Los enlaces ciudadanos que se realizan cada sábado, y en los cuales el presidente Rafael Correa rinde cuentas de su gestión a sus mandantes, son fundamentales. Es más, utilizando un lugar común, diríamos que son de ‘vital importancia’ para su gestión pública. Y lo son por varios motivos: Uno: El Presidente informa a sus mandantes […]
Los enlaces ciudadanos que se realizan cada sábado, y en los cuales el presidente Rafael Correa rinde cuentas de su gestión a sus mandantes, son fundamentales. Es más, utilizando un lugar común, diríamos que son de ‘vital importancia’ para su gestión pública.
Y lo son por varios motivos: Uno: El Presidente informa a sus mandantes de cada una de sus actividades que cumple en el transcurso de la semana, un caso inédito en el mundo, pues casi todos los presidentes de gobierno jamás informan a sus ciudadanos de las reuniones que sostienen cada día, peor de los temas que se tratan en ellas. Dos: Este espacio de rendición de cuentas le permite al Presidente rebatir, desmentir y desmontar las informaciones que, día a día, se emiten y publican en los medios de comunicación del país. Tres: El Presidente puede cuestionar y refutar las declaraciones públicas que realizan los actores políticos, en especial de la oposición, a lo largo de la semana. Cuatro: Es un espacio de pedagogía ciudadana, aspecto clave en el ejercicio de la gestión pública, sobre todo en temas y decisiones complejas. Cinco: El enlace le permite al Presidente tener una presencia y contacto directo con poblaciones de todo el territorio nacional, incluso con aquellas a donde jamás ha llegado un ministro de Estado, peor un presidente de la República.
Ahora bien, cierto es que el modo, el estilo, la forma en que el Presidente cuestiona, rebate y aclara las afirmaciones de la prensa comercial o de los actores políticos es frontal, dura y directa, al punto que, en ocasiones, ofende y agrede. Incluso cuando pide disculpas, lo hace de tal forma que parece que lo vuelve a ofender. Como sucedió, por ejemplo, con el cantautor Jaime Guevara. Este estilo, y el tono utilizado, ciertamente han generado rechazo, no solo de los aludidos, sino también de ciertos sectores ciudadanos, incluso afines al Gobierno Nacional.
En el fondo, las mal llamadas ‘sabatinas’ son espacios clave -imprescindibles- para el ejercicio de la gestión del Presidente. Y quizá por ello la oposición pide a gritos que se la suspenda. Argumentan que en tiempos de crisis debe evitarse el «enorme gasto público», lo cual -en este caso- es falso, pues no cuestan más allá de los 23 mil dólares, según el portal de compras públicas. Lo que, obviamente, no le gusta a la oposición es que en este espacio semanal se pueda de un modo efectivo -por los altos niveles de audiencia- desmentir cuanta información sesgada, malintencionada o simplemente falsa se emiten en los distintos medios de comunicación privados nacionales e internacionales.
Puede ser que, luego de ocho años, el formato del enlace ciudadano esté desgastado. Y cierto es que el papel de los ciudadanos que asisten es el de simples espectadores y sea necesario otorgarles un rol efectivamente ciudadano. Y cierto es que el Presidente puede -y debe- ser aún más didáctico en temas complicados y difíciles, y ser más cercano, más amable, sobre todo cuando se refiera a acciones de gobierno positivas. Que sea duro y frontal cuando deba y corresponda, pero no todo el tiempo. Y no se trata de ‘hacerse el simpático’, sino de estar relajado y distendido, no solo en los últimos cinco minutos -con el mashi Maldonado-, sino a lo largo de toda la ‘sabatina’.
Fuente: http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/la-sabatina-un-espacio-clave-y-necesario.html