego vino la emisión de dólares sin fondos para pagar el enorme (150 millardos) déficit comercial. Fue una decisión de la OPEP lo que salvó el dólar: cotizar el petróleo sólo en dólares.
A finales de 1990 se desarrolló una técnica conocida como fracking, que permite recuperar el gas y el petróleo residual de pozos agotados. El fracking permitió a Estados Unidos volver a exportar petróleo. Pero el petróleo del fracking es mucho más caro que el petróleo obtenido de manera convencional, el petróleo del fracking necesita precios altos para recuperar la inversión, ello explica la agresiva política exterior de Estados Unidos que bajo cualquier pretexto impone obstáculos y sanciones a países exportadores de petróleo para disminuir la oferta del mercado dificultando el comercio de sus competidores petroleros, tal como sucede con Irán, Irak, Libia, Siria o Venezuela.
Los Estados Unidos no molestan a Arabia Saudita porque, ese país es el segundo inversor en armas del mundo y el principal cliente del Complejo militar-industrial estadounidense que en realidad es el que gobierna en Washington.
Con esa estratégica movida de su diplomacia económica Putin hará quebrar a la nueva industria petrolera de Estados Unidos, mientras pone en dificultad económica al principal cliente de la industria militar estadounidense. La disminución de ingresos saudita también afectará el financiamiento de Riad al fanatismo islámico que asedia a Siria, la aliada de Rusia en el Cercano Oriente.
El efecto de la movida diplomática rusa sobre la industria petrolera estadounidense es devastador, sólo que sin trampas.
Rusia impone la ventaja competitiva, la mayor resistencia de su economía y la ventaja dada a ese bendito país por la madre Naturaleza, con yacimientos frescos que no necesitan fracking.
En su efecto la movida de Putin, aguantar con precios bajos para arruinar al adversario, tiene un parecido con la estrategia de tierra arrasada que usó el General Kutuzov contra Napoleón.