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Los dos creadores del Dogma, de nuevo juntos en ‘Querida Wendy’

Fuentes: La Vanguardia

 Thomas Vinterberg se ganó el prestigio internacional con su película Celebración,una de las más destacadas del movimiento Dogma, del que el director danés es cofundador. Su compañero y líder en aquella aventura, el cineasta Lars von Trier, le acompaña ahora de nuevo en este proyecto, un drama sobre jóvenes obsesionados por las armas. Von Trier […]

 Thomas Vinterberg se ganó el prestigio internacional con su película Celebración,una de las más destacadas del movimiento Dogma, del que el director danés es cofundador. Su compañero y líder en aquella aventura, el cineasta Lars von Trier, le acompaña ahora de nuevo en este proyecto, un drama sobre jóvenes obsesionados por las armas. Von Trier es el guionista y Vinterberg el director de esta película, realizada con dinero de Dinamarca, Francia, Alemania y el Reino Unido, y protagonizada por Jamie Bell (Billy Elliot)y Bill Pullman.

La historia está ambientada en Estherslope, un deprimido pueblo minero del sudeste de Estados Unidos. Allí vive Dick, un joven pacifista que un día encuentra un revólver y descubre la gran atracción que el arma ejerce sobre él. Con la ayuda de un amigo, convence a otros chicos para formar un club secreto llamado Los Dandies,donde sólo caben pacifistas apasionados por las armas. La regla más importante del club es la de no sacar jamás un arma, pero, como todo el mundo sabe, las reglas están hechas para saltárselas.

«Al leer el guión se me ocurrió que era un drama clásico que da que pensar. La mayoría del mundo occidental se considera pacifista con armas. Desde que empecé a trabajar en la película me he enfrentado a pensamientos y emociones perturbadoras referentes a la atracción por las armas», escribe en las notas de producción el director, que aceptó dirigir el filme antes de leer la historia.

Ambos se lanzaron a esta aventura casi sin saber nada de armas, sólo con la escasa experiencia que los europeos tienen de ellas. «Nunca cogí una pistola hasta que estuve en la Escuela de Cine – dice Lars von Trier-. No se nos permitía rodar con armas auténticas, así que decidí hacerlo. Pero nunca he disparado una, aunque he disparado con rifles y fusiles».

«También disparé un arma de fuego por primera vez en la Escuela de Cine – añade Vinterberg-. Aunque no sean reales, tienen bastante retroceso. Una vez intenté ir de caza con un rifle, pero no cacé nada. Un pájaro me pasó justo encima, pero había olvidado quitar el seguro. Me crié en una comuna, así que nunca tuve un arma de juguete. Eso sí, los actores y yo hicimos prácticas de tiro para la película. Es extraño, disparar produce una emoción muy peculiar. Casi diría que es adictivo». Y sobre esa extraña adicción se sostienen los personajes de esta película que, aunque ambientada en EE. UU., se rodó en las afueras de Copenhague.