El título de este artículo puede parecer demasiado fuerte y yo mismo reconozco que lo es. Pero es que me resulta muy difícil creer que el dueño de uno de los bancos más grandes del mundo esté tan mal informado de lo que viene ocurriendo en la economía y las finanzas mundiales como para decir […]
El título de este artículo puede parecer demasiado fuerte y yo mismo reconozco que lo es. Pero es que me resulta muy difícil creer que el dueño de uno de los bancos más grandes del mundo esté tan mal informado de lo que viene ocurriendo en la economía y las finanzas mundiales como para decir lo que acaba de decir sobre los culpables de la crisis. Puede ser que le suceda lo que el Premio Nobel Stiglitz dice que le pasa a los banqueros centrales, que no ven la realidad porque están muy ideologizados y solo leen aquello que corrobora sus ideas. Pero incluso así, suponiendo que las declaraciones públicas de Botín fueran simplemente el resultado de su ignorancia, lo cierto es que con ellas engaña a la gente. Y es por eso que me parece justo calificarlas como mentiras o patrañas.
Los culpables de la crisis son los bancos
Acaba de declarar Botín anunciando los resultados de su banco que los responsables de la crisis son los políticos porque «no han sabido manejar la situación» (Público, 31-01-2012, «Botín culpa a los políticos de la crisis mundial».
Es mentira. Incluso alguien tan poco sospechoso de izquierdismo como Warren Buffet, uno de las tres o cuatro inversores más ricos del mundo, lo dijo claramente: «Los bancos se han expuesto demasiado, han asumido demasiados riesgos. Así que el problema es evidentemente de los bancos. Son quienes tienen la culpa. No hay por qué echársela a nadie más» (El País, 25-05-2008, «Los bancos tienen la culpa».
Y esa es la verdad. Hoy día sabemos a ciencia cierta que los responsables últimos y directos de haber causado todo lo que ha pasado en la economía mundial han sido los bancos.
– Los bancos han provocado la crisis porque dejaron de cumplir su función de intermediarios entre el ahorro y la inversión productiva para destinar los recursos que recibían y creaban a la especulación improductiva.
– Los bancos han provocado la crisis porque, para ello, crearon y difundieron millones de productos financieros opacos y muy arriesgados, muy rentables inicialmente pero sumamente peligrosos a poco que cambiara la situación, como el tiempo demostró, es decir, pura basura financiera. La fueron acumulando en sus balances mientras traspasaban el riesgo a otros bancos o a los demás sujetos económicos y así dieron lugar a la crisis financiera.
– Los bancos han provocado la crisis porque para difundir esos productos basura recurrieron a todo tipo de artimañas, fraudes, engaños, estafas, mentiras y trampas ante su clientela. Solo en España los jueces han dictado ya más de 400 sentencia condenatorias contra los bancos por colocar a sus clientes «swaps», permutas financieras o «clips», entre otras denominaciones comerciales, como si fueran un seguro ante la variación en los tipos de interés cuando en realidad era productos muy arriesgados que solo favorecían a las entidades bancarias (El Economista. Y esos 400 no son todos los casos porque la Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros (Asuapedefin) calcula que en España existen entre 200.000 y 400.000 particulares y minoristas con este tipo de productos financieros (El Economista, 14-11-2011, La banca acumula más de 400 sentencias en contra por los ‘swaps’ hipotecarios). Y hay también otros 700.000 ahorradores españoles afectados por la estafa de las llamadas participaciones preferentes que los bancos colocaron también engañosamente sus clientes por un volumen total de unos 12.000 millones de euros, (TVE, El fraude de las preferentes).
– Los bancos han provocado la crisis porque para ocultar y disimular todas esas estafas contrataron a las agencias de calificación que calificaron como de máxima solvencia a las hipotecas y los derivados que colocaban en el mercado, creando así el clima de engaño y de falsa seguridad necesario para multiplicar la difusión de millones de productos financieros que en realidad eran pura basura financiera.
– Los bancos son culpables de la crisis porque ellos mismos y sus empresas de tasación han sido los responsables directos de la subida de precios de la vivienda y de las burbujas inmobiliarias, lo que les convenía para que así aumentara el volumen de créditos que ofrecían a sus clientes.
– Los bancos son culpables de la crisis porque han abusado de su capacidad de creación de dinero mediante la generación de crédito saltándose para ello a la torera todas las reglas de la prudencia bancaria, dando créditos hipotecarios a más del 100% del valor de las viviendas o a empresas por encima de los niveles aconsejables.
– Los bancos son culpables de haber provocado la crisis porque, para aumentar sus beneficios, disimularon mediante trampas contables el riesgo que acumulaban y no acumularon el volumen de reservas necesario para hacer frente a la morosidad que irremediablemente iba a producirse como consecuencia de su propia política de sobreendeudamiento.
– Los bancos son culpables de la crisis porque es evidente que durante los últimos años han hecho todo lo que ha estado en sus manos para que los gobiernos aplicaran las políticas que han producido la gran desigualdad que a ellos les conviene para que los niveles altos de renta les proporcionen grandes volúmenes de ahorro y los bajos tengan que endeudarse más.
– Los bancos son culpables de la crisis por haber utilizado los paraísos fiscales y por ser los instrumentos necesarios para que se pueda llevar a cabo el fraude y la evasión fiscal que se encuentra a niveles tan desorbitados. Los bancos se han convertido en cooperadores necesarios del engaño a Hacienda y ellos mismos en una fuente principal de evasión de ingresos, disminuyendo así la capacidad de actuación de los gobiernos.
– Los bancos son culpables de la crisis por haber financiado también a la clase política más corrupta para que llevara a cabo las medidas de desregulación y permisividad que han ido necesitando para salir adelante.
– Los bancos son culpables de la crisis porque su actuación irresponsable les ha llevado a la quiebra impidiendo así que las empresas y consumidores dispongan de la financiación que es imprescindible para poder funcionar y crear empleo.
– Los bancos son culpables de la crisis porque, cuando estalló, en lugar de asumir el daño que habían provocado engañaron a los gobiernos y a la sociedad haciendo creer que se trataba de una situación pasajera cuando en realidad habían perdido toda su solvencia. Y porque reclamaron entonces y siguen reclamando ayudas y más ayudas como si fueran las últimas cuando saben perfectamente que todas las que reciban serán insuficientes puesto que su agujero patrimonial es gigantesco y los problemas que eso ha creado en el sistema bancario internacional es sencillamente irresoluble bajo las condiciones en que ha venido funcionando.
– Los bancos son culpables de la crisis por haber impuesto una política de retribuciones astronómicas a sus directivos para lograr así el aumento de sus beneficios con independencia de cualquier consideración ética o de los efectos de su actuación en el conjunto de la economía y la sociedad.
– Y, en fin, los bancos son culpables de la crisis porque es evidente que son ellos quienes están imponiendo las políticas que en lugar de permitirnos salir de la crisis es evidente que no llevan a una fase aún peor, de depresión, que sufriremos durante años.
La banca y la clase política
Miente también Botín cuando echa la culpa de la crisis a la clase política ocultando que la clase política no ha actuado de motu propio sino presionada constantemente por los bancos que se presentan ahora como los mercados.
Los bancos financian a los partidos, pagan a periodistas, son los dueños efectivos de los medios de comunicación, dominan incluso la decisión de los rectores universitarios y de los lideres de opinión. Son los que tienen el poder real en nuestras sociedades.
Así lo prueba mejor que nadie el propio Emilio Botín que solo gracias a que tiene más poder real que los gobiernos puede actuar con impunidad y cometer todo tipo de actos irregulares sin que sea condenado por ello. Así, según informó El País, consiguió que la entonces Secretaria de Estado de Justicia y posteriormente Vicepresidenta del Gobierno cursara al Abogado del Estado «instrucciones sobre su actuación en el caso de las cesiones de crédito», concretamente, pidiendo que no se dirigiera «acción penal alguna por presunto delito contra la Hacienda Pública, contra la citada entidad bancaria o sus representantes». Gracias a ello, ni siquiera fue juzgado por unas irregularidades financieras por las que la acusación solicitaba para el presidente del Banco de Santander «un total de 170 años de prisión y una multa de 46.242.233,92 euros (7.694.060.334 pesetas), además de una responsabilidad civil de 84.935.195,86 euros (14.132.027.499 pesetas), que es el perjuicio causado con su actuación a la Hacienda Pública». (El País, 27-05-2008, «Rato atribuye la decisión de no perseguir a Botín en 1996 a De la Vega»).
Como también lo prueba el que Botín haya conseguido que el gobierno ya en funciones de Rodríguez Zapatero indultara de forma vergonzosa y vergonzante al consejero delegado del Banco de Santander condenado en firme por delinquir en el ejercicio de su actividad bancaria.
Las declaraciones de Botín ni siquiera se pueden considerar una verdad a medias. Como he demostrado en otros artículos, es verdad que la gran estafa cometida por los bancos no habría sido posible sin la complicidad de la mayoría de las autoridades, de gobiernos y bancos centrales que modificaron las leyes para que pudieran llevar a cabo sus tropelía, que miraron a otro lado cuando engañaban a la gente y cuando generaban el riesgo tremendo que se sabía que antes o después estallaría llevándose por delante a la actividad de millones de empresas y empleos. O que, ya en plena crisis, se han dedicado a salvar el bolsillo de los bancos y banqueros dándoles billones de euros a costa de los contribuyentes. Pero eso ha sido y es así, como he señalado, porque el poder real no lo tienen esas autoridades sino porque los bancos están llevando a cabo, en palabras de Habermas referidas concretamente a Europa, «la demolición de la democracia» imponiéndose cada vez más sobre los poderes representativos e incluso, como está sucediendo recientemente, suplantándolos directamente. Por eso no es nada de extrañar que Botín alabe al nuevo gobierno, es el suyo: un colega banquero, nada más y nada menos que procedente de Lehman Brothers, es el ministro de Economía y el director de la asesoría jurídica de su banco ha sido nombrado subsecretario de Presidencia (ver «Gobierno de España S.A.», Público 29-01-2012)
Y también fabula Botín cuando afirma que la reforma laboral es urgente para crear empleo y para resolver los problemas que ha planteado la crisis. Pero de eso me ocuparé en otro artículo que publicaré en los próximos días.
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