Lejos de amparar y proteger a los habitantes de nuestro planeta, Estados Unidos, sus aliados «estratégicos» y sus compinches de la derecha latinoamericana e internacional, lo que vociferan y defienden en realidad son los «derechos de los inhumanos». Cómo es posible que Washington y sus partidarios se atrevan a hablar de derechos humanos (DDHH) si […]
Lejos de amparar y proteger a los habitantes de nuestro planeta, Estados Unidos, sus aliados «estratégicos» y sus compinches de la derecha latinoamericana e internacional, lo que vociferan y defienden en realidad son los «derechos de los inhumanos».
Cómo es posible que Washington y sus partidarios se atrevan a hablar de derechos humanos (DDHH) si diariamente los violan desencadenando guerras, agresiones, bombardeando hospitales por «error», masacrando civiles, explotando a obreros y campesinos, haciendo recortes sociales y negando la salud pública, la educación y hasta el agua potable a poblaciones enteras.
Más de un millón de personas han muerto en Irak por la invasión norteamericana y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de ese país y cientos de miles en Siria, Afganistán, Libia, Palestina y en otras naciones por similares arremetidas castrenses.
Qué derechos humanos pueden resguardar las administraciones norteamericanas y los gobiernos conservadores a su servicio si poco les interesa que millones de emigrantes sean discriminados y tratados como esclavos o mueran en su intento de llegar a otro país huyendo de conflictos provocados desde el Norte.
Cómo pueden acusar a naciones progresistas de violar los derechos de los seres humanos si destinan cantidades opulentas de dinero a la construcción de muros y militarizan las fronteras terrestres y marítimas para impedir el arribo de los migrantes en vez de usar esas sumas en ayudar y cooperar con las regiones más pobres del Sur.
Cuba desde hace más de 50 años ha sido denunciada por la Casa Blanca de violar los DDHH, sin embargo es considerada la nación más solidaria del mundo por la colaboración médica, educativa, deportiva y cultural, entre otras, que ha ofrecido a millones de hombres y mujeres necesitadas de este planeta sin pedir nada a cambio.
La mayor de las Antillas ha brindado lo poco que tiene, no lo que le sobra, como ha reiterado el presidente boliviano Evo Morales, y lo ha hecho en medio del bloqueo económico, comercial y financiero que aún le impone Estados Unidos, una de las más flagrantes violaciones de los DDHH de la historia de la humanidad.
Con qué moral pueden hablar Washington y sus secuaces si sus actuaciones siempre han sido inhumanas, carentes de los más elementales principios de los DDHH: Que todos vivamos como humanos, en paz y fraternidad.
El concepto de DDHH pregonado y utilizado por los regímenes norteamericanos, sus aliados y las oligarquías, no es otra cosa que una manipulación engañosa para mantener acosados a quienes verdaderamente defienden a los pueblos.
Dejen de mentir para proteger los «derechos de los inhumanos», que son sus mercenarios, sus terroristas y la derecha recalcitrante y corrupta, a quienes únicamente el imperio favorece para conservar su hegemonía.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.