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Los papeles ridículos de la «exmetropoli con muletas»

Fuentes: Rebelión

España sigue haciendo papeles ridículos ante el mundo por su permanente sometimiento a Estados Unidos, y sus intromisiones sin fundamentos en los asuntos internos de naciones latinoamericanas, con especial énfasis en los últimos tiempos en Venezuela. Cumpliendo instrucciones de Washington, como es costumbre, el titular en funciones de Relaciones Exteriores español, José Manuel García-Margallo, comentó […]

España sigue haciendo papeles ridículos ante el mundo por su permanente sometimiento a Estados Unidos, y sus intromisiones sin fundamentos en los asuntos internos de naciones latinoamericanas, con especial énfasis en los últimos tiempos en Venezuela.

Cumpliendo instrucciones de Washington, como es costumbre, el titular en funciones de Relaciones Exteriores español, José Manuel García-Margallo, comentó que manifestará ante un próximo Consejo de la Unión Europea (UE) la «inquietud» de las autoridades de Madrid por el escenario actual venezolano.

No es primera vez que Margallo se inmiscuye, sin ton ni son y sin mucho menos corresponderle, en las problemáticas internas de la Patria de Hugo Chávez y Simón Bolivar, como si todavía España fuera la metrópoli de Nuestra América.

Habría que preguntarle de qué autoridades habla Margallo porque ese Estado del Viejo Continente vive desde las elecciones del pasado 20 de diciembre en un total desorden, al no acabarse de poner de acuerdo para formar un gobierno, y ni siquiera tiene oficialmente un presidente.

Precisamente la canciller bien representativa de la Revolución Bolivariana, Delcy Rodríguez, le respondió al intruso que debería ocuparse de la crisis de gobernabilidad que se escenifica en la bautizada «exmetropoli con muletas» y del desastre social que se vive allí, antes de opinar sobre lo que no sabe.

Rodríguez añadió, a través de la red social twitter, que Margallo está muy mal informado sobre Venezuela, y nada tiene que opinar al respecto, una bofetada diplomática merecida, como igual le hizo la Ministra venezolana al presidente argentino, Mauricio Macri, en la reciente Cumbre del Mercosur celebrada en Paraguay.

Y es que la responsable de la cartera de Relaciones Exteriores de la Revolución Bolivariana parece tener una «izquierda prodigiosa» porque a Macri lo dejó paliducho y mirando hacia sus colaboradores, al no saber que decirle a su interlocutora.

Margallo también se olvidó de algunos «pequeños detalles». Él no es canciller oficialmente, y su país carece de gobierno y mandatario. Todos en ese Estado ibérico están en funciones, y por lo tanto menos aun deben abrir su boca para hablar acerca de otros.

La incontinencia verbal, endémica en los regímenes de Madrid, parece ser una enfermedad incurable, al igual que la sumisión de España a las administraciones norteamericanas de turno.

Realmente Margallo quedó sin plumas y como una gallina cacareando ante Delcy, Venezuela, la Patria Grande y el mundo, otro papel ridículo de los tantos que ha hecho la «exmetropoli con muletas» a lo largo de su historia.

Un buen consejo a los futuros gobernante de España. Mírense al espejo antes de criticar, no se inmiscuyan en los asuntos de Latinoamérica, y dejen de actuar de una vez por todas como colonia de Estados Unidos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.