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Cronopiando

Los «ex» que son y los «ex» que nunca más

Fuentes: Rebelión

No puedo creer que sea casual que en mentideros como Antena-3, Tele-5, El Mundo, El País y demás prensa canallesca, que diría Fraga si todavía le quedaran facultades mentales al senador, se produzcan tantas y tan comunes coincidencias al referirse a Ollanta Humala o al propio Hugo Chávez como ex militares golpistas. Porque no hay […]

No puedo creer que sea casual que en mentideros como Antena-3, Tele-5, El Mundo, El País y demás prensa canallesca, que diría Fraga si todavía le quedaran facultades mentales al senador, se produzcan tantas y tan comunes coincidencias al referirse a Ollanta Humala o al propio Hugo Chávez como ex militares golpistas.

Porque no hay referencia, mención, comentario que se haga sobre los mismos, por más discreto que sea, que no vaya acompañado de su correspondiente e inevitable coletilla… «el ex militar golpista».
Y aunque bien podría discutirse sobre las circunstancias en que Humala y Chávez protagonizaron sus golpes, sobre la vergüenza de la Venezuela de Carlos Andrés Pérez y del Perú de Fujimori, verdad es que ambos, siendo militares, protagonizaron golpes de Estado y que, por lo tanto, son ex militares golpistas.
Lo que me admira es que esos medios que tan buena memoria demuestran para los casos del peruano y el venezolano, padezcan tan acusadas amnesias con respecto al amplísimo catálogo de presidentes, políticos, empresarios y demás eméritos representantes del orden que, dicho sea de paso, no sólo tienen pasado sino que, incluso, todavía viven en él.
Y aunque sólo sea por la justa distribución del pasado, confieso que sigo a la espera de que esos medios hagan extensiva a los demás su costumbre y así, cuando se refieran a George W. Bush nunca olviden aludir a él como ex cocainómano o ex alcohólico, entre otros sobresalientes rasgos de un pasado que, temo, no está tan lejos.
Y que cuando citen a Rumsfeld, no vayan a omitir su condición de ex torturador y ex psicópata, caso de que ya haya abandonado esa práctica y condición.
Y que si hablan de Richard Cheney, ex director de la empresa de mercenarios KBR y ex director de Halliburton, se refieran a este peligroso delincuente como ex ladrón, ex corrupto, y ex asesino, a no ser que todavía siga fungiendo como tal.
Y que si mencionan a Roger F.Noriega, no se dejen la coletilla de ex golpista y ex secuestrador, caso de que semejantes oficios sean cosa del pasado.
Y que si citan a Otto Reich, involucrado en la voladura del avión de pasajeros cubano en 1976 y ex administrador de los cursos de tortura en la Escuela de las Américas, respeten en semejante criminal su condición de ex terrorista.
Y que si mencionan a Alan García, a Carlos Andrés Pérez, a Gustavo Cisneros o a cualquiera de los dóciles presidentes que han promovido y situado al frente de sus negocios, que algunos creen países, en Latinoamérica o el mundo, no vayan a dejarse la referencia a su condición de ex ladronazos, ex golpistas, ex sinvergüenzas.
Y que cuando hablen de Felipe González recuerden su pasado al mando de los GAL y lo destaquen como el ex señor X.
Y que tampoco vayan a olvidar en el amplio expediente de ladrones socialdemócratas y populares que nos han gobernado y nos gobiernan, desde Urralburu hasta Roldan pasando por Otano , los casos de tantos ex directivos de Filesa y sus ex cuentas en la banca suiza, los tantos trapicheos y chanchullos en que se vieron envueltos y millonarios, para recordarlos ahora como ex corruptos.
Y que recuerden con un simple «ex fascistas», para no entrar en detalles, a los Aznar, Rajoy, Fraga, Acebes, y demás comparsas y ex delincuentes, si es que a estas alturas han dejado de nutrirse en el mismo abrevadero.
Y que cuando hablen del Papa Ratzinger, alias Benedicto XVI, tengan a bien considerar su ex pasado nazi. Y el pasado injerencista del ex Papa Wotjila, alias Juan Pablo II, próximo santo en llegar a los altares.
Y que tampoco dejen de mencionar al referirse a Polanco o a Pedro J.Ramírez o a tantos otros puntuales directores y dueños de esos vertederos informativos, su condición de ex farsantes, de ex depredadores y ex amigos de narcotraficantes y propiedades ajenas, entre otras excelencias referidas a su ex turbio pasado, a no ser que su talante siga respondiendo al lucro a cualquier costo.
Lo dice un ex incauto cuya memoria, a Dios gracias, todavía no es un ex recuerdo.
([email protected])