Las llamadas zapatillas «de marca» son objetos cuyo peculiar diseño quizá represente una de las más señaladas muestras de la decadencia de la civilización occidental desde el punto de vista de su estética. Su lema bien podría ser «el mal gusto hecho calzado para bípedos». Pero, estéticas aparte, también podríamos cuestionar estas cosas tan feas […]
Las llamadas zapatillas «de marca» son objetos cuyo peculiar diseño quizá represente una de las más señaladas muestras de la decadencia de la civilización occidental desde el punto de vista de su estética. Su lema bien podría ser «el mal gusto hecho calzado para bípedos». Pero, estéticas aparte, también podríamos cuestionar estas cosas tan feas con argumentos éticos. Veamos…
Esclavos del mal gusto. Las zapatillas «de marca», cuyo precio de venta multiplica por diez su valor real, son un pingüe negocio para los amos de tres o cuatro multinacionales que las fabrican de forma deslocalizada gracias al llamado libre mercado global, una macroestructura económica planetaria al servicio de un reducidísimo número de sujetos que hace posible la sobreexplotación de mano de obra, ya sea infantil o adulta, en un régimen laboral de servidumbre o semiesclavitud en el que malviven millones de personas en muchos países del Tercer Mundo.
Diseñadas para los pies… y con los pies. Este fénómeno económico globalizado que factura miles de millones de dólares al año es también todo un fenómeno social que debería ser analizado en profundidad desde el prisma de la psicología de masas. A pesar de su indescriptible diseño, que un guerrero klingon rechazaría por siniestro y estrambótico, se cuentan por centenares de miles los terrícolas que serían capaces de delinquir o -lo que es peor aún si cabe- de hacer horas extraordinarias con tal de conseguir un par de estos trozos de goma y plástico para los pies que han sido diseñados con los pies.
Contraindicaciones. Habría que ser podólogo para opinar con rigor sobre las supuestas cualidades ergonómicas que tanto resalta la publicidad de este tipo de zapatillas, pero lo que sí tenemos claro es que son muy dañinas para la vista de todos… y para el bolsillo de muchos. Sólo nos consuela un deseo: que las generaciones futuras (si es que hay futuro) se diviertan visualizando en sus entornos de proyección cuántica documentales sobre nuestra Edad Extemporánea en los que aparezcan esos extraños seres con sus extraños calzados.
P.s.: El último grito (nunca mejor dicho) de zapatillas «de marca», que al parecer causa furor en ciertos entornos, son unos modelos llamados «de muelles», caracterizados por incluir en su suela múltiples accesorios con aspecto de turborreactor cuya utilidad real desconocemos.
Enlace: Ciudad futura <http://ciudad-futura.net/>
Fuente original: <http://ciudad-futura.net/
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