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Ley para pagar a los que nos sostienen

Fuentes: Versvs

Cuando uno ve el circo de corruptelas que el Estado tiene montado aquí con el inconmensurable apoyo de unos partidos políticos (que, al final, se ven beneficiados de una ley electoral por el cual un hombre, sin condicionales, nunca será un voto), la fe en un cambio de modelo productivo es algo que no se […]

Cuando uno ve el circo de corruptelas que el Estado tiene montado aquí con el inconmensurable apoyo de unos partidos políticos (que, al final, se ven beneficiados de una ley electoral por el cual un hombre, sin condicionales, nunca será un voto), la fe en un cambio de modelo productivo es algo que no se maneja en el día a día.

Cuando, en pleno ladrillazo y en lugar de entonar un mea culpa (y haber modificado, por ejemplo, la ley que desgrava hasta un 15% de la hipoteca al año), el Estado gasta el dinero arduamente acumulado gracias a nuestros impuestos en abrir y cerrar agujeros una y otra vez (han cambiado mis aceras dos veces este año), la fe en un cambio de modelo productivo es algo que ni está ni se espera que venga.

Cuando uno estudia una carrera técnica y luego hace un doctorado para descubrir que la investigación está plagada (plaga, en el sentido literal) de funcionarios enseñando a otras personas cómo ser funcionarios, la fe en un cambio de modelo productivo es algo que más vale no comentar en voz alta, o te tildarán (con motivos) de cándido.

Por eso cuando el gobierno se puso a hablar de un esbozo de ley para la economía sostenible ni siquiera presté atención. Imagino que, por eso, en plena reactivación del blog que lleva unos días a tope, he tardado 24 horas más que todo el mundo en hablar del asunto. La primera noticia la tuve en ¿Quién vigila al vigilante?, pero es que ni siquiera blogs tan poco sospechosos de ser anti-gubernamentales como Guerra Eterna hacen un diagnóstico idéntico al que nosotros estamos sintiendo en estos momentos.

¡Qué le vamos a hacer!, no pensé que hubiera nada que decir: la ley es otro intento más del Estado de pagar a los que sostienen su poder. Un intento más de habilitar las herramientas legales que harán posible cortar no sólo las descargas, sino cualquier cosa molesta para el Estado. Por eso una ley que pretendía cambiar el modelo productivo ocupa menos de dos páginas en las que la frase «propiedad intelectual» se menciona la friolera de 13 veces. Mientas la palabra «fiscal» y la palabra «impuestos» no aparecen ni una sola vez. Curiosa ley de economía, ¿no creen?

El proyecto de ley (cuyo texto te puedes bajar, pdf) avala la privación de internet a ciudadanos por motivos de violación de derechos de autor. Por eso el otro día poníamos el grito en el cielo, aunque algunos comentaristas no estuvieran de acuerdo; aunque algunos so-called expertos en la materia mostraran su total acuerdo con el texto aprobado por la UE. Pero la ley va mucho más allá: también prevé el cierre de páginas web por el mismo motivo, algo ciertamente peligroso para el desarrollo de una economía basada en internet y sus posibilidades. Más peligroso aún si consideramos que la aplicación de estas medidas no recaerá en los jueces, sino en la sección segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual.

En todo caso, ya les digo que esto no representa novedad en el frente: el Estado intentando poner internet bajo control, trajinando su supervivencia en un mundo cuyas estructuras informacionales no lo sustentan.

Y es que sólo los incautos podrían esperar otro tipo de ley de un Estado con este curriculum. Esperando estoy el post al respecto de los expertos que tanto se congratulaban del texto final del paquete telecom aprobado en la UE mientras en numerosos blogs (incluido éste) se daba la voz de alarma ante la laxitud del texto aprobado.

http://www.versvs.net/