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La segunda vuelta y la proyección internacional

Los financistas del mundo y la elección en Brasil

Fuentes: Barómetro Internacional

La segunda vuelta de las elecciones brasileras tiene relación directa con: la proyección del país, la alianza estratégica del bloque político del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y el alineamiento del Brasil dentro de la globalización corporativa: La política exterior de Lula extendida por Dilma (con algunas correcciones en su pragmatismo) es estructuralmente distinta de […]

La segunda vuelta de las elecciones brasileras tiene relación directa con: la proyección del país, la alianza estratégica del bloque político del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y el alineamiento del Brasil dentro de la globalización corporativa: La política exterior de Lula extendida por Dilma (con algunas correcciones en su pragmatismo) es estructuralmente distinta de la del período de Fernando Henrique Cardoso. Se cambiaron el eje y el enfoque. A escala mundial nuestro país refuerza las relaciones Sur-Sur, priorizando específicamente las inversiones en infraestructura y cadenas productivas de América Latina y África. Brasil es hoy un motor del capitalismo mundial. Quien gane en las urnas comandará la 7ª economía mundal.

En el Hemisferio Norte, el diario Financial Times (FT) ya decretó su sentencia. En editorial del 27 de septiembre de 2014 el periódico «económico», auténtico portavoz del capital financiero, anunció la tragedia de las economías emergentes. Aquí en Brasil, Carta Maior, portal a favor del gobierno de coalición que opera como conciencia crítica de la izquierda, lo advirtió. Según los financistas de Londres a la altura de The Economist (conocido como The Propagandist), Brasil, Turquía y Sudáfrica serían países condenados al fracaso. Como estaríamos en «crisis» no tendríamos otro remedio que continuar en ella inevitablemente.

La mentira intenta consolidarse a través de su opinión publicada. En cadena, los capitales volátiles irían a correr a alimentar a la superpotencia, dejando morir a la refinanciación del G-20. Los Estados Unidos ruedan su deuda pública por el mundo, y con eso financian el Complejo Industrial-Tecnológico-Militar alimentándolo con cerca de 840 millardos de dólares en 2015. Como no existe un presupuesto capaz de dar cuenta de este absurdo, siendo que la producción industrial dentro del territorio de EEUU equivale a menos del 10% de su Producto Bruto Interno (PIB) por períodos es necesario succionar los recursos financieros del mundo.

Se trata de un juego de fuerza. Si los capitales van para los EEUU, huirán de los países emergentes. Para mantener las ganancias de bancos y especuladores el objetivo es tene en cuenta la autoridad monetaria de las economías que vale la pena diputarse. Los portavoces de los especuladores apuntan sus baterías hacia Brasil (líder latinoamericano) y respectivamente a la mayor economía africana (Sudáfrica) y la del mundo Islámico (Turquía). El mundo observa un nuevo eje económico (a través de los BRICS y los países líderes regionales) pero está distante de una nueva hegemonía financiero. En esta disputa por el control de la expansión capitalista. El papel de Brasil es central.

La segunda vuelta será una colisión entre una candidatura de centro-derecha (el lulismo y sus aliados oligárquicos) y un adversario neoliberal. Con Aécio el país se alinea a los designios de los fondos de inversión, bancos privados, aplicadores en paraísos fiscales y otros agentes transnacionales. La Banca nunca pierde. Aunque prefiera a los tucanos, incluso si Dilma gana, los financistas internacionales van a querer asegurarse del núcleo duro del equipo económico ganador.

Después del Financial Times, fue el turno de The Economist recomendar voto y predecir desgracias en Brasil

El país arde en medio de los embates políticos mediáticos. De un lado tenemos una coalición de centro-derecha, encabezada por el PT y coaligada con los oligarcas de siempre, que gobierna a partir de algunos pilares: el keynesianismo tardío, el bismarckismo tropical, el pacto de clases y una garantía e ganancias para los bancos, fondos de pensión y especuladores. Del otro el salvajismo de la restauración neoliberal, con el PSDB al frente, queriendo imponer régimen de caja, explotación de los gatos del Estado y su maquinaria pública, además de llevar las ganancias casi exclusivamente para el capital volátil (financiero, especulativo) y sin política industrial alguna. Frente a eso, ¿cómo hacer tanto la crítica de izquierda del proceso electoral y al mismo tiempo formular una posición distante del gran juego del Capitalismo en el Sistema Internacional? No es una tarea fácil.

El alineamiento de Brasil es una de las pautas en juego en esta campaña. Esta es la razón por la cual uno de los heraldos del neoliberalismo, la poderosa publicación inglesa The Economist aconseja el voto por Aécio Neves. Más específicamente, este vehículo que es portavoz oficioso del capital financiero, así como el Financial Times (otra voz mediática de la plaza financiera de Londres, o el Wall Street Journal (éste operando en Nueva York) desean ardorosamente la conducción de Armínio Fraga al frente de la 7ª economía del planeta. No es broma.

Hoy Brasil es esencial para el G-20, el líder regional en América del Sur y Latina, socio preferencial de África del Sur (que sola representa casi la mitad del PBI africano) y el estado pivot en el diseño del BRICS. Tal rumbo no fue creado por el lulismo, aunque las cabezas pensantes de la Política Exterior Independiente (PEI) hayan sido catapultadas a la condición de formuladores de la Política de Estado en los últimos tres gobiernos. Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores, MRE) siempre tuvo dos formas de ver la diplomacia y la posición brasilera. Una más alineada a Occidente y ala potencia de turno, fuese Inglaterra, en segundo plano Francia y desde la post guerra los EEUU. Otra, la independiente, viene oscilando entre tonos y acciones de envergadura siendo exaltada en los gobiernos de Janio Quadros, Geisel y en la era Lula-Dilma.

Lo que está en juego en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales es el control casi integral de los recursos de la 7ª economía del mundo. A escala planetaria se trata de dos choques dentro del capitalismo. Uno apunta al cambio de eje de expansión capitalista, atravesado por el crecimiento de China, India y Rusia (en un nivel intermedio), seguidos de Brasil y Sudáfrica. Otro eje, el del dominio financiero está marcado por la conexión Nueva York-Londres y opera a partir del capital financiero y volátil.

Indicando conclusiones

Resalto que aquí no está en juego un proyecto socialista o de crecimiento sustentable con el protagonismo de los pueblos. Son dos proyectos capitalistas, en el primero Brasil se desenvuelve y crece dentro de los marcos del sistema y sus malezas. Tampoco indico a quién votar. La alterativa para los pueblos están lejos de las formas de globalización capitalista.

Bruno Lima Rocha es profesor de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas

www.estrategiaeanalise.com.br / [email protected]

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.