Ecuador ha vivido en 2011 una serie de dilemas y paradojas; luego de una década de inestabilidad, cambios de gobierno y pérdida de confianza en la política, los últimos años han sido exactamente lo contrario, estabilidad política -entendida como permanencia del gobierno-, un Estado más fuerte y presente en la vida de los ciudadanos y […]
Ecuador ha vivido en 2011 una serie de dilemas y paradojas; luego de una década de inestabilidad, cambios de gobierno y pérdida de confianza en la política, los últimos años han sido exactamente lo contrario, estabilidad política -entendida como permanencia del gobierno-, un Estado más fuerte y presente en la vida de los ciudadanos y un debate público concentrado fuertemente en lo político y electoral.
¡Regresó la judicialización de la política!
«Judicializar la política» era el término usado en la época en que Febres Cordero (primero como presidente, luego como alcalde) amenazaba y perseguía a sus adversarios a través del sistema judicial, sobre el que tenía una gran injerencia.
Ningún gobierno en estos últimos años resistió la tentación de intervenir en el poder judicial; ya sea para protegerse o asegurar la inacción de sus críticos. De hecho, el episodio de nombrar una Corte Suprema de forma ilegal fue el que puso el punto final al gobierno de Gutiérrez y nos recordó, hace no muchos años, que la defensa de la democracia también era la defensa de la independencia de la justicia, pero el Presidente Correa repitió la historia y en enero del 2011 anunció que convocaría a Consulta Popular para, entre otras medidas características de un Estado punitivo y autoritario, intervenir directamente en el nombramiento y destitución de los funcionarios judiciales en el Ecuador. Esa fue para nosotros, como Ruptura, la señal definitiva del giro político que estaba dando el Gobierno y decidimos terminar el acuerdo político que mantuvimos hasta el 28 de enero de 2011. No nos equivocamos, el Gobierno consolidó en este año su uso del poder estatal como herramienta política.
El Presidente Rafael Correa y varios de sus ministros han decidido enfrentar las disputas políticas a través de demandas, al tiempo en el que el Ejecutivo interviene oficialmente en la «reestructuración» del sistema judicial. Los juicios más rápidos de la historia, las indemnizaciones más altas de la historia, sentencias escritas en pocas horas, de dudosa autoría y más dudosa lógica jurídica; jueces destituidos, sancionados, reemplazados, nombrados temporalmente para decidir los casos más delicados; la Presidenta de la Corte Provincial de Justicia de Guayaquil destituida por usar el término «golondrina» para referirse al rápido paso de los jueces por las causas.
Pero las opiniones del Presidente no sólo han sido importantes a la hora de sentenciar sino también a la de absolver. El ex vicepresidente Alberto Dahik recibió la sustitución de su orden de prisión preventiva al tiempo que Rafael Correa anunciaba que cree en su honestidad.
El sistema judicial ha sido también la herramienta para responder a la protesta social. Hoy en el Ecuador existen casi tantos procesados por sabotaje y terrorismo como los acumulados de la década anterior que recibieron amnistía por decisión de la Asamblea Constituyente.
La nueva institucionalidad
La Constitución del 2008 tenía entre sus desafíos cerrar el capítulo de inestabilidad política y desmantelamiento institucional que habíamos vivido la última década. A pesar del nuevo diseño institucional aprobado en Montecristi y el desarrollo de algunas leyes, nos quedamos cortos frente a la necesidad de fortalecer las instituciones del Estado y la democracia. Grandes deudas como por ejemplo los Consejos de Igualdad y grandes fracasos como los del Consejo de Participación Ciudadana que en este año produjo sus primeros resultados.
La Asamblea Nacional sigue en deuda con el país en el tema fiscalización y también en lo que respecta a convertirse en un contrapeso para el debate político. La más grave de sus faltas este año fue permitir que se aprueben impuestos por el ministerio de la ley en lugar de debatir y decidir sobre un tema tan importante. El Ejecutivo ha mantenido su línea de ataque y subestimación de la Asamblea, anunciando de frente que utilizaría sus facultades de veto para zanjar los debates en que su opinión difiere de la de la mayoría legislativa.
Pero el más vergonzoso de los papeles lo ha jugado este año la Corte Constitucional, que teniendo grandes facultades para convertirse en garante de la Constitución no ha cumplido su papel, desde sus resoluciones sobre la Consulta Popular, pasando por cuestionadas sentencias en casos particulares; su indiferencia cuando se exige revisar actos del Ejecutivo o Legislativo contrasta con su sorprendente celeridad para atender los pedidos del Ejecutivo. La excepción a esta regla, su pronunciamiento en el caso de El Pambilar.
Una de las señales de la existencia de un Estado de Derecho es que el poder esté sometido a la ley y esta es la hipótesis que se encuentra en duda. Uno de los ejemplos más evidentes (y más contradictorios en un gobierno progresista) es la utilización de la figura de la «renuncia obligatoria» negada expresamente por la Asamblea Nacional el 29 de septiembre del 2010 y cuya constitucionalidad sigue pendiente de resolución. El gobierno ha justificado este despido diciendo que se trataba de funcionarios públicos corruptos lo que con más razón exigiría que lo hagan cumpliendo con el debido proceso. Los más escandalosos de estos despidos fueron los realizados, con auxilio de la Policía, en hospitales y centros de salud de los que se separaron a especialistas que no han podido ser reemplazados.
Crecimiento económico, ningún cambio en la matriz productiva y una economía hiperconcentrada
Así se puede resumir el dilema sobre el «desarrollo» que vive el Ecuador. Las cifras macroeconómicas nos hablan de un Ecuador que ha logrado superar la crisis financiera de los noventa y el sector financiero es el de mayores utilidades en este periodo. Cerraremos el 2011 con un crecimiento económico del 8% según la CEPAL y una inflación del 5,5% según el INEC. Según el Banco Central, la deuda pública hoy estaría alrededor del 15% del PIB.
Según el Banco Central, los ingresos del Gobierno en el 2006 fueron 6.895 millones de dólares. En el 2011 han sido aproximadamente 15.424 millones de dólares. En este contexto, el «regreso del Estado» se sostiene principalmente por la recaudación tributaria, el precio del petróleo -incluida la participación sobre los excedentes- y la negociación que se realizó luego de negar el pago de parte de la deuda pública.
La participación del Estado en la economía se duplicó en este período convirtiéndose en el principal motor de la economía. Desde el 2007 hasta el 2010, la pobreza bajó 5,2 puntos (INEC) aunque muchos analistas coinciden en que la cifra no es tan alta como podría esperarse en relación al tamaño de las inversiones realizadas, el país invierte sobre el 8% del Producto Interno Bruto en lo social, lo que representa más del 20% del Presupuesto General del Estado (respecto del PIB casi se ha duplicado aunque los porcentajes de un Presupuesto que obviamente también ha crecido, son casi los mismos).
No se ha logrado generar una estructura laboral que ofrezca empleos fijos de largo plazo pues las cifras de subempleo sufren casi un estancamiento desde el 2006 (al 2010 sigue siendo el 40% de la población económicamente activa). En comercio exterior, el Ecuador experimentó en estos años una mayor dependencia de las materias primas y, escasa o nula diversificación de las exportaciones. En líneas generales se puede hablar de una potencial reprimarización de la producción. Queda pendiente el desafío de transformar la matriz productiva nacional.
Según el censo económico el 90% representa negocios de comercio (entre los cuales la gran parte son servicios), apenas el 10% produce valor agregado. El mismo censo nos entrega el dato preocupante de que el 98% de los establecimientos no son sostenibles en el mediano plazo. La buena noticia: el 55% de negocios es manejado por mujeres.
Un errático manejo de las relaciones internacionales
La Cancillería ecuatoriana no ha podido definir con exactitud cuál es la política nacional en materia de comercio exterior y como se integra dentro del objetivo principal que se ha propuesto el gobierno: la afirmación de la soberanía e intereses nacionales.
Aunque durante el 2011 se resolvió la tensión política y comercial que manteníamos con Colombia, la diplomacia nacional tuvo que hacer frente a la decisión más radical tomada por ninguno de los afectados por la filtración de correspondencia interna del Departamento de Estado de los EEUU. El Ecuador se convirtió en el país que más en serio se tomó la filtración de los Wikileaks, no en el sentido de investigar su contenido sino que expulsó del país a la embajadora de los Estados Unidos. La respuesta en reciprocidad fue la expulsión de nuestro embajador en Washington y aunque el Presidente Correa anunció que «…van a venir retaliaciones de los Estados Unidos, porque así es la política imperial, prepotente…» las relaciones comerciales no variaron, el ATPDA fue renovado y la moneda del Ecuador sigue siendo el dólar americano. Aún no se han restablecido relaciones diplomáticas, ni la embajadora nombrada por el Ecuador ha recibido el beneplácito.
No hay avances significativos en la apertura de nuevos mercados ni una política de comercio exterior que vaya más allá de la coyuntura política.
Mientras el mundo entero ponía sus ojos en las llamadas primaveras árabes (nos referiremos a ellas más adelante), el Estado ecuatoriano guardó silencio y luego terminó apoyando a las dictaduras. En el caso específico de Liba al desconocer al gobierno de transición y en el caso de Siria votando en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que condenaba «las violaciones extendidas, sistemáticas y flagrantes» de los derechos humanos y las libertades fundamentales (Ecuador votó en contra, junto a Cuba, Rusia y China frente a 37 votos a favor). Sorprendente la posición del Ecuador fue respaldar las dictaduras en Medio Oriente en el momento en que esos gobiernos asesinaban a sus conciudadanos manifestantes. Pero lo más preocupante en el campo de la política internacional es el cuestionamiento sistemático del gobierno al Sistema Interamericano de protección de Derechos Humanos; en dónde se encuentre ubicada la Comisión o la Corte es lo de menos; lo realmente grave es cuestionar a un tribunal supranacional de derechos humanos por haber aceptado tratar la situación del derecho a la libertad de expresión en el Ecuador, sobretodo en relación al proceso judicial contra Diario El Universo. Para la lógica del estado ecuatoriano, es decir, para su Presidente, este simple hecho se ha convertido en un atentado contra la soberanía del país. Asusta el desconocimiento del Presidente y el Canciller frente a un sistema que nació como mecanismo de protección ante las dictaduras militares que azotaban Latinoamérica en los 70s. El único gobierno de la región que llegó a plantear la salida de la Convención Americana de Derechos Humanos fue el de Fujimori cuando sus brutales violaciones de derechos empezaron a ser condenadas.
No se pueden dejar de señalar avances, al menos en lo que a intención política se refiere, en el proceso de integración latinoamericana. La búsqueda de una nueva institucionalidad regional (CELAC, UNASUR, etc.) es una de las muestras de esta nueva voluntad que necesita encontrar concreciones en el futuro inmediato.
Más dinero que nunca en salud y educación ¿y los resultados?
El gobierno se ha propuesto realizar una gran inversión en salud y lo ha hecho, pero ha demostrado que sin planes, programas y una institucionalidad ordenada los resultados no son los esperados.
Aún no alcanzamos la inversión del 4% del PIB en salud, que es el promedio en Latinoamérica, pero es innegable la cantidad de dinero invertida en el sector, por eso parece paradójico que precisamente el año que vivimos la emergencia del sector y de un millonario desembolso, sea también el año en que mueren recién nacidos por falta de control y regulaciones del MSP; más de 50 personas muertas y cientos de ciegos y afectados por intoxicación con metanol y un rebrote de sarampión luego de una década de ausencia (la mitad de los casos de sarampión en el Ecuador se dieron en niños menores de 5 años, es decir niños que nacieron en época de la revolución ciudadana).
Aunque el anuncio sea del Cholito y Bonafont, no es suficiente el monto de la inversión para saber el éxito de la intervención en salud. Se debe fortalecer las formas de vida saludable, la prevención y la atención primaria y en centros de salud comunitarios antes de hospitales ambulantes en los parqueaderos de hospitales desbordados, atendiendo consulta general con especialistas. El fallido intento de gestionar los bancos de sangre gestionados por la Cruz Roja, es uno de los ejemplos de las deficiencias en la institucionalidad del sistema de salud.
No se comprende que por un lado se saque a profesionales con piquetes de policías mientras se proponen programas de técnicos en salud con requisito de bachillerato. En resumen: la muy importante inversión en salud no se refleja en los resultados esperados.
La gran vergüenza de este año para el sistema de salud (aunque Fiscalía, CONSEP y otras instituciones comparten la responsabilidad) es no haber podido enfrentar con firmeza la brutal realidad de las clínicas de «rehabilitación» de homosexuales. Verdaderos centros de violación de derechos (retención ilegal, maltrato, tortura, abuso sexual) que siguen funcionando a vista y paciencia de las autoridades.
En el caso de la educación se debe reconocer también una importante asignación de recursos, aunque los resultados finales nos siguen mostrando los pendientes: el promedio de años de estudio de la población ecuatoriana no alcanza los 9 años. Esto significa que tenemos más de 5 millones de personas que no han concluido la educación básica o el bachillerato, mientras la constitución 2008 habla ya de la obligatoriedad hasta el bachillerato. 6 de cada 10 personas mayores de 12 años ha concluido la primaria; 5 de cada 10 mayores de 15 años ha concluido la básica, y 4 de cada 10 mayores de 18 años ha concluido el bachillerato. Los sectores rurales y particularmente indígenas son quienes menor acceso educativo registran. Se debe reconocer una gran cantidad de recursos asignada para estudios de postgrado, de la mano con una política de mejoramiento de la calidad del sistema universitario.
¿Y la matriz energética?
El país del Buen Vivir planificado desde la constitución de Montecristi , exigía dar pasos en firme para cambiar la matriz energética y convertir al Ecuador exportador de materias primas en un país productor de bienes y servicios, con ciencia y tecnología enfocada principalmente a la gestión del país más mega-biodiverso del mundo. En el 2011 se ha planteado una nueva ronda petrolera y una propuesta de explotación minera que profundizan el modelo extractivista sin que se vea despegar a los otros sectores que permitan diversificar nuestra economía. Haciendo un análisis responsable, el principio que debería regir para el usufructo de este tipo de recursos es que esta generación trate de heredar el mayor porcentaje de este patrimonio no renovable a las futuras generaciones. El ejercicio de cualquier gobierno progresista y consecuente sería explotar la menor cantidad posible y obligarse a ser lo más responsable y eficiente con los recursos económicos obtenidos.
El proyecto del Yasuní ITT ha sido el proyecto emblemático más significativo en esta apuesta de cuestionar el modelo, pero tampoco parece poder alcanzar las metas obtenidas. No es clara una voluntad única en el gobierno para evitar la explotación de esta zona y estos mensajes equívocos y contradictorios han golpeado la credibilidad y expectativa que se generó cuando el proyecto fue presentado a la comunidad internacional. Ojalá estemos todavía a tiempo de convertir a este proyecto en un mensaje y una apuesta distinta.
El pronóstico para el 2012 de un conflicto social sin precedentes sobre todo en las provincias de Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe ojalá se quede solo como frase escrita en este texto.
En el mundo dos grandes acontecimientos: la búsqueda de democracia en el mundo árabe y el desplome de un sistema con la crisis financiera mundial
Las primaveras árabes: en menos de un año, un viento de libertad y de cambio sopló sobre muchos países árabes barriendo a su paso con varias de las dictaduras más añejas de la región: Ben Alí en Túnez, Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia y Saleh en Yemén, después de períodos de gobierno que iban de 23 años para Ben Alí hasta 41 años para Gadafi. Mientras tanto, el régimen de Bachar Al-Assad se tambalea en Siria. En Marruecos, las manifestaciones llevaron al rey a reformar la Constitución y a convocar elecciones anticipadas.
Las manifestaciones masivas que precipitaron la caída de varias dictaduras del mundo árabe respondieron al descontento por la delicada situación económica, la corrupción generalizada y la falta de libertades. La juventud educada, abierta al mundo, rebelde, que había vivido toda su vida bajo regímenes autoritarios, buscó medios alternativos para consolidar su poder de convocatoria, en países cuya población es muy joven. Las nuevas tecnologías desempeñaron un papel primordial en la movilización.
Los procesos de transición han sido distintos en cada país, mientras Túnez instaló una Asamblea Constituyente luego de un proceso electoral, el gobierno militar de Egipto continúa siendo blanco de duras protestas. Al parecer los partidos islamistas serán los primeros beneficiarios en sistemas políticos precarios y en construcción; desde una mirada de respeto a los derechos humanos y, en particular, a los derechos de las mujeres y de las minorías religiosas esta es una realidad que provoca algunas preocupaciones, el tiempo nos dirá cual es el camino que estos pueblos eligen en la definición de su propia historia. Las revoluciones árabes aún no han llegado a su término y la democracia es un objetivo complejo y un sistema en permanente construcción, como nosotros mismo lo hemos aprendido.
Crisis Financiera Internacional
En las dos últimas décadas se han experimentado secuencias de crisis, y desde septiembre del 2007, la burbuja inmobiliaria y la especulación de precios del mercado financiero han impactado a la economía real, y sus efectos se expresan en la disminución del PIB, de la balanza de pagos, incremento del desempleo, inflación, aumento de la pobreza, y problemas de liquidez sobre todo en las economías de EEUU y Europa.
En el 2011 se agudizó la crisis en Grecia, Irlanda y Portugal. En Italia la crisis obligó a la dimisión de Berlusconi, mientras España también experimentó graves problemas de desempleo, una preocupante situación fiscal, un nivel de deuda del 64% y un déficit superior al 9%. El descontento de la población española se expresó en grandes movilizaciones y -gran paradoja- un proceso electoral del que resultó triunfadora la derecha aliada de los poderes fácticos corresponsables de la crisis.
Las buenas noticias
Para nosotros, como Ruptura, este ha sido un año de mucho trabajo, de esfuerzo y también de la alegría de sabernos juntos en nuestros principios. Terminamos el año a punto de convertirnos en movimiento político nacional y enfrentar nuevos desafíos; con inmensa gratitud a quienes confían en nosotros. Nuestro compromiso para el 2012: más diálogo, más propuestas, más inclusión, más democracia, para estar a la altura de la gran tarea que nos hemos propuesto.
Y en época de evaluar y buscar nuevos objetivos celebramos la alegría de vivir en un mundo en permanente cambio y búsqueda; en un país que lucha por la justicia pues sabe que la merece; por eso debemos terminar subrayando grandes conquistas alcanzadas este año:
– Frente a la violenta represión de los gobiernos árabes, el valor de sus ciudadanos; mujeres que fueron sometidas a «pruebas de virginidad» por el Ejército egipcio y que continuaron y continúan en las calles exigiendo derechos.
– Frente a la inacción estatal por las «clínicas» de reclusión de personas homosexuales, el valor de la sociedad civil y en particular de las mujeres lesbianas, para hacer pública esa dolorosa realidad y para exigir al Estado ecuatoriano sanción y reparación.
– Frente a un discurso político homofóbico y la ausencia de políticas de igualdad para este sector, el valor de Janeth Peña que abrió el camino para que la seguridad social reconozca los derechos de todas las parejas en el Ecuador.
– Frente a la impunidad y la desmemoria, María Fernanda Restrepo que con su Corazón en el Yambo nos obliga a recordar lo que fuimos y preguntarnos si lo seguimos siendo.
– Frente a la desesperanza y la injusticia miles de soñadores y soñadoras que creen que es posible transformar la realidad y lo intentan todos los días!
Nota: Ruptura de los 25 es un movimiento político ecuatoriano que estuvo aliado del Movimiento Alianza País del que se distanció hace pocos meses.