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Las dos herencias de Marx para los pueblos oprimidos

Fuentes: Rebelión

Marx, en su prolífica producción bibliográfica, hizo un viraje trascendental. Después de sostener que la liberación de Irlanda (colonia de Gran Bretaña), se producirá una vez que el proletariado inglés capture el poder, cambia en 180 grados. La posición inicial de Marx está expuesta en el Manifiesto Comunista: «La acción conjunta del proletariado, al menos […]

Marx, en su prolífica producción bibliográfica, hizo un viraje trascendental. Después de sostener que la liberación de Irlanda (colonia de Gran Bretaña), se producirá una vez que el proletariado inglés capture el poder, cambia en 180 grados. La posición inicial de Marx está expuesta en el Manifiesto Comunista: «La acción conjunta del proletariado, al menos en los países civilizados, es una de las primeras condiciones de su emancipación. En la medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra» (1) En otras palabras, la revolución social debía preceder a la cuestión nacional. Al cambiar de posición, dice en carta a Engels del 10-XII de 1869: «Durante mucho tiempo creí que sería posible derrocar al régimen irlandés por el ascendiente de la clase obrera inglesa… Pero un estudio más profundo me ha convencido de lo contrario. La clase obrera inglesa nunca hará nada mientras no se libre de Irlanda. La palanca debe aplicarse en Irlanda. Por eso es que la cuestión irlandesa es tan importante para el movimiento social en general» (2)

En días previos, el 29 de noviembre de 1869, Marx transmitió a Engels la misma inquietud: «La condición primera de la emancipación en Inglaterra -el derrocamiento de la oligarquía terrateniente inglesa- sigue siendo imposible debido a que la posición de ésta no puede ser conmovida mientras mantenga fuertemente atrincherados puestos de avanzada en Irlanda. Pero una vez que las cosas estén en manos del propio pueblo irlandés… será infinitamente más fácil que aquí, pues en Irlanda no se trata de una simple cuestión económica sino de una cuestión nacional». Luego reitera que «el proletariado inglés no logrará emanciparse de su burguesía mientras los excedentes económicos generados en Irlanda beneficien a la Metrópoli (3).

El 24-X de 1869, Engels escribió a Marx, desde Manchester: «La historia irlandesa le recuerda a uno lo desastroso que es para una nación el haber subyugado a otra nación»(4) Engels, como después lo hicieron Marx, Lenin y Trotsky, se apropió, sin citarlo, del famoso aforismo de Dionisio Inca Yupanqui, diputado americano ante las Cortes de Cadiz, quien, el 16 de diciembre de 1810, dijo: «UN PUEBLO QUE OPRIME A OTRO NO PUEDE SER LIBRE» (5). Lenin, por ejemplo, en discurso del 29-IV de 1917, manifestó: «No, pueblo ruso, no te atrevas a avasallar a Finlandia; el pueblo que oprime a otros pueblos no puede ser libre» (6) Para los fundadores del «socialismo científico» era impensable que un indio americano acuñara esa frase inmortal, piedra angular del pensamiento revolucionario hasta el presente.

Marx y Engels, debido a su eurocentrismo, no hicieron extensivas sus conclusiones sobre Irlanda al colonialismo restante. Los irlandeses podían liberarse debido a que, finalmente, eran europeos, pero negaron esa posibilidad a asiáticos, africanos e indo americanos. La falta de coherencia de los autores de «El Manifiesto…» es obvia. En efecto, si los excedentes económicos procedentes de Irlanda permitían a los capitalistas ingleses corromper a los dirigentes obreros de su país, ¿no ocurría lo mismo, pero de manera multiplicada, con las superganancias succionadas a los demás pueblos oprimidos? La plusvalía interna que obtiene la burguesía inglesa es insignificante si se la compara con la succión del mundo periférico. En esta línea de análisis, Marx y Engels no tienen una sola palabra de simpatía hacia la Revolución haitiana de 1804, cuya trascendencia histórica pasan por alto, pero Engels justifica la usurpación de EEUU de la mitad del territorio mexicano, al calificar de positivo que los «enérgicos yanquis» reemplacen a los «perezosos mexicanos» en la explotación de las minas de California, puesto que lo anterior aceleraba el advenimiento del capitalismo (7).

Marx dice sobre la colonización inglesa de la India: «… la India no podía escapar a su destino de ser conquistada, y toda su historia pasada, en el supuesto caso de que hubiera habido tal historia, es la sucesión de las conquistas sufridas por ella. La sociedad hindú carece por completo de historia conocida. Lo que llamamos historia de la India no es más que la historia de los sucesivos invasores que fundaron sus imperios sobre la base pasiva de esa sociedad inmutable que no les ofrecía ninguna resistencia». Como conclusión, indica que «no se trata, por tanto, de (saber) si Inglaterra tenía o no tenía derecho a conquistar la India, sino de si preferimos una India conquistada por los turcos, los persas o los rusos a una India conquistada por los británicos» (8). Es paradójico advertir que esa «base pasiva», que forjó una «sociedad inmutable», incapaz de «ofrecer resistencia», sirvió para conquistar la independencia de la India, en 1947, bajo la conducción de Mahatma Gandhi, quien fundó su acción sobre la no violencia. Este es el punto de partida para que la India sea considerada ahora una de las potencias emergentes del Siglo XXI.

LENIN Y TROTSKY CORRIJEN A MARX

Marx confundió los enclaves capitalistas que desarrollan los imperios en las colonias y semicolonias con la posibilidad de impulsar procesos industriales globales. De ahí esta afirmación: «La burguesía industrial inglesa trata de cubrir la India de vías férreas, con el exclusivo objeto de abaratar el costo del algodón y de otras materias primas necesarias para sus fábricas»…., puesto que, al introducir «las máquinas en el sistema de locomoción, ya no podrá impedir que ese país fabrique dichas máquinas…» (9). Lenin utiliza el mismo ejemplo para refutar a Marx sin nombrarlo, cuando dice: «La construcción de ferrocarriles es en apariencia una empresa simple, natural, democrática, cultural, civilizadora: así la presentan los profesores burgueses, pagados para embellecer la esclavitud capitalista, y los filisteos pequeño burgueses. En realidad, los múltiples lazos capitalistas mediante los cuales esas empresas se hallan ligadas a la propiedad privada sobre los medios de producción en general, han transformado dicha construcción en un medio para oprimir a mil millones de seres (en las colonias y semicolonias), es decir, a más de la mitad de la población de la tierra en los países dependientes y a los esclavos asalariados del capital en los países «civilizados» (10)

Si Lenin critica a Marx sin nombrarlo, Trotsky lo hace de manera expresa con estas palabras: «Dado que Marx y Engels consideraban a la revolución social (por lo menos en los países más importantes), como una cuestión que debía resolverse en unos pocos años, para ellos el problema colonial estaba resuelto automáticamente, no como consecuencia de un movimiento independiente de las nacionalidades oprimidas, sino como consecuencia de la victoria del proletariado en los centros metropolitanos del capitalismo. Por lo tanto, en el Manifiesto ni siquiera se hace referencia de pasada a las cuestiones de la estrategia revolucionaria en países coloniales y semi-coloniales. Sin embargo, estas cuestiones exigen una solución independiente» (11)

Para hablar de Socialismo del Siglo XXI, sería útil escribir las palabras colonias y semi colonias, allí donde Marx escribió «Irlanda» y centros de poder mundial en lugar de Metrópoli (Inglaterra). Veamos cómo quedaría la redacción pertinente:

«… el proletariado inglés no logrará emanciparse de su burguesía mientras los excedentes económicos generados en Irlanda beneficien a la Metrópoli».

 

«…el proletariado de los centros de poder mundial no logrará emanciparse de su burguesía mientras los excedentes económico generados en las colonias y semicolonias beneficien a las Metrópolis».

CITAS BIBLIOGRAFICAS

 

1.- Marx y Engels: «Manifiesto del Partido Comunista». Latinas Editores. Oruro – Bolivia. Junio de 2001. Páginas 68 y 69.

2.- Marx y Engels: «Correspondencia». Editorial Cartago S.R.L. Buenos Aires 1957. Página 190 (Los subrayados son de Marx).

3.- Marx y Engels: «Correspondencia». Página 189 (Los subrayados son de Marx).

4.- Marx y Engels: «Correspondencia». Página 181.

5.- El texto del discurso de Yupanqui figura en el «Diario de las Discusiones y Actas de las Cortes de Cádiz». Está trascrito en «La Historia de la Nación Latinoamericana», de Jorge Abelardo. Editorial Peña y Lillo. Tomo I. Páginas 132. 133 y 134. Buenos Aires. Agosto de 1973.

6.- V.I. Lenin: Obras escogidas. Editorial Progreso». Moscú, 1966. Tomo 2.- Página 132.

7.- Cita de Ramos: «Ob. Cit.». Tomo2.Página 203

8.- Marx: «Futuros Resultados de la Dominación Británica en la India». Trabajo publicado en el New York Daily No. 3840, del 8 – VIII de 1853.

9. – Marx: (Idem). New York Daily.

10.- V.I. Lenin: Prólogo a las ediciones francesa y alemana de «El Imperialismo, fase superior del capitalismo». 6 de julio de 1920. Ob. Cit. Tomo I. Página 694 (Los subrayados son de Lenin).

11.- Trotsky: «A noventa años del Manifiesto Comunista», en revista «Inicial». No 2. Año 1.- Octubre de 1938. Buenos Aires-Argentina.