Hay muchas personas que se creen iluminadas por el solo color de su piel, dice Carmen Arboleda, mujer sabia del pueblo afroecuatoriano, ella reflexiona sobre las oportunidades que los colores le entrega a algunas personas, que se creen predestinados por la providencia para gobernar a los demás, por el simple color de su piel, Carmen […]
Hay muchas personas que se creen iluminadas por el solo color de su piel, dice Carmen Arboleda, mujer sabia del pueblo afroecuatoriano, ella reflexiona sobre las oportunidades que los colores le entrega a algunas personas, que se creen predestinados por la providencia para gobernar a los demás, por el simple color de su piel, Carmen nos convoca hacer un ejercicio descolonizador, a sacudir nuestra sumisión, a deja rodar el tambor, por la pendiente de la vida para que algún humilde lo tome afine su maso y lo pueda tocar.
Dice Carmen; será que Dios ya se cansó de ver tan solo las caritas pálidas de mi gente mestiza en todos los espacios de poder, ella nos está diciendo en su profunda y sesuda reflexión, que el Dios de la justicia y la equidad, está preocupado, molesto e incluso enfadado, de que el hombre en la tierra no se preocupa por la ausencia del otro, y por lo contrario cuando el otro excluido gana un espacio de los tantos que debería ocupar, le buscan miles de pretextos, le construyen obstáculos inexistentes para impedir su posesión, es que Carmen con su sabiduría sabe lo que dice, y lo dice con conocimiento de causa, Carmen suena la maraca para darle ritmo a sus pensar.
Algunos soñadores herederos de la colonia, siguen creyendo que el color de la piel determina la capacidad de los ciudadanos, y entre las telarañas de la sucia mente racista creen en las categorías en función del color de la piel, ellos se quedaron en la epidermis, es necesario informarles que ahora tienen que enfrentarse con todos en igualdad de condiciones, y que la fuerza de los derechos humanos, y las luchas cimarronas van ganando espacio de igualdad.
Carme nos convoca a repensar nuestra interculturalidad, ella nos dice que la categoría de las relaciones interculturales, es la fuente de la felicidad social, y donde los hombres y mujeres, sin perder sus particularidades étnicas, pueden transitar por las diferentes instancias de las relaciones sociales, y además poder ser actores constructores de la nacionales, de la economía, lo justicia y el desarrollo del país.
El que no tiene de inca, tiene de mandinga o de la mescla española, porque ustedes deben recordar que cuando los españoles llegaron a las tierras del Abya Yala, asesinaron, violaron, raptaron y fundamentalmente saquearon el territorio de los abuelos, pero también forjaron algo positivo, la interculturalidad, lo que tampoco podemos olvidar, es que ellos antes de llegar al Abya Yala, estaban saliendo del dominio, conquista y educación, por parte de los moros de Mauritania.
Entonces la riqueza de las relaciones interculturales tenemos que saberla aprovechar, en procura del crecimiento del país.
Diana Salazar Méndez ganó un concurso, donde ella no planteó las reglas de juego, y donde el puntaje que ella sacó por el cual recibe las críticas y donde los que se oponen a su nombramiento fundamentan su oposición, es el de menor valor, resulta que el puntaje total, es el resultado de tres grandes categorías, la primera y de mayor importancia para el concurso es la puntuación de la comisión técnica ciudadana, que otorga una puntuación de Méritos 50/50, luego la que continúa en importancia es la Audiencia Oral Pública que otorga una puntuación de 30/30, y la puntuación de menor valoración de acuerdo al espíritu del concurso es la académica, que le da una puntuación de 20/20 , por lo tanto la elección de la Lady Diana es una decisión real y justa.
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