Se da el caso de que hace sólo cuatro decenios aún había un contexto mundial completamente diferente, en el que la ONU aún apostaba por una puesta en práctica de la desnazificación universal. Eran tiempos en los que aún se reconocía ala Unión Soviética como principal vencedor contra el nazismo hitleriano, por lo que se animaba a la Unión Soviética a que, “si fuera necesario, emprendiera el uso de la fuerza contra el resurgimiento del nazismo”, algo que le correspondía especialmente a la URSS por haber sido la pionera en la victoria de los aliados en contra del nazismo en la Segunda Guerra Mundial. A continuación, incluyo un extracto de un artículo del diario público cuya autoría es de Augusto Zamora, R, titulado “El síndrome de Normandía y la Europa cautiva”. Un artículo que hace comprender, con sentido de memoria histórica, la enorme y admirable preponderancia de la Unión Soviética en cuanto a la victoria sobre el nacismo hitleriano. Una preponderancia tan grande como la sucia preponderancia de hoy por parte de los EE. UU. sobre la organización ONU.
“En junio de 1944 se produjo el desembarco angloestadounidense en las playas de Normandía. Ningún otro episodio de la II Guerra Mundial ha sido tan insistentemente conmemorado, alabado, homenajeado y jaleado de mil formas, desde el cine a los discursos. A tal punto ha sido glorificado, que ese desembarco ha quedado, en el imaginario colectivo europeo occidental, como ‘el’ episodio que decidió la II Guerra Mundial, de lo que resultaba que EE. UU. había ganado la guerra y salvado a Europa, de los nazis (y de los soviéticos). Pero para ese junio de 1944, el Ejército Rojo ya había destruido el espinazo desde ejército nazi, de Stalingrado a Kursk. Porque, entre julio y agosto de 1943, en Kursk, se enfrentaron 3 millones de soldados soviéticos, 6.000 tanques y 5.500 aviones, en una de las mayores batallas de la historia mundial, con victoria contundente del Ejército Rojo. […]En Normandía, sólo hubo unas 7.000 embarcaciones que transportaban a 156.000 soldados […] La victoria soviética permitió lanzar una ofensiva abrumadora sobre Alemania. En junio de 1944, la Operación Bagratión terminó con la mayor derrota militar de la historia alemana. Cerca de medio millón de soldados germanos perecieron y el Cuerpo Central de la Wermacht fue destruido. Berlín estaba a un paso. El 12 de enerode1945, el Ejército Rojo penetró en Alemania, mientras las fuerzas angloestadounidenses habían sido detenidas en las Árdenas, en Bélgica. A finales de enero, millón y medio de soldados soviéticos empezaban a desplegarse en torno a Berlín. El 2 de mayo de 1945, el general Weidling se rindió Berlín ante el mariscal soviético Zukov”[1].
También es cierto que el mayor genocidio de la historia se cometió contra el pueblo soviético, en el que perdieron la vida 22 millones de soviéticos. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se creó el Tribunal de Nüremberg para castigar a los nazis y filo nazis; y muchas de las resoluciones del Tribunal fueron incluidas por la ONU en su Carta Magna. Entre ellas una que dice: “la Unión Soviética tiene el derecho y ‘la obligación’ de castigar y anular, por los medios que fueran, a los movimientos nazis en donde se encuentren”.
Por ejemplo, los artículos 106 y 107 de la Carta Magna de la ONU otorgan, concretamente, a la Unión Soviética, la ganadora de la Segunda Guerra Mundial, el derecho a tomar todas las medidas, incluidas las militares, contra Alemania, Hungría, Austria, Rumania, Bulgaria, Finlandia, Croacia, Eslovenia, República Checa, Letonia, Estonia, Lituania y Ucrania u otros territorios por intentos de revivir el nazismo y a aquellos que deseen revisar los Acuerdos de Yalta, realizados en la Cumbre de Crimea, que entonces eran territorios legítimos de la Unión Soviética (hoy Federación de Rusia), que fue la principal vencedora, sin duda, de la Segunda Guerra Mundial contra el nazismo, por eso la reunión de los acuerdos se celebró allí, en Crimea (Ucrania).
Los artículos 106 y 107, mencionados, tenían como misión evitar acciones nazis destinadas a repetir los holocaustos de la Segunda Guerra Mundial. hoy la Federación Rusa y su mandatario Vladimir Putin, como herederos legítimos de la Unión Soviética, tienen todo el derecho de “llegar al uso de la fuerza militar” contra estos países o territorios. Y según los acuerdos de la ONU, en su momento, para el “uso de la fuerza militar” contra el nazismo ucraniano, basta notificar a los otros tres países aliados, no siendo necesario a posterior el obtener su aprobación para accionar.
Pero pronto, la envidia y la manía de la hegemonía de los EE. UU., así como su aumento constante en influencia sobre la ONU, de la cual tanto presumía el presidente Harry Truman, cuando dijo así de descaradamente al leer en público su Doctrina Truman «Estados Unidos ha tomado parte preponderante en las Naciones Unidas…», convirtió a los mayores héroes y mayores víctimas de la Segunda Guerra mundial en terroríficos culpables que había que perseguir satanizar y atacar con la OTAN.
Y ya EE. UU. ha conseguido con la ayuda de su ahijada la ONU que ésta, en la Asamblea General de 2022, apruebe una resolución de condena a la Federación de Rusia por invasión de Ucrania, por la que deberá pagar los daños causados en territorio ucraniano. Una vez más el doble rasero de la ONU dominada por los EE. UU. y los mandatarios de los países neocolonialistas.
Cinismo total. Los que tenían la misión de castigar al nazismo, hoy resulta que son castigados por los neonazis, y además dicho en la sede de la ONU.
¿Cuántas veces ha pagado EE. UU. por los infinitos daños en bienes materiales y en vidas ocasionados por sus constante guerras? [2]
Pero hoy, debido a esta inacabable sarta de traiciones, engaños, manipulaciones y satanizaciones, la opinión pública, convertida en opinión mediática, zombificada y nazificada (sin enterarse) por el nazismo histórico de los EE. UU. y por el monopolio de su “prensa libre” y el de la distracción: “no sabe no contesta”, “solo sabe que Putin es muy malo”.
Notas:
[1]Tomado del articulo “El síndrome de Normandía y la Europa cautiva” Augusto Zamora R., publicado el 24-Jul-2022.
[2]En un informe del 5 de febrero del 2002, de la biblioteca del congreso de EE. UU. fueron cotejados más de 300 invasiones (o intentos de invasiones) por parte de los EE. UU. desde la Segunda Guerra Mundial
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.