Venecia (Italia), 10 sep (EFE).- Los logros de la revolución cubana que lideró hace ahora más de cincuenta años Fidel Castro fueron hoy protagonistas del Festival Internacional de Cine de Venecia, en el que se presentó el documental «L’Oro di Cuba» («El oro de Cuba»), del italiano Giuliano Montaldo. La cinta, producida por la televisión […]
Venecia (Italia), 10 sep (EFE).- Los logros de la revolución cubana que lideró hace ahora más de cincuenta años Fidel Castro fueron hoy protagonistas del Festival Internacional de Cine de Venecia, en el que se presentó el documental «L’Oro di Cuba» («El oro de Cuba»), del italiano Giuliano Montaldo.
La cinta, producida por la televisión pública italiana, Rai, recoge en 74 minutos de duración los testimonios de personajes de la vida cultural y social cubana que hablan de la actual situación del país y de los cambios en positivo que, según ellos, se han producido desde la llegada al poder de Castro en 1959.
Entre ellos, una universidad más accesible a todos los ciudadanos o un sistema sanitario en la vanguardia de la medicina, sin olvidar los éxitos deportivos internacionales, todo a pesar del embargo comercial de Estados Unidos sobre la isla.
Pero más allá de un canto a los logros alcanzados en la isla caribeña tras la revolución, «L’Oro di Cuba» pretende ser, según explicaron este jueves sus responsables en la rueda de prensa de presentación, el reflejo del cariño que los cubanos tienen hacia su país.
«La gran fuerza de ese pueblo ha sido no perder nunca la cabeza ni la sonrisa. El oro de Cuba es su extraordinaria belleza y su amor por su tierra y su patria. Tanto es así, que hay personas que por trabajo viajan por el mundo y que deciden después volver y quedarse en el país», comentó Montaldo.
El documental comienza mostrando una Cuba que aún mantiene en pie los principios ideológicos de la revolución, a pesar de la desaparición de otros regímenes comunistas, como los de la Unión Soviética o la República Democrática de Alemania.
Después, periodistas, artistas e, incluso, la atleta Ana Fidelia Quirot ofrecen testimonios en los que se habla desde deportes o cine, pasando por lo social, tema en el que se aborda, sobre todo, el papel jugado por la película «Fresa y chocolate» (1994) como ejemplo de la aceptación de la homosexualidad en la isla.
«‘Fresa y chocolate’ ha sido muy valiente. Es una historia de amor entre un homosexual y un comunista», dijo el director italiano, quien mostró su admiración por la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) que tiene sede en Cuba.
«Cuando volvían mis colegas de allí contaban esta extraordinaria escuela. Entonces me quedó Cuba grabada en el corazón y las ganas de ir a conocerla. Cuando me llegó la idea de este documental, dije que sí enseguida, pensando que en 50 años de esta aventura (la revolución) han caído todos los muros y Cuba sigue allí», resumió.
La visita del papa Juan Pablo II en 1998 a Cuba es otro de los aspectos históricos que el italiano aborda en la cinta, con testimonios que aseguran que la llegada del Pontífice supuso un antes y un después en las libertades de culto religioso en la isla.
El documental «L’Oro di Cuba» acude fuera de concurso a una Mostra en la que ya se ha presentado otra cinta sobre la llamada izquierda latinoamericana, «South of the Border», del cineasta estadounidense Oliver Stone y que aborda la figura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
En este sentido, y ante la pregunta de si esta Mostra pasará a la historia por la presencia de cintas que se posicionan del lado de la izquierda latinoamericana, Montaldo contestó de un modo rotundo para zanjar cualquier polémica que pudiera suscitar este documental, crítico con el papel que ha jugado Estados Unidos y la oposición a Castro desde Miami.
«Yo he venido a este festival con esta propuesta y me dicen que soy Fidelista. En otros festivales me han dicho que si soy de derechas, que si soy homosexual… Decidme vosotros quién soy», afirmó el cineasta.
«Si alguien quiere hacer un documental para hacer escuchar lo que siente la otra parte, puede ir a Miami. Ciertamente creo que nosotros entramos dentro de las casas para pedir opinión pidiendo permiso. Hemos sido invitados a entrar en ellas. Sólo queríamos contar cómo han caído todos los muros y cómo Fidel sigue ahí. Y cómo el pueblo siente la actual situación», concluyó. EFE