El giro inesperado dado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su conducta hacia Cuba ha dejado descolocados a no pocos malintencionados, y también a ingenuos, quienes elucubran menospreciando al pueblo y gobierno de la mayor de las Antillas, que son ejemplos de resistencia y dignidad para el mundo. Cierto es que el […]
El giro inesperado dado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su conducta hacia Cuba ha dejado descolocados a no pocos malintencionados, y también a ingenuos, quienes elucubran menospreciando al pueblo y gobierno de la mayor de las Antillas, que son ejemplos de resistencia y dignidad para el mundo.
Cierto es que el cambio de postura del actual inquilino de la Casa Blanca sorprendió a casi todos, incluidos a sus «aliados» de la Unión Europea (UE) y a sus monigotes de la derecha recalcitrante latinoamericana, que todavía permanecen anonadados, pero tratan de buscar la llamada «quinta pata al gato».
Esos perversos e incontinentes verbales, que se autotitulan analistas o expertos, hablan o escriben desesperados, en la denominada «gran prensa», sobre el «fin de la Revolución Cubana», y hasta incluso de que la nación caribeña puede convertirse en otro Puerto Rico de Estados Unidos. Ridículo eh?
Tales malintencionados, pero al mismo tiempo ilusos, reiteran asimismo, con todo propósito, que Cuba ha dejado sola a Venezuela, al llegar al acuerdo con Washington de restablecer las relaciones bilaterales, una nueva campaña mediática fabricada en Miami y en Europa para intentar dividir a los pueblos de la Patria Grande.
El presidente Raúl Castro reiteró la histórica posición de su país en su intervención el pasado sábado ante el Parlamento cuando subrayó: «No debe pretenderse que para mejorar las relaciones con Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo, por las que su pueblo ha derramado mucha sangre y ha corrido los mayores riesgos».
Se refirió especialmente a los vínculos que mantiene la Isla con Venezuela, sobre los cuales enfatizo: «…le seguiremos brindando apoyo frente a los intentos de desestabilizar al gobierno legítimo que encabeza el presidente Nicolás Maduro, y rechazamos las pretensiones de imponer sanciones a esa hermana nación».
Más claras que el agua las precisiones de Raúl, sin embargo, hay quienes las eluden para crear discrepancias en Latinoamérica y el Caribe, y sobre todo agredir a la Revolución Bolivariana.
Otros, con inocencia o lobos vestidos de «caperucitas rojas», se hacen eco de las manipulaciones, echándole leña a otra campaña desatada contra la integración de la Patria Grande.
Cabrían entonces una afirmación y una interrogante: Cuba es el único país de su región que no tiene nexos diplomáticos con Washington. ¿Por qué no podría tenerlos?
Los artífices de las nuevas intrigas pretenden desconocer o subestimar públicamente a los cubanos y a sus dirigentes, sabiendo muy bien que han mantenido viva por 56 años su Revolución, a pesar del todavía arreciado bloqueo, acciones terroristas, y el constante asedio de su vecino del Norte.
Parafraseando al Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, los habitantes de la Isla reafirman en actos públicos: ¡Que lo sepan los nacidos y los que están por nacer, los cubanos nacieron para vencer y no para ser vencidos!
Como reza un refrán popular, a buen entendedor con pocas palabras basta.
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