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Los científicos sociales, el 3% y el misterio de la Santísima Trinidad

Fuentes: Rebelión

El asunto debería hacer las delicias de los historiadores, sociólogos y filósofos de la ciencia. Da para 15 o 20 tesis doctorales complementarias y, cuanto menos, para unos 25 programas de investigación doctoral. ¿Recuerdan aquel viejo asunto del 3% de déficit público, tan criticado en su día, a principios de los noventa, por sectores afines […]


El asunto debería hacer las delicias de los historiadores, sociólogos y filósofos de la ciencia. Da para 15 o 20 tesis doctorales complementarias y, cuanto menos, para unos 25 programas de investigación doctoral.

¿Recuerdan aquel viejo asunto del 3% de déficit público, tan criticado en su día, a principios de los noventa, por sectores afines o no tan afines a Izquierda Unida que fueron tildados de antieuropeístas, izquierdistas y trasnochados por gentes tan serias, puestas e informadas como don Felipe ex Gas Natural, un 3%, decía, tomado e impuesto a la ciudadanía como regla de oro, seria, rigurosa, positiva, indiscutible, que se dio el gobierno del «socialista» François Mitterand, el mismo porcentaje que fue recogido tiempo después en el no menos serio, científico y riguroso Tratado de Maastricht?

El admirable y nunca suficientemente reconocido científico social, gran economista, que se sacó aquella, digamos, inconmensurable estupidez que estrangula economías, asesina lo público y ayuda a condenar a millones de ciudadanos/as a la miseria o al empobrecimiento creciente, sigue añadiendo detalles, nos sigue dando pistas e informaciones sobre el contexto de descubrimiento (y de justificación) de la gran fórmula de política económica científica.

¿Cómo lo decidieron? Pues así de sencillo: en un mesa, en una hora, sin ninguna reflexión teórica. Sin papeles, sin papers molestos, sin libros de referencia que exigen lectura y tiempo. Necesitaban «algo sencillo». ¿Y por qué el 3%? ¿En qué se inspiraron? Vale la pena tomar nota: en que el 3% recordaba la Trinidad, el misterio de la Santísima Trinidad. ¿Que he enloquecido, que no es posible, que no puede ser, que no me entero de nada? Pues lean, lean, aquí les dejo la referencia:

http://www.ilsole24ore.com/art/finanza-e-mercati/2014-01-29/parla-inventore-formula-3percento-deficitpil-parametro-deciso-meno-un-ora-102114.shtml?uuid=ABJHQ0s

Por otra parte, el brillante historiador Giaime Pala ha señalado otra cara de esta monstruosa moneda que engulle pueblos, conquistas y libertades duramente conseguidas «Lo peor es que, como se dice al final del artículo, los tecnócratas de Bruselas se han inspirado en ese famoso 3% descartesiano para imponer ahora en los nuevos Tratados algo peor: el 0,5 déficit (que, con la reforma del artículo 135 de la Constitución, España deberá alcanzar en 2020). Como justamente se pregunta Le Parisien: «¿Y por qué no el 1 o el 2%? Nadie lo sabe». ¿Estará inspirado ese 0,5 en las lógicas multivaloradas? Ni verdadero, 1, ni falso, 0, la mitad digamos. 0,5.

¿Y ya está?, ¿tanto da?, ¿no pasa nada? La vida es bella y sigue su curso. No, en absoluto, pasan muchas cosas. Sufrimiento social, desigualdades insoportables, empobrecimiento de la población más vulnerable (millones de niños por ejemplo), contrarreformas laborales, liquidación por derribo de los demediados Estados de bienestar realmente existentes, desempleo insoportable, etc. Y todo ello con la ayuda de sesudos científicos sociales que nunca toman decisiones sin fundamento y a la buena de Dios. Ellos, por supuesto, no practican la ideología ni siquiera la numerología y mucho menos la teología dogmática. No, ellos son científicos con justa y abonada pulsión poliética que estudiado en lugares e instituciones muy serias, con muchos Premios Nobel de Economía en su amplia mochila.

Salvador López Arnal es nieto de José Arnal Cerezuelo, cenetista aragonés asesinado en el Camp de la Bota de Barcelona, en mayo de 1939, por defender la Segunda República de todos los pueblos de España.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes