Ni siquiera hace falta apagar la televisión para encontrar las diferencias. Lo virtual acaba con el último anuncio, ese, por ejemplo, del Ministerio de Defensa del Gobierno de España en el que un mando militar nos invita a imaginarnos en Afganistán: «calor, tensión…estamos allí para dar seguridad y formar a su ejército». Claro que, no […]
Ni siquiera hace falta apagar la televisión para encontrar las diferencias. Lo virtual acaba con el último anuncio, ese, por ejemplo, del Ministerio de Defensa del Gobierno de España en el que un mando militar nos invita a imaginarnos en Afganistán: «calor, tensión…estamos allí para dar seguridad y formar a su ejército». Claro que, no siempre el calor y la tensión son los únicos inconvenientes: «Aquel día protegíamos un lugar clave por donde pasa la ayuda humanitaria. Empezamos a recibir fuego, respondimos, y nos enviaron los helicópteros pero di la orden de no abrir fuego aéreo, porque podría haber muerto algún civil. Fueron horas duras pero supimos reaccionar y no sufrimos bajas. El mérito no es sólo mío, es de cada soldado, de cada mando intermedio, de todo el equipo que formamos la familia militar».
Terminado el anuncio, lo virtual da paso a la realidad y el informativo nos cuenta: «Doce niños y dos mujeres mueren en Afganistán luego de ser bombardeados por aviones de la OTAN».
Según ha declarado John Toolan, jefe de la misión de la OTAN en el suroeste de Afganistán, «la coalición se toma muy en serio cada herido o muerte de civiles y tratará de prevenir en el futuro este tipo de incidentes». Junto a las disculpas de rigor por el error acostumbrado, la OTAN refiere que «al ser atacada una patrulla por cinco insurgentes que se habían atrincherado en una casa, solicitaron ayuda aérea para neutralizar el ataque. Por desgracia, tras el ataque se descubrió que era, en realidad, la casa de civiles inocentes».
La OTAN también afirma que está llevando a cabo «una investigación exhaustiva para determinar los detalles exactos que provocaron el incidente» y ofrece sus «sinceras disculpas a los familiares y amigos de los muertos».
Apenas dos días antes, en un ataque similar, la OTAN había provocado la muerte de 20 civiles.
Una vez concluida la dosis informativa de realidad, así esté salpicada de «incidentes», «errores» y «disculpas», retorna lo virtual a la pantalla: «Fuerzas Armadas. ¡El valor de servir! Gobierno de España».
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