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Los gigantes de la tierra contra el Gran Crash

Fuentes: Il Manifesto

Traducción Susana Merino

EE.UU., Europa y China – los tres pilares de la economía mundial – aunque desde posiciones diferentes están corriendo, hacia la crisis, como locos. La colisión es inminente y será letal

Hace siglos, a los 14 o 15 años, mi vieja barra y yo anhelábamos la inmortalidad en la humeante ruina de un gruñente Ford 40 o de un Chevy 57. Nuestra JK Rowling fue Henry Felsen, el ex-marine autor de los best-seller Hot Rod (1950), Street Rod (1953) y Club Crush (1958). Felsen era nuestro Homero del asfalto, que exaltando a los jóvenes héroes destinados a morir nos invitaba a imitar su leyenda. Uno de sus libros termina con una batalla apocalíptica en una encrucijada, que acaba totalmente con la clase de graduados de una pequeña ciudad del estado de Iowa. Nos gustaba tanto ese pasaje que solíamos volver a leerlo, uno a otro, en voz alta.

Es difícil no pensar en el gran Felsen, que murió en 1995, cuando se hojean las páginas económicas de estos tiempos. Después de todo, son los republicanos del Tea Party, con el acelerador al máximo, que ríen como demonios, mientras se acercan a la Curva del Hombre Muerto (John Boehner y David Brooks, ,.) pero se mueren de miedo en los asientos traseros

La analogía con Felsen es aún mayor cuando se plantea una visión global. Una visión de conjunto de la situación económica mundial preanuncia claramente un choque inminente a punto de ocurrir. Y en tres direcciones diferentes los Estados Unidos, la Unión Europea y China están acelerando a ciegas hacia la misma intersección. La pregunta es: ¿sobrevivirá alguno para asistir a la fiesta de graduación?

Tiemblan los tres pilares de Mc Mundo

Volvamos a lo obvio, de lo que, sin embargo, raramente se habla. Aunque el Día del Juicio para el límite del endeudamiento sea conjurado, Obama ya ha empeñado la granja y vendido los cabritos. Con una extraordinaria indiferencia hacia el ala liberal de su partido, se ha ofrecido a poner los sagrados restos de lo que fue la red de acuerdos de seguridad del New Deal bajo el podio de los rematadores para apaciguar a un hipotético «centro» y volver a ganar las elecciones a toda costa (Dick Nixon, viejo socialista, ¿adónde estás ahora que te necesitamos?).

Resultado: como los fenicios en la Biblia, sacrificaremos nuestros hijos (y sus maestros) a Moloch, el hoy llamado Déficit Los estragos en el sector público, junto a un fuerte recorte en las prestaciones por desempleo, se propagará por el lado de la demanda por toda la economía, hasta que el desempleo haya llegado a los dos dígitos porcentuales y Lady Gaga cante «Hermano, tendrías diez centavos? «

A no olvidarlo: vivimos en una economía globalizada, donde los estadounidenses son en última instancia los consumidores y el dólar sigue siendo el refugio de la plusvalía acumulada de todo el planeta.

La nueva recesión que los republicanos están construyendo impunemente pondrá de golpe en tela de juicio a los tres pilares de Mc Mundo, ya bastante más frágiles de lo imaginable: consumo usamericano, estabilidad europea y crecimiento chino. Del otro lado del Atlántico, la Unión Europea se muestra como lo que es: un sindicato de grandes bancos y mega-prestamistas, obstinadamente decididos a quedarse con el Partenón de los griegos y a conseguir que los irlandeses emigren a Australia. No se necesita ser keynesiano para entender que si esto sucediera, la situación se precipitará en el futuro (si los empleos alemanes siguen manteniéndose es solo porque China y los otros BRIC – Brasil, Rusia y India – han comprado muchas maquinas herramienta y Mercedes).

Es obvio que actualmente China es la que soporta al mundo pero la pregunta es: ¿hasta cuándo? Oficialmente, la República Popular de China está en el exacto medio de una transición que va de una economía basada en la exportación a otra basada en el consumo. El objetivo final de este movimiento no es sólo transformar al chino promedio en un automovilista suburbano, sino también en romper con la perversa dependencia que liga el crecimiento chino al déficit comercial de los EE.UU. y que Beijing está obligado, a su vez, a financiar para evitar que el yen aumente. Pero, por desgracia para los chinos y quizás para el mundo entero, el previsto boom de consumidores se está convirtiendo rápidamente en una peligrosa burbuja inmobiliaria. China ha contraído el virus Dubai, y ahora toda ciudad con más de 100 millones de personas (por lo menos 160, en el último censo) aspira a diferenciarse con una torre de Rem Koolhaas o un mega centro comercial, próxima meta del shopping mundial.

El resultado ha sido una orgía edilicia. Y a pesar de la tranquilizadora imagen de los sabios mandarines de Pekín que, con sangre fría, controlan, el sistema financiero parece que China funciona actualmente como una serie de 160 repeticiones del Boardwalk Empire, donde los grandes líderes políticos de la ciudad y los especuladores inmobiliarios privados establecen secretos pactos con los gigantescos bancos estatales. Se ha desarrollado en efecto un propio y verdadero sistema bancario en la sombra gracias a los grandes bancos que transfieren los préstamos de sus carteras a falsos fideicomisos, evadiendo las topes oficiales sobre la prestación total. La semana pasada, la agencia de calificación Moody informó que el sistema bancario chino esconde un millón y medio de millones de dólares en préstamos sospechosos, en especialmente gigantescos proyectos municipales. Otro servicio de calificación advirtió que los «créditos basura» podrían constituir hasta un 30% de las carteras de los bancos chinos. Mientras tanto, la especulación inmobiliaria está agotando el ahorro interno a medida que los hogares urbanos, frente a la suba de los precios a las nubes, se apresuran a invertir en inmuebles antes de que estos sean barridos del mercado (¿les recuerda algo?) Según la Bussines Week, las inversiones en edificios residenciales constituyen actualmente el 9% del PIB contra el 3,4% del 2003. ¿Un Lehman Brothers chino? Chengdu se convertirá en el nuevo Orlando y ¿será el próximo Lehman Brothers el Banco Constructor chino? Resulta rara la credulidad de tantos «expertos» por otra parte conservadores, convencidos de que los líderes comunistas habrían descubierto la ley del movimiento perpetuo, creando una economía de mercado inmune a los ciclos económicos y a las mañas especulativas.

Si China llega a verse obligada a un aterrizaje forzoso por decirlo suavemente, lo mismo les sucederá a sus más importantes proveedores como Brasil, Indonesia o Australia. Japón, ya sumido en una recesión resultante de tres grandes catástrofes, es extremadamente sensible a los ulteriores shocks que podrían proceder de sus principales mercados. Y la primavera árabe corre el riesgo de convertirse en invierno si los nuevos gobiernos no logran aumentar el empleo o contener la inflación en los precios de los alimentos.

Mientras los tres grandes bloques económicos aceleran hacia una depresión mundial sincronizada, debo decir que ya no son tan entusiastas, como lo era yo cuando tenía 14 años, de la perspectiva de un clásico final a lo Felsen – chapas destruidas y cuerpos jóvenes entremezclados.

Mike Davis es profesor del Programa de Escritura Creativa en la Universidad de California, Riverside y autor, entre otras obras de, «El Planeta de las villas miseria» (Feltrinelli 2006).
© Copyright 2011 Mike Davis.

http://esserecomunisti.it/index.aspx?m=77&f=2&IDArticolo=36109