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Los mismos amos, pero con distinto collar

Fuentes: Publico

Cerca de Dakar se halla la isla de Gorée. Allí se levanta la Casa de los Esclavos. El edificio tiene varias estancias: una para hombres, otra para mujeres, una tercera para mujeres jóvenes y atractivas y una última para niños. En el ahora museo se conservan las balanzas con las que los seleccionadores de personal […]

Cerca de Dakar se halla la isla de Gorée. Allí se levanta la Casa de los Esclavos. El edificio tiene varias estancias: una para hombres, otra para mujeres, una tercera para mujeres jóvenes y atractivas y una última para niños. En el ahora museo se conservan las balanzas con las que los seleccionadores de personal de la época pesaban uno a uno a sus futuros braceros. (…)

Ahora el Viejo Continente sólo quiere a los inmigrantes que lo sean por gusto: aquellos con un buen salario o una selecta educación que les permitiría vivir entre las élites de sus países de origen. En otras palabras, sólo tendrán tarjeta azul y de crédito los negros que apenas lo parezcan, estilo Obama. Pero la UE venderá tan bien la medida que algunos de esos cerebros incluso agradecerán el premio (…).